SANTA ISABEL DE LA TRINIDAD

31.08.2021

1.- Ave María, llena de gracia. (20 dic 2016).

Si conocieras el don de Dios, decía una tarde Cristo a la Samaritana. Pero ¿qué don de Dios es ese sino Él mismo? El discípulo amado nos dice: Vino a su casa, pero los suyos no le recibieron. San Juan Bautista podría dirigir también a muchas almas este reproche: En medio de vosotros está, "en vosotros mismos", el que vosotros no conocéis.

¡Si conocieras el don de Dios!... Hubo una criatura que conoció ese don de Dios; una criatura que no desperdició nada de él; una criatura tan pura, tan luminosa que parecía ser la luz misma: "speculum justitiae / espejo de justicia". Una criatura cuya vida fue tan sencilla, tan absorta en Dios que apenas puede decirse algo de ella.

Virgo fidelis. Es la Virgen fiel, la que guardaba todas aquellas cosas en su corazón. Ella se consideraba un ser tan insignificante y permanecía tan recogida delante de Dios en el santuario de su alma, que atrajo delante de Dios en el santuario de su alma, que atrajo las complacensias de la Santísima Trinidad. "Porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso me llamarán feliz todas las generaciones". El Padre al contemplar esta criatura tan bella, tan ignorante de su hermosura, determinó que fuerz en el tiempo la madre de Aquel de quien Él es el Padre en la eternidad. Vino entonces sobre ella el Espíritu de amor que preside tosas las operaciones divinas. La Virgen pronunció su Fiat: Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra y se realizó el mayor de los misterios. Por la encarnación del Verbo, María fue para siempre posesión de Dios.

2.- Proclamo tu alabanza. (17 jul 2019).

Por un decreto de Aquel que obra todas las cosas según el designio de su voluntad, hemos sido predestinados para ser alabanza de su gloria. Es san Pablo quien habla así, él, que fue instruido por el mismo Dios. ¿Cómo responder a nuestra vocación y llegar a ser perfectas alabanzas de gloria de la Santísima Trinidad?

En el cielo cada alma es una alabanza de gloria al permanentemente fija en el puro amor y ya no vive de su propia vida, sino de la vida de Dios. Entonces conoce, dice san Pablo, como es conocida por el Señor; en otras palabras, su entendimiento es el mismo entendimiento de Dios, su voluntad es la voluntad de Dios, su amor es el mismo amor de Dios. Una alabanza de gloria es un alma que permanece en Dios, que le ama con un amor puro y desinteresado, sin buscarse a sí misma en la dulzura de este amor; es una alma que le ama por encima de todos sus dones y aunque no hubiera recibido nada de él... Una alabanza de gloria es un ser en continua acción de gracias. Cada uno de sus actos, de sus movimientos, cada uno de sus pensamientos, de sus aspiraciones, al mismo tiempo que se enraízan cada vez más profundamente en el amor, es como un eco del Sanctus eterno.

3.- Es necesario que hoy venga a morar en tu casa. (19 nov 2019).

Como a Zaqueo, mi Maestro me ha dicho: Baja enseguida, que quiero alojarme en tu casa. Baja enseguida, pero ¿a dónde? A lo más profundo de mí misma, después de haberme negado a mí misma, separado de mí misma, despojado de mí misma, en una palabra, sin yo misma. Es necesario que me aloje en tu casa. ¡Es mi Maestro quien me expresa este deseo! Mi Maestro, que quiere habitar en mí con el Padre y el Espíritu de Amor, para que, según la expresión del discípulo amado, yo viva "en sociedad" con ellos, que esté en comunión con ellos.

Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois miembros de la casa de Dios, dice san Pablo. Así es como entiendo ser de la casa de Dios: vivir en el seno de la apacible Trinidad, en mi abismo interior, en esta "fortaleza inexpugnable del santo recogimiento" de la que habla san Juan de la Cruz. ¡Oh qué bella es esta criatura así despojada, liberada de sí misma! Sube, se eleva por encima de los sentidos, de la naturaleza; se supera a sí misma; sobrepasa todo gozo y todo dolor, y pasa a través de las nubes, para no descansar hasta penetrar en el interior de Aquel que ama, y él mismo le dará el descanso. El Maestro le dice. Baja enseguida. Así vivirá ella, a imitación de la Trinidad inmutable, en un eterno presente, y por una mirada cada vez más simple, más unitiva, llegar a ser el resplandor de su gloria o, dicho de otra manera, la incesante alabanza de gloria de sus adorables perfecciones.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar