SAN JUAN DE LA CRUZ

23.10.2021


1.- Ven, sígueme. (19 agst 2013).

Cuanto más te separes de las cosas de la tierra, más te acercarás alas del cielo y más encontrarás las riquezas de Dios.

El que sepa morir a todo, encontrará vida en todo.

Apártate del mal, haz el bien, busca la paz.

El que se queja o murmura no es nada perfecto, ni siquiera buen cristiano.

Es humilde el que se esconde en su propia nada y sabe abandonarse a Dios.

Es pacífico el que sabe soportar al prójimo y soportarse a sí mismo.

Si quieres ser perfecto, vende tu voluntad y dala a los pobres de espíritu, después vuélvete hacia Cristo, para obtener de él la suavidad y la humildad, y síguele hasta el Calvario y el sepulcro.

2.- Dios también hace el interior, de modo que todo será puro para  vosotros. (15 oct 2013).

Oración de alma enamorada: ¡Señor Dios, amado mío! Si todavía te acuerdas de mis pecados para no hacer lo que te ando pidiendo, haz en ellos, Dios mío, tu voluntad, que es lo que yo más quiero, y ejercita tu bondad y misericordia y serás conocido en ellos. Y si es que esperas a mis obras para por ese medio concederme mi ruego, dámelas tú y óbramelas, y las penas que tú quisieras aceptar, y hágase.

¿Quién se podrá librar de los modos y términos bajos si no le levantas tú a ti en pureza de amor, Dios mío?¿Como se levantará a ti el hombre, engendrado y criado en bajezas, si no le levantas tú, Señor, ¿con la mano de le hiciste? No me quitarás, Dios mío, lo que una vez me diste en tu único Hijo Jesucristo, en que me diste todo lo que quiero. Por eso me holgaré que no te tardarás si yo espero.

¿Con qué dilaciones esperas, pues desde luego puedes amar a Dios en tu corazón? Míos son los cielos y míos es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores; los ángeles son míos, y la Madre de Dios y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí.

Pues ¿qué pides y buscas, alma mía? Tuyo es todo esto, y todo es para ti. No te pongas en menos ni repares en meajas que se caen de la mesa de tu Padre. Sal fuera y gloríate en tu gloria, escóndete en ella y goza, y alcanzarás las peticiones de tu corazón.

3.- ¿Todavía no veis? ¿No acabáis de entender? (18 feb 2014).

La fe, dicen los teólogos, es un hábito del alma cierto y oscuro. Y la razón de ser hábito oscuro es porque hace creer verdades reveladas por el mismo Dios, las cuales están sobre toda luz natural y exceden todo humano entendimiento sin alguna proporción. Así, la luz de la fe, por su grande exceso, oprime y vence la del entendimiento.

Si a uno que nació ciego, el cual nunca vio color alguno, le estuviesen diciendo cómo es el color blanco o el amarillo, aunque más le dijesen, no entendería más así que así, porque nunca vio los tales colores ni sus semejanzas para poder juzgar de ellos; solamente se le quedaría el nombre de ellos, porque aquello púdolo percibir con el oído; más la forma y figura no, porque nunca la vio. De esta manera es la fe para el alma, que nos dice cosas que nunca vimos ni entendimos en sí ni en sus semejanzas, pues no las tienen. Y así, de ella no tenemos luz de ciencia natural, pues a ningún sentido es proporcionado lo que nos dice; pero sabémoslo por el oído, creyendo lo que nos enseña, sujetando y cegando nuestra luz natural. Porque, como dice san Pablo, fides ex auditu, como si dijera: la fe no es ciencia que entra por ningún sentido, sino sólo es consentimiento del alma de lo que entra por el oído. Luego claro está que la fe es noche oscura para el alma, y de esta manera la da luz; y cuanto más la oscurece más luz la da de sí, porque cegando la da luz, según este dicho de Isaías.

4.- ¿Espíritu de propiedad o pobreza de espíritu? (19 ago 2014).

