SAN ROMANO EL MELÓDICO

01.09.2021

1.- Como en los días de Noé (15 nov 2013).

El sabio Noé, siguiendo la orden de Dios, se embarcó en el arca con sus hijos y sus mujeres. Gimiendo sin cesar, Noé oraba así: "No me hagas perecer con los pecadores, Salvador mío. Las nubes están preparadas, el cielo está revuelto. Los ángeles vienen a la vanguardia de tu cólera". Dichas estas palabras, Dios cerró el arca y la selló, mientras su fiel exclamaba: "Por el amor que nos tienes, salva a todos los hombres de la cólera, Redentor del universo".

El Juez, desde lo alto del cielo, da una orden; inmediatamente se abren las esclusas, se precipitan las lluvias, torrentes de agua y granizo de una parte a otra del mundo. Éste fue el efecto de la cólera de Dios porque los humanos habían perseverado en su endurecimiento y no se habían apresurado a suplicarle con fe: "Por el amor que nos tienes, salva a todos los hombres de la cólera, Redentor del universo".

Seguidamente, el coro de los ángeles, viendo destruidos a los hombres carnales, gritaba: "¡Ahora los justos poseen toda la extensión de la tierra!" Noé suelta la paloma y ésta vuelve al atardecer con un ramo de olivo en el pico que, simbólicamente, anuncia la misericordia de Dios. Entonces Noé sale del arca como de su sepulcro.

Han muerto la corrupción y la iniquidad; el hombre recto de corazón triunfa por su fe porque ha encontrado gracia.

2.-Una luz se levantó sobre los que vivían en país de sombra y de muerte. (07 ene 2014).

Se apareció un sol, surgido de Belén, sobre Adán; habiendo éste quedado ciego en el paraíso, este sol le abrió los ojos lavándoselos en las aguas del Jordán. Sobre el que estaba cubierto de sombras y tinieblas se elevó la luz que no se apagará jamás. Ya no habrá más noche para él, todo es día; la luz del alba nació para él, porque durante el crepúsculo se escondió, tal como lo dice la Escritura. El que cayó al atardecer encontró la aurora que le iluminó, escapó de la oscuridad, corrió hacia la mañana que se manifestó y todo se iluminó.

Canta, canta, Adán, adora a aquel que viene a ti; cuando tú te alejaste de él, él se te manifestó para que pudieras verlo, tocarlo, acogerlo. Aquel a quien temías cuando te dejaste engañar por ti se ha hecho semejante a ti. Por ti se hizo mortal para que tú llegaras a ser Dios y te revistieras de tu belleza primera. Queriendo abrirte de nuevo las puertas del edén, vino a vivir en Nazaret. Por todo ello cántale y glorifica con salmos al que se manifestó y todo lo iluminó. Los ojos de los hijos de la tierra han recibido fuerza para contemplar el rostro celestial; las miradas de los seres de barro han podido ver los resplandores sin sombra de la luz inmaterial que los profetas y los reyes no vieron y desearon ver. Lo que estaba escondido ahora se puede comprender: aquel que se manifestó y todo lo iluminó.

3.- La Cuaresma, última preparación de los que serán bautizados en Pascua. (01 abr 2014).

Nosotros que venimos de recibir la luz creemos en tu gracia redentora, Cristo Dios: tú nos has iluminado con la luz de tu rostro, tú nos has revestido con el traje adecuado a tus bodas. Gloria a ti, gloria a ti porque tal fue tu voluntad. ¿Quién dirá, quién mostrará a primer creado, a Adán, la belleza, el brillo, la dignidad de sus hijos? ¿Quién mostrará a la desafortunada Eva que sus descendientes han llegado a ser reyes, vestidos con trajes de gloria, y que con gran gloria glorifican a Aquel que los ha glorificado, resplandecientes de cuerpo, espíritu y ropajes?... y ¿quién los ha exaltado? Nuestra resurrección. Gloria a ti, gloria a ti porque tal fue tu voluntad.

Estás brillante, radiante, Adán... Al verte, tu Adversario se desanima y grita: "¿Qué es esto que veo?" El polvo se ha renovado, la ceniza se ha divinizado. El pobre, el pequeño es invitado al banquete, se ha bañado y ha entrado para sentarse a la mesa. Allí tiene la audacia de comer y el atrevimiento de beber al Mismo que lo ha hecho. Y ¿quién se lo ha dado? Su resurrección. Gloria a ti, gloria a ti porque tal fue tu voluntad.

4.- Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive: lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. (13 oct 2014).

Señor, tú que desviaste la amenaza ya anunciada y tu misericordia venció tu cólera, ten piedad de tu pueblo y de tu ciudad; derriba a nuestros adversarios con tu mano poderosa, por la intercesión de la Madre de Dios, acogiendo nuestro arrepentimiento.

Es el arrepentimiento donde la pecadora encontró la salud, donde Pedro fue liberado de su negación, donde David dio fin al sufrimiento de su corazón y los ninivitas fueron curados. No vacilemos, pues, y levantémonos, mostrémosle nuestras heridas al Salvador y dejémonos vendar. Jamás ha sido exigido honorario alguno a los que van, porque no podrían ofrecer un regalo del mismo valor que la cura. Las lágrimas son a menudo más fuertes que Dios, si se puede decir, y verdaderamente le fuerzan: porque el Misericordioso se deja encadenar con alegría por las lágrimas, por las lágrimas del espíritu de los pequeños. Lloremos, pues, de corazón, a la manera de los ninivitas, que, gracias a su contrición, abrieron el cielo y fueron escuchados por el Libertador que recibió su arrepentimiento.

5.- La Palabra era Dios... y la Palabra se hizo carne. (05 ene 2015).

Escuchad, `pastores, las trompetas... ¡La Palabra se ha hecho carne, Dios se ha manifestado al mundo! Y vosotras, hijas de reyes, entrad en el gozo de la Madre de Dios. Pueblos todos, decid: ¡Bendito eres tú, nuestro Dios nacido hoy, gloria a ti!

La Virgen que no tenía relación con ningún hombre, ha engendrado la alegría, la tristeza ancestral ya no existe. Hoy ha nacido el Increado, aquel que el mundo no puede abarcar. Hoy la alegría se ha manifestado a los hombres: hoy el error ha sido expulsado. Pueblos, digamos: ¡Bendito eres tú, nuestro Dios recién nacido, gloria a ti! La maldición sobre Eva ha sido revocada gracias a aquel que ha nacido de la Virgen. El Señor ha nacido de la Virgen María para sostener a los que caen y levantar a los que desfallecen, que gritan con gozo: ¡Bendito eres tú, nuestro Dios recién nacido, gloria ti! El autor de la Ley se ha encarnado bajo la Ley, el Hijo eterno ha nacido de la Virgen, el Creador del universo está recostado en un pesebre. Aquel a quien el Padre engendra sin principio, sin madre en el cielo, ha nacido de la Virgen, sin padre en la tierra. Pueblo digamos: ¡Bendito eres tú, nuestro Dios recién nacido, gloria ti!

En verdad, la alegría viene del nacimiento en el establo. Hoy los coros angélicos se alegran; todas las naciones celebran a la Virgen Inmaculada; nuestro padre Adán se regocija porque hoy ha nacido el Salvador. Pueblos, digamos: ¡Bendito eres tú, nuestro Dios, recién nacido, gloria ti!

6.- Entonces ayunarán. 20 feb 2015).

El ayuno con las obras, proporciona la vida eterna. Por el ayuno, los demonios son rechazados como por una espada, porque no soportan las alegrías; lo que les gusta es el jugador y el borracho. Pero si miran de cara el ayuno, no lo pueden ver; huyen muy lejos, como nos enseña Cristo, nuestro Dios, diciendo: Por el ayuno y la oración caen los demonios. Por eso nos enseña que el ayuno da a los hombres la vida eterna.

El ayuno conduce a los que lo practican a la casa paterna de donde Adán fue expulsado. Es Dios mismo, el amigo de los hombres, quien primero había confiado al ayuno al hombre al que había creado, como una madre cariñosa, como un maestro. De un solo árbol le prohibió comer. Y si el hombre hubiera observado este ayuno, habría vivido con los ángeles. Pero lo rechazó y encontró penas y muerte, la aspereza de las espinas y de las zarzas, y la angustia de una vida dolorosa. Entonces, si en el paraíso el ayuno se revela provechoso, ¡cuánto más lo es aquí abajo para proporcionarnos la vida eterna!

7.- Proclamad la buena noticia a toda la creación. (11 abr 2015)

Acercándose a ellos, Jesús les dijo "Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos. Porque todo me ha sido devuelto por el que me engendró, el cielo y la tierra de los que ya era dueño antes de haber tomado carne. Ahora he tomado posesión de mi realeza sobre todo el universo. Id a todas las naciones. Sembrad en la tierra el grano del arrepentimiento y regadlo con vuestras enseñanzas."Escuchando estas palabras, los apóstoles se miraban unos a otros meneando la cabeza: "¿De dónde nos vendrán las palabras y la lengua para hablar a todos? ¿Quién nos dará la fuerza para luchar con los pueblos y las naciones como nos has dicho, nosotros, que no tenemos letras ni cultura, que somos humildes pescadores?".

"No me atormenten más vuestros corazones, que el Enemigo no turbe vuestro espíritu. No penséis ya como niños... No quiero vencer por la fuerza, sino por la debilidad. No busco filósofos: escogí lo necio del mundo, yo que conozco el fondo de los corazones, Id, pues, a toda la creación. Procurad que ningún alma arrepentida se quede fuera de vuestra red. Me complazco en aquellos que vuelven, como bien sabéis. Decid que soy Dios y que yo, el indecible, tomé la condición de esclavo". Confortaos por estas palabras, los apóstoles decían al Creador. "Estate con nosotros, sé nuestro defensor, tú que conoces el fondo de los corazones".

8.- Comieron todos hasta quedar satisfechos. (03 ago 2015).

Viendo que atardecía, los apóstoles del Redentor se apresuraron a ir a su encuentro para decirle: "Maestro, es muy tarde y todo el pueblo está hambriento; despídelos antes de que anochezca para que se vayan a las aldeas y se compren de comer. Porque esta multitud no es capaz de ayunar como lo hacemos nosotros fortalecidos por ti, que eres el pan celestial de inmortalidad".

Cristo al oír estas palabras, les replicó: "Os equivocáis no teniendo en cuenta que soy el Creador del mundo, y soy yo quien está pendiente del mundo; conozco muy bien la necesidad de esta multitud, tengo presente que estamos en un descampado en un despoblado y que está a punto de ponerse el sol porque soy yo quien ha fijado al sol su carrera. Me doy cuenta del agotamiento de la multitud, y sé muy bien lo que voy a hacer por ella. Yo mismo aliviaré su hambre, porque yo soy el pan celestial de inmortalidad. Vosotros os preguntáis quién alimentará a esta multitud en el desierto. Pues bien, sabed claramente amigos, quien soy yo: yo soy el que alimenté a Israel en el desierto y quien les dio el pan del cielo". Multiplica de la misma manera en todos nosotros, Salvador, la multitud de tus misericordias y sácianos a todos de santidad, haciéndonos firmes en la fe, Señor.

9.- Sobre los que vivían en un país de sombra y de muerte, una luz brilló. (07 ene 2016)

Hoy, Señor, te has manifestado al mundo, y tu luz nos ha iluminado; por eso, reconociéndote, elevamos a ti nuestro himno: Has venido, has aparecido. Luz inaccesible.

Dios, con su santa voz llamó al desobediente:

¿Dónde estas, Adán? ¡Quiero verte!

Aunque estés desnudo, aunque seas pobre,

no te avergüences, porque yo me he hecho semejante a ti.

Tú que querías llegar a ser Dios y no lo has conseguido,

mira yo me he hecho carne.

Entonces, reconóceme y di:

Tú has venido, has aparecido, Luz inaccesible.

En la Galilea de los gentiles,

Cristo, la gran Luz, ha resplandecido;

para los que habitaban en tinieblas,

una gran luz brilló, brotando de Belén.

El Señor nacido de María, el Sol de justicia,

difunde sus rayos por el universo entero.

Por eso, reunámonos los desnudos hijos de Adán,

revistámonos de él para recibir su calor.

Como reparación para los desnudos

y luz para cuantos están en la tiniebla

tú has venido, has aparecido, Luz inaccesible.

Por todo esto, canta hombre, canta y alaba

al que se manifestó e iluminó todo el universo.

10.- Rápido, traed el traje más bello para vestirlo. (18 mar 2017).

Numerosos son los que, por la penitencia, merecieron el amor que tienes por el hombre. Hiciste justos al publicano que suplicaba y a la pecadora que lloraba, porque, por designio preestablecido, concedes el perdón. Con estos conviérteme también a mí, ya que eres rico en misericordia, tú que quieres que todos los hombres se salven.

Mi alma se manchó revistiéndose con la túnica de mis faltas. Pero recuérdame que fluyan de mis ojos fuentes, con el fin de que la purifique por la contrición. Revísteme con un vestido resplandeciente, digno de tu boda, tú que quieres que todos los hombres se salven.

Ten compasión de mis gritos como lo hiciste con el hijo pródigo, Padre celeste, porque yo también me echo a tus pies, y grito como gritó él: ¡Padre pequé! No me rechaces, mi Salvador, a mí, tu hijo indigno, sino haz que tus ángeles se regocijen también en mí, Dios de bondad que quieres que todos los hombres se salven.

Porque me hiciste hijo tuyo y heredero tuyo por la gracia. ¡Pero yo, por haberte ofendido, me hice prisionero, esclavo vendido al pecado, y desgraciado! Ten lástima de tu imagen (Gen 1, 26) y sácala del exilio, Salvador, tú que quieres que todos los hombres se salven.

Ahora es el tiempo de arrepentirse... La palabra de Pablo me empuja a perseverar en la oración y a esperarte.

11.- Qué glorioso fuiste, Elías. (16 dic 2017).

Ante las perversidades de los hombres,

Elías, el profeta, auguraba un duro castigo.

Viéndolo el Misericordioso le respondió al profeta:

¿No puedes perdonar?

Yo no puedo dejar que uno solo se pierda,

Yo, el único amigo verdadero de los hombres.

Viendo el Maestro el humor terrible del profeta,

alejo a Elías de la tierra que habitaba, diciendo:

¡Aléjate de la tierra de los hombres!

Yo mismo, en mi misericordia, descenderé con ellos,

haciéndome uno de ellos.

Deja la tierra y sube,

ya que no puedes tolerar las faltas de los hombres.

Así Elías, cuando fue arrebatado al cielo

apareció luego como la figura del futuro.

Este tesbita fue arrebatado en un carro de fuego.

Cristo fue elevado por las nueves

y las potestades celestiales.

Él dejó caer desde lo alto del cielo su manto

para Elíseo.

Cristo envió a sus apóstoles el Espíritu Santo,

Defensor que en el bautismo recibimos

y que nos santifica, como enseña aquel

que es el único amigo verdadero de los hombres.

12.- Si consigo tocarle tan solo el manto, me curaré. (09 jul 2018).

Me postro delante de ti, Señor, igual que la mujer que padecía hemorragias, para que me liberes del sufrimiento y me concedas el perdón de mis faltas, y con el corazón lleno de compunción pueda exclamar: "Salvador, sálvame". Ella iba hacia ti escondida, Salvador, porque pensaba que eras simplemente un hombre, pero su curación le ha enseñado que tú eres Dios y hombre a la vez. Secretamente ha tocado la franja de tu manto, con su alma llena de temor... diciéndose: "¿Cómo lo haré para no ser vista por aquel que lo observa todo, yo, que llevo la vergüenza de mis faltas? Si el Todo-Puro ve el flujo de sangre, se apartará de mí como impura que soy, y será para mí mucho más terrible que mi herida si me da la espalda a pesar de mi grito: Salvador, sálvame".

Aquel que lo sabe todo se gira y dice a sus discípulos: "¿Quién me ha tocado la franja del manto? ¿Por qué me dices, Pedro, que una gran multitud me apretuja? Ellos no tocan mi divinidad, pero esta mujer, a través de mi vestido visible, ha captado mi naturaleza divina y ha conseguido la salud gritándome: "Señor, sálvame". Se valiente mujer. Desde ahora, recobra la salud. Esta no ha sido obra de mi mano, sino obra de tu fe. Porque son muchos los que han tocado mi vestido sin obtener la fuerza, porque no tenían fe. Tú, me has tocado con gran fe, has recibido la salud, y por eso te he llevado ahora delante de todos para que digas: "Señor, sálvame".

13.- Sus muchos pecados están perdonados. (20 sep 2018).

Cuando la pecadora vio que las palabras de Cristo se propagaban por todas partes como los aromas, ella empezó a detestar la pestilencia de sus actos: "No he tenido en cuenta la misericordia con la que Cristo me envuelve, buscándome cuando yo me extraviaba por mi culpa. Porque es a mí a quien busca por todas partes; es por mí por lo que come en casa del fariseo, él, que alimenta al mundo entero. Él hace de la mesa un altar del sacrificio en el que él mismo se ofrece devolviendo la deuda a sus deudores para que estos se acerquen con confianza diciendo: "Señor, líbrame del abismo de mis obras".

Ávidamente, corre hacia él; desdeñando las migajas, ha cogido el pan; más hambrienta que la cananea, ha saciado su alma vacía porque su fe era tan grande como su hambre. Ella se ha apresurado a ir a la casa del fariseo, precipitadamente en la penitencia. "¡Vamos, alma mía, este es el momento que ansiabas! El que purifica está aquí, ¿por qué quedarte en el abismo de tus obras? Voy a él `porque es por mí por lo que ha venido. Dejo a mis viejos amigos porque deseo apasionadamente al que ahora está aquí; y puesto que él me ama, son para él mi perfume y mis lágrimas. El deseo del deseado me transfigura y yo amo a aquel que me ama como él quiere ser amado. Me arrepiento y me prosterno, es eso lo que él espera; busco el silencio y el retiro, es lo que a él le place. Rompo con el pasado; renuncio al abismo de mis obras".

14.- Dios espera el tiempo de nuestra conversión. (16 nov 2018).

El Amigo de los hombres, viendo laa maldad que reinaba, dijo a Noé: "He decidido acabar con toda carne, porque la tierra está llena de violencias. Tú eres el único justo que he visto en esta generación... Hazte un arca; como una matriz llevará las simientes de las especies futuras. Las harás como una casa, a imagen de la Iglesia. En ella te cobijaré a ti, que con tanta fe me gritas: "Por el amor que me tienes, salva a todos los hombres de la cólera, Redentor del universo".

El elegido llevó a cabo su obra inteligentemente, y gritaba con fe a los hombres sin fe: "¡Daos prisa, salid de vuestro pecado, rechazad toda maldad, arrepentíos! Llevad con lágrimas la suciedad de vuestras almas, y a través de la fe, reconciliaos con el poder de nuestro Dios". Pero estos hijos de rebeldía no se convirtieron. Añadieron a su perversidad el endurecimiento de corazón. Entonces Noé impetró a Dios con lágrimas: "En otro tiempo me hiciste salir del seno de mi madre; ¡sálvame ahora en esta arca misericordiosa! Voy a encerrarme en esta especie de tumba, pero cuando me llames, ¡saldré de ella por tu poder! Voy a prefigurar en ella la resurrección de todos los hombres, cuando salves a tus justos del fuego, tal como me salvarás de las olas del mal arrancándome de en medio de los impíos, a mí que con fe te grito a ti, Juez compasivo: "Por el amor que nos tienes, salva a todos los hombres de la cólera, Redentor del universo".

15.- Aquí hay uno que es más que Jonás. (13 mar 2019).

Abre, Señor, ábreme la puerta de tu misericordia antes de mi partida. Nuestro espíritu se ha endurecido hasta el punto de que, cuando hemos oído hablar de las calamidades de otros, no nos hemos corregido en absoluto. Todos se extravían, igualmente obstinados, no hay uno que obre bien, ni uno solo. Los ninivitas, en otro tiempo, se convirtieron al escuchar la palabra del profeta. Pero nosotros no hemos comprendido ni la llamada ni la amenaza. Ezequías con sus lágrimas consiguió hacer huir a los asirios provocando contra ellos la justicia de lo alto. Ahora bien, los asirios nos han llevado a la cautividad, y nosotros no hemos llorado ni gritado: Ábrenos.

Altísimo Señor, Juez de todos, no esperes a que nosotros cambiemos de conducta; tú no tienes necesidad de nuestras buenas acciones, porque cada uno de nosotros se dedica a hacer malas acciones con el pensamiento y la voluntad. Puesto que esto es así, Salvador, dirige nuestros días según tu voluntad, sin esperar a nuestra conversión, porque es posible que nunca llegue a realizarse. Y aunque llegara, sería por poco tiempo, no persiste hasta el final. Es como la simiente caída entre las piedras, como la hierba sobre los tejados, que se seca antes de crecer. Derrama tus misericordias sobre nosotros y sobre los que exclaman: Äbrenos.

16.- Tenemos que alegrarnos y hacer fiesta. (23 mar 2019).

El hijo mayor dice encolerizado a su padre: Llega ese hijo tuyo, y le matas el ternero cebado. Apenas oye el padre hablar a su hijo de esta manera, le responde con dulzura: Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Escucha a tu padre, tú no estás separado de la Iglesia, tú estás siempre presente a mi lado, con todos los ángeles. Pero este ha venido cubierto de vergüenza, desnudo y sin belleza, gritando: "Misericordia, porque he pecado, padre, y te suplico como culpable ante tu rostro. Trátame como uno de tus jornaleros y aliméntame, porque tú amas a los hombres, Señor y Amo de los siglos". Mi alegría, en todo momento, consiste en amar a los hombres. Son mis criaturas, ¿cómo no tener compasión? ¿Cómo no tener en cuenta su arrepentimiento? Mis entrañas engendraron a este hijo que acojo con entrañas de misericordia, yo, el Señor y Amo de los siglos. Así, pues, hijo mío, ¡alégrate con todos los invitados al banquete, y mezcla tus cantos con el de los ángeles, porque tu hermano estaba perdido y ha sido encontrado, estaba muerto y ha vuelto a la vida.

Con estas palabras, el hijo mayor se dejó persuadir y cantó: ¡Gritad de gozo! Dichosos aquellos a quienes son perdonados los pecados y borradas sus culpas. Te alabo, Amigo de los hombres, tú que has salvado a mi hermano, tú el Señor y Amo de los siglos.

17.- Y a ti misma, una espada te traspasará el corazón. (19 sept 2019).

Oveja contemplando a su cordero que es llevado al matadero, consumida de dolor, María le seguía, con las demás mujeres, clamando así: "¿Adónde vas, hijo mío? ¿Por qué acabas de esta manera tu corta vida? Todavía hay en Caná, otras bodas, ¿es allí donde vas ahora para hacer, de nuevo, vino del agua? ¿Te puedo acompañar, hijo mío, o es mejor que espere? Dime una palabra, Verbo, no pases delante de mí en silencio, tú, que eres mi hijo y mi Dios. Tú vas hacia una muerte injusta y nadie comparte tu sufrimiento. Tú, completamente solo, hijo mío, mueres por todos. Es tu salario por haber salvado a todos los hombres y haberles servido, hijo mío y Dios mío".

Girándose hacia María, aquel que salió de ella exclamó: "¿Por qué lloras, madre? Yo ¿no sufrir?, ¿no morir? ¿Cómo podría salvar a Adán? ¿Cómo devolvería la vida a los que permanecen en el país de los muertos? ¿Por qué lloras? Virgen sensata, no te vuelvas semejante a las insensatas; tú estás dentro del convite de bodas, no reacciones, pues, como si estuvieras fuera.No llores más, pues es mejor que digas: "Ten piedad de Adán, se misericordioso con Eva, tú, mi hijo y mi Dios". Ten la seguridad, madre, de que tú serás la primera en verme salir del sepulcro. Vendré a mostrarte de qué males he rescatado a Adán.

18.- Como en los días de Noé. (15 nov 2019).

El sabio Noé, siguiendo la orden de Dios, se embarcó en el arca con sus hijos y sus mujeres, en total solo ocho almas. Gimiendo sin cesar, Noé oraba así: "No me hagas perecer con los pecadores, Salvador mío, porque ya veo que el caos se apodera de la creación, y sus elementos quedan quebrantados por el miedo" Dichas estas palabras, Dios cerró el arca y la selló, mientras su fiel exclamaba: "Por el amor que nos tienes, salva a todos los hombres de la cólera, Redentor del universo". El juez, desde lo alto del cielo, da una orden; inmediatamente se abren las esclusas, se precipitan las lluvias, y el temor hizo brotar loas fuentes del abismo inundando todas las partes de la tierra.

Este fue el efecto de la cólera de Dios porque los humanos habían perseverado en su maldad y no se habían apresurado a clamarle con fe: "Por el amor que nos tienes, salva a todos los hombres de la cólera, Redentor del universo". Noé suelta paloma y esta vuelve al atardecer con un ramo de olivo en el pico que, simbólicamente, anuncia la misericordia de Dios. Entonces Noé sale del arca, como de su sepulcro, según la orden que había recibido, no como antiguamente había hecho Adán, que había comido de un árbol que da la muerte, porque Noé produce un fruto de penitencia diciendo: "Por el amor que nos tienes, salva a todos los hombres de la cólera, redentor del universo".

19.- Qué glorioso fuiste, Elías. (14 dic 2019).

Ante las perversidades de los hombres Elías, el profeta premeditaba un duro castigo. Viéndolo, el Misericordioso respondió al profeta: "Conozco el celo que tienes por el bien. Te irritas porque estás sin reproche, ¿no puedes perdonar? Yo no puedo dejar que se pierda uno solo, yo, el único amigo verdadero de los hombres". Luego, viendo eel Maestro el humor terrible del profeta hacia los hombres, se preocupó de su raza. Alejó a Elías de la tierra que habitaba, diciendo: "¡Aléjate de la tierra de los hombres! Yo mismo, en mi misericordia, descenderé con ellos, haciéndome uno de ellos. Si tú no puedes habitar con los hombres culpables, ven, vive, en la región de mis amigos donde ya no hay pecado. Yo voy a bajar, porque yo soy capaz de tomar sobre mis hombros a la oveja perdida y llamar a los que sufren: ¡Venid, todos, pecadores, venid a mí, descansad! Porque yo no he venido para castigar a los que he creado sino para arrancarlos del pecado y de la impiedad, yo, el único amigo verdadero de los hombres".

Así, Elías fue arrebatado en un carro de fuego. Cristo fue elevado por las nubes y las potestades celestiales. El primero dejó caer desde lo alto del cielo su manto para Eliseo. Cristo envió a sus apóstoles el Espíritu Santo. Defensor que nosotros, en el bautismo, recibimos y que nos santifica.

20.- Venid y veréis. (04 ene 2020).

El pecado ha sido borrado, la incorruptibilidad nos ha sido otorgada, el Precursor nos ha manifestado nuestra entrada en la gracia diciendo: He aquí el cordero de Dios que lleva el pecado del mundo. Él ha mostrado el acta de anulación a aquellos que habían contraído una gran deuda. Aquel que se había estremecido en el seno materno lo ha proclamado hoy y lo ha dado a conocer: es aquel que se nos ha aparecido y que todo lo ha iluminado.

El Bautista proclama el misterio: él llama cordero al pastor, y no simplemente cordero, sino cordero que borra todas nuestras faltas. He aquí el cordero, dice, ya no hace falta un chivo expiatorio. Levantad vuestras manos hacia él reconociendo vuestros pecados, pues ha venido para quitar los pecados del mundo entero. Desde lo alto del cielo, el Padre nos ha enviado a todos ese don: aquel que se nos ha aparecido y que todo ha iluminado. Sobre el mundo ha resplandecido la luz sin ocaso, Jesús nuestro salvador. En Galilea, contemplamos hoy la fuente de agua viva, aquel que se nos ha aparecido y que todo lo ha iluminado.

21.- Comieron todos hasta quedar satisfechos. (08 ene 2020).

Viendo que atardecía, los apóstoles del Redentor se apresuraron a ir a su encuentro para decirle: "Maestro, es muy tarde y todo el pueblo está hambriento; y estamos en despoblado, tú lo sabes. Despídelos para que vayan a las aldeas y se compren de comer: Tú, por naturaleza, eres el gran salvador del mundo, y has dado a todos el conocimiento; alimentado al pueblo con palabras de verdad, has conducido a los hombres al camino de la salvación dándoles a conocer la justicia. Han alimentado espiritualmente sus almas, pero ahora tienen necesidad de cuidar sus cuerpos. Despídelos. Has enseñado a tus discípulos y apóstoles la compasión hacia todos, porque tú eres el pan celestial de inmortalidad"

Cristo, al oír estas palabras les replicó: "Os equivocáis no teniendo en cuenta que soy el Creador del mundo, y soy yo quien está pendiente del mundo; conozco muy bien la necesidad de esta multitud, tengo presente que estamos en un despoblado y que está a punto de ponerse el sol porque soy yo quien ha fijado al sol su carrera. Me doy cuenta del agotamiento de la multitud que está ahí, y sé muy bien lo que voy a hacer por ella. Yo mismo aliviaré su hambre, porque yo soy el pan celestial de inmortalidad". Aliméntanos a todos, tú que eres compasivo; danos tu gracia y el perdón de nuestras faltas, puesto que eres el Cristo, el único misericordioso, pan celestial de inmortalidad.

22.-María Magdalena, enviada a anunciar la resurrección. (22 jul 2020).

El que sondea las entrañas y el corazón, sabiendo que María reconocería su voz, como verdadero pastor, llama a su cordero diciendo: ¡María! Y ella dice enseguida: "Sí, ciertamente es mi pastor el que me llama para contarme desde ahora entre las noventa y nueve ovejas". Llevada por el fervor del amor, la joven quiere agarrarle, a él que llena toda la creación. Pero el Creador la levantó hacia el mundo divino diciéndole:"No me toques; ¿me tomarías por un simple mortal? Levanta tus ojos a lo alto y contempla el mundo celeste; es allí donde me debes buscar: Porque yo subo a mi Padre. Que tu lengua, desde ahora, proclame estas cosas y las explique a los hijos del reino que están esperando que me despierte, yo, el Viviente. Date prisa, María, reúne a mis discípulos. En ti tengo una trompeta de potente voz; haz sonar un canto de paz en los temerosos oídos de mis amigos escondidos, despiértalos como de un sueño, para que vengan a encontrarme".

María exclama: "De repente mi luto se ha cambiado en danza, todo se ha convertido en gozo y alegría. No dudo en decirlo: he recibido la misma gloria que Moisés. He visto, no sobre el monte, sino en el sepulcro, velando no por la nube, sino por el cuerpo, al Señor de los seres inmortales y de las nubes"

23.- Comieron todos hasta quedar satisfechos. (02 ago 2020).

Viendo que atardecía, los apóstoles del Redentor se apresuraron a ir a su encuentro para decirle: "Maestro, es muy tarde y todo el pueblo está hambriento y estamos en despoblado. Despídelos antes de que anochezca para que vayan a las aldeas y se compren de comer. Tú, por naturaleza, eres el gran salvador del mundo, y has dado a todos el conocimiento. Has alimentado espiritualmente sus almas, pero ahora tienen necesidad de cuidar sus cuerpos. Despídelos porque estamos inquietos por ellos. Has enseñado a tus discípulos y apóstoles la compasión hacia todos, porque tú eres el pan celestial de inmortalidad".

Cristo, al oír estas palabras, les replicó: "os equivocáis al no tener en cuenta que soy el Creador del mundo, y soy yo quien está pendiente del mundo; conozco muy bien la necesidad de esta multitud. Yo mismo aliviaré su hambre, porque yo soy el pan celestial de inmortalidad. Yo soy el que alimenté a Israel en el desierto y quien le di el Pan del cielo. Yo hice salir, en un lugar árido, agua de la roca, y además todo esto les procuré codornices en gran cantidad, porque yo soy el pan celestial de inmortalidad". Multiplica en todos nosotros, Salvador, la multitud de tus misericordias, sácianos a todos de santidad, haciéndonos firmes en la fe, Señor, puesto que solo tú eres el pan celestial de inmortalidad.

24.- Jesús, Salvador. (05 ene 2021).

Elevemos todos la mirada hacia el Señor que está en los cielos, exclamando como el profeta: Aquel que ha sido visto la tierra, ese mismo es nuestro Dios, quien ha venido a conversar con los hombres. Aquel que se reveló a los profetas bajo diversas apariencias, aquel que Ezequiel contempló bajo la apariencia de un hombre en un carruaje de fuego, y que Daniel vio como Hijo de hombre y Anciano de los días, viejo u joven a la vez, proclamando en él un solo Señor, ha aparecido y lo ha iluminado todo.

En Galilea contemplamos la fuente de la vida que ha aparecido y que lo ha iluminado todo. Yo también te veré, Jesús, iluminar mi espíritu y decirle a mis pensamientos: El que tenga sed, que venga a mí. Riega este corazón humillado que mi caminar errado ha roto, que se consume de hambre y de sed: hambre, pero no de comida; sed, pero no de bebida; sino de escuchar la palabra del Espíritu. Dame una clara señal, purifica mis faltas escondidas, porque mis heridas secretas me carcomen. Caigo a tus pies, Salvador, como la mujer que pierde sangre. Yo también toco el borde de tu manto diciendo: Con solo tocarlo, seré salvado. Que mi fe no sea vana, Médico de las almas, y te encontraré para mi salvación, a ti que has aparecido y que lo has iluminado todo.  

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