VIDA DE YOUSSEF  BOUSNAYA

09.09.2021

1.- Vio también a una viuda indigente. (26 nov 2018)

La misericordia no merece tan solo ser alabada por la abundancia de favores, sino cuando procede de un pensar recto y misericordioso. Hay personas que dan mucho, pero que no son misericordiosas ante Dios, y hay personas que no tienen nada, que no poseen nada, pero en su corazón se apiadan de todos. Estos, delante de Dios, son considerados misericordiosos y, en efecto, lo son. No digas, pues: No tengo nada que dar a los pobres; no te aflijas pensando que a causa de ello no puedes ser misericordioso. Si tienes algo, da eso que tienes; si no tienes nada, da un pedazo de pan seco con una intención verdaderamente misericordiosa y esto, delante de Dios, será considerado como misericordia perfecta.

Nuestro Señor no elogió a los que echaban dos pequeñas monedas que, con recta intención, había sacado de su indigencia para echarlas en el tesoro de Dios. Es considerado misericordioso delante de Dios el hombre que tiene piedad de sus semejantes; una intención recta sin efectos visibles es mejor que muchas obras notorias sin recta intención.

2.- Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo. (09 mar 2020)

La misericordia es la imagen de Dios, y el hombre compasivo es, en efecto, un Dios habitando en la tierra. De la misma manera que Dios habitando en la tierra. De la misma manera que Dios es misericordioso para con todos, sin distención alguna, igualmente el hombre compasivo hace llegar a todos sin distinción sus favores.

Hijo mío, sé compasivo y derrama tus favores sobre todos, a fin de que puedas ser elevado hasta la divinidad. Procura no dejarte seducir por este pensamiento que te podría parecer atractivo: "Es mejor que sea compasivo con el que tiene la misma fe que yo, que no con aquel que nos es extraño". No es esta la misericordia perfecta que imita a Dios que derrama sus favores sobre todos, sin estar celoso, sino que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Dios es amor, su esencia es amor, y su amor, es su misma esencia. Por su amor, nuestro Creador se ha visto impulsado a crearnos. El hombre que posee la caridad es verdaderamente Dios en medio de los hombres.

3.- Amor a los hombres amor de Dios. (04 jun 2020).

Hijo mío, esfuérzate con toda tu alma en adquirir el amor a los hombres, en el cual y a través del cual te elevarás hasta el amor de Dios, que es el fin de todos los fines. Vanos son todos los trabajos que no se hacen en caridad. Todas las buenas obras y todos los trabajos que conducen al hombre hasta la puerta del palacio real, pero el amor es el que nos hace permanecer en él y nos hace descansar en el seno de Cristo.

Hijo mío, que tu amor no esté dividido interesadamente, sino que sea desinteresado, derramado por todas partes, a la vista de Dios. Cristo te dará el conocimiento necesario para comprender el misterio de esta palabra. Ama a todos los hombres como a ti mismo; más aún, ama a tu hermano más que a ti mismo; no busques solo lo que te conviene a ti, sino lo que es útil a tu hermano. Menospréciate a ti mismo por amor a tu hermano, a fin de que Cristo sea misericordioso y haga de ti un coheredero de su amor. Cuida bien de no despreciar esto, porque Dios nos ha amado primero y entregó su Hijo a la muerte de Todos. El que camina por este sendero del amor, gracias a su trabajo, llegará pronto a la mansión que es el fin de sus esfuerzos. No pienses, pues, que el hombre puede alcanzar el amor de Dios, que se nos ha dado gratuitamente, antes de amar a sus hermanos en humanidad.

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