No tenga otro deseo que el de entrar sólo por amor a Cristo en el desapego, el vacío y la pobreza de todo lo que existe en la tierra. No tendrá otras necesidades más que aquellas a las que ha sometido tu corazón, el pobre de espíritu nunca será más feliz que cuando se encuentre en la indigencia; aquel cuyo corazón no desea nada es siempre generoso.

Los pobres en el espíritu tienen una gran libertad en todo lo que poseen. Su placer es pasar necesidad por amor a Dios y al prójimo. No sólo los bienes, las alegrías y los placeres de este mundo nos estorban y nos retrasan en el camino hacia Dios, sino también las alegrías y las consolaciones espirituales, son en sí mismas un obstáculo en nuestra marcha, si las recibimos o las buscamos con un espíritu de propiedad.

5.- Sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. (02 oct 2014)

Se pueden entender estos pastores del alma por los mismos ángeles; porque no sólo llevan a Dios nuestros recaudos, sino también traen los de Dios a nuestras almas, apacentándolas, como buenos pastores, de dulces comunicaciones e inspiraciones de Dios, por cuyo medio Dios también las hace, y ellos nos amparan y defienden de los lobos, que son los demonios. Porque en cuanto los ángeles me inspiran y los hombres de ti me enseñan, de ti más me enamoran, y así todos de amor más me llagan.

La luz de Dios ilumina al ángel penetrándolo de su esplendor y abrasándolo en amor, porque el ángel es puro espíritu dispuesto para esta participación divina, pero ordinariamente no esclarece al hombre más que de manera oscura, dolorosa y penosa, porque el hombre es impuro y débil. Cuando el hombre llega a ser verdaderamente espiritual y transformado por el amor divino que le purifica, recibe la unión y la amorosa iluminación de Dios con una suavidad semejante a la de los ángeles.

Se acuerde cuán vana cosa es gozarse de otra cosa que de servir a Dios y cuán peligrosa y perniciosa; considerando cuánto daño fue para los ángeles gozarse y complacerse de su hermosura y bienes naturales, pues por esto cayeron en los abismos feos.

6.- El que ha nacido del Espíritu es espíritu. (13 abr 2015).

Como el mismo san Juan dice en otra parte: El que no renaciere en Espíritu Santo no podrá ver este reino de Dios que es estado de perfección. Y renacer en Espíritu Santo en esta vida es tener un alma semejante a Dios en pureza, sin tener en sí alguna mezcla de imperfección, y así se puede hacer pura transformación por participación de unión, aunque no esencialmente.

Y para que se entienda mejor lo uno y lo otro, pongamos una comparación. Está el rayo de sol dando en una vidriera. Si la vidriera tiene algunos velos de manchas o nieblas, no la podrá esclarecer y transformar en su luz totalmente como si estuviera limpia de todas aquellas manchas y sencilla. Antes tanto menos la esclarecerá cuanto ella estuviere menos desnuda de aquellos velos y manchas, y tanto más cuanto más limpia estuviere. Y no quedará por el rayo, sino por ella; tanto, que, si ella estuviere limpia y pura del todo, de tal manera la transformará y esclarecerá el rayo, que parecerá el mismo rayo y dará la misma luz que el rayo. Aunque, a la verdad, la vidriera, aunque se parece al mismo rayo, tiene su naturaleza distinta del mismo rayo; más podemos decir que aquella vidriera es rayo o luz por participación. Y así, el alma es como esta vidriera, en la cual siempre está embistiendo, o por mejor decir, en ella está morando esta divina luz del ser de Dios por naturaleza, que habremos dicho.

7.- Cuando vayas a orar, entra en tu habitación. (17 jun 2015).

Pide aquí el alma Esposa cuando dice: ¿Adónde te escondiste? Respondamos mostrándole el lugar más cierto donde está escondido, para que allí lo halle a lo cierto con la perfección y sabor que puede en esta vida y así no comience a vaquear en vano tras las pisadas de las compañías.

Para lo cual es de notar que el Verbo Hijo de Dios, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, esencial y presencialmente está escondido en el íntimo ser del alma; por tanto, el alma que le ha de hallar conviénele salir de todas las cosas según la afección y voluntad y entrarse en sumo recogimiento dentro de sí misma, siéndole todas las cosas como si no fuesen. Que, por eso, san Agustín, hablando en los Soliloquios con Dion, decía: "No te hallaba, Señor, de fuera, porque mal te buscaba fuera, que estabas dentro". Está, pues, Dios en el alma escondido, y ahí le ha de buscar con amor el buen contemplativo, diciendo: ¿Adónde te escondiste?

Oh, pues, alma hermosísima, ya se te dice que tú misma eres el aposento donde él mora y el retrete y escondrijo donde está escondido; que es cosa de grande contentamiento y alegría para ti ver que todo tu bien y esperanza está tan cerca de ti, que esté en ti, o, por mejor decir, tú no puedas estar sin él. Catad, dice el Esposo, que el reino de Dios está dentro de vosotros. Y su siervo el apóstol Pablo: Vosotros, dice, sois templo de Dios.

8.- El Esposo está con ellos. (04 jul 2015).

Cuando uno ama y hace bien a otro, hácele bien y ámale según su condición y propiedades; y así tu Esposo, estando en ti, como quien él es, te hace las mercedes.

Porque, siendo él omnipotente, hácete bien y ámete con omnipotencia; y siendo sabio, sientes que te hace bien y ama con sabiduría; y siendo infinitamente bueno, sientes que te ama con bondad; y siendo santo, sientes que te ama y hace mercedes con santidad; y siendo él justo, sientes que te ama y hace mercedes justamente; siendo él misericordioso, piadoso y clemente, sientes su misericordia y piedad y clemencia; y siendo fuerte y subido y delicado ser, sientes que te ama fuerte, subida y delicadamente; y como sea limpio y puro, sientes que con pureza y limpieza te ama; y, como sea verdadero, sientes que te ama de veras.

Y como él sea liberal, conoces que te ama y hace mercedes con liberalidad sin algún interese, sólo por hacerte bien; y como él sea la virtud de la suma humildad con suma bondad y con suma estimación te ama, e igualándote consigo, mostrándosete en estas vías de sus noticias alegremente, con este su rostro lleno de gracias y diciéndote en esta unión suya, no sin gran júbilo tuyo: "Yo soy tuyo y para ti, y gusto de ser tal cual soy por ser tuyo y para darme a ti". ¿Quién dirá, pues, lo que sientes, ¡oh dichosa alma!, conociéndote así amada y con tal estimación engrandecida?

9.-Intentaban agarrarlo, pero nadie le pudo echar mano. (11 mar 2016).

"¿Adonde te escondiste,

Amado y me dejaste con gemido?

Como el ciervo huiste,

habiéndome herido;

salí tras de ti clamando, eras, ido".

Es como si dijera: Verbo, Esposo mío, muéstrame el lugar donde estás escondido. En lo cual le pide la manifestación de su divina esencia; porque el lugar donde está escondido el Hijo de Dios es, como dice san Juan, el seno del Padre, que es la esencia divina, la cual es ajena de todo ojo mortal y escondida de todo humano entendimiento; que por eso Isaías, hablando con Dios, dijo: Verdaderamente tú eres un Dios escondido. De donde es de notar que, por grandes comunicaciones y presencias, y altas y subidas noticias de Dios que un alma en esta vida tenga, no es aquello esencialmente Dios, ni tiene que ver con él, porque todavía, a la verdad, le está el alma escondido, y por eso siempre le conviene al alma sobre todas eses grandezas tenerle por escondido y buscarle escondido, diciendo: ¿Adónde te escondiste? En lo cual se ha de entender que, si el alma sintiere gran comunicación o sentimiento o noticia espiritual, no por eso se ha de persuadir a que aquello que siente es poseer o ver clara y esencialmente a Dios; y que si todas esas comunicaciones sensibles y espirituales faltaren, quedando ella en sequedad, tiniebla y desamparo, no por eso ha de pensar que la falta Dios más así que así.

10.- Nadie ha hablado jamás con este hombre. (01 abr 2017).

Si quisieres que te respondiese yo alguna palabra de consuelo, mira a mi Hijo sujeto a mí y sujetado por mi amor y afligido, y verás cuántas te responde. Si quisieres que te declare yo algunas cosas ocultas o casos, pon los ojos en él, y hallarás ocultísimos misterios y sabiduría y maravillas de Dios que están encerradas en él, según mi apóstol dice: Cristo, en quien se encierran todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, los cuales tesoros de la sabiduría serán para ti muy más altos tesoros de la sabiduría serán para ti muy más altos y sabrosos y provechosos que las cosas que tú querías saber. Que por eso se gloriaba el mismo apóstol, diciendo que nunca entre vosotros me he apreciado de conocer otra cosa sino a Jesucristo, y a este crucificado. Y si también quisieses otras visiones y revelaciones divinas o corporales, mírale a él también humanado, y hallarás en eso más que piensas, porque también dice el apóstol: Porque es en Cristo hecho hombre en quien habita la plenitud de la divinidad.

No conviene, pues, ya preguntar a Dios de aquella manera, ni es necesario que ya hable, pues, acabando de hablar toda la fe en Cristo, no hay más fe que revelar ni la habrá jamás.

11.- ¿Espíritu de propiedad o pobreza en el espíritu? (22 ago 2017).

No tengas otro deseo que el de entrar solo por amor a Cristo en el desapego, el vacío y la pobreza de todo lo que existe en la tierra. No tendrá otras necesidades más que aquellas a las que ha sometido su corazón; el pobre de espíritu nunca será más feliz que cuando se encuentre en la indigencia; aquel cuyo corazón no desea nada es siempre generoso.

Los pobres en el espíritu tienen una gran libertad en todo lo que poseen. Su placer es pasar necesidad por amor a Dios y al prójimo. [...] No solo los bienes, las alegrías y los placeres de este mundo nos estorban y nos retrasan en el camino hacia Dios, sino también las alegrías y las consolaciones espirituales son en sí mismas un obstáculo en nuestra marcha, si las recibimos o las buscamos con un espíritu de propiedad.

12.- Entonces todo será puro para vosotros. (17 oct 2017).

Oración de alma enamorada: ¡Señor Dios, amado mío! Si todavía te acuerdas de mis pecados para no hacer lo que te ando pidiendo, haz en ellos, Dios mío, tu voluntad, que es lo que yo más quiero, y ejercita tu bondad y misericordia y serás conocido en ellos. Y si es que esperas a mis obras para ese medio concederme mi ruego, dámelas tú y óbramelas, y las penas que tú quisieras aceptar, y hágase...

¿Quién se podrá librar de los modos y términos bajos si no le levantas tú a ti en pureza de amor, Dios mío? ¿Cómo se levantará a ti el hombre, engendrado y criado en bajezas, si no le levantas tú, Señor, con la mano que le hiciste? No me quitarás, Dios mío, lo que me diste todo lo que quiero. Por eso me holgaré que no te tardarás si yo espero.

¿Con qué dilaciones esperas, pues desde luego puedes amar a Dios en tu corazón? Míos son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores; los ángeles son míos y la Madre de Dios y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. Pues ¿qué pides y buscas, alma mía? Tuyo es todo esto, y todo es para ti. No te pongas en menos ni repares en meajas que se caen de la mesa de tu Padre. Sal fuera y gloríate en tu gloria, escóndete en ella y goza, y alcanzarás las peticiones de tu corazón.

13.- La palabra no es mía, sino del Padre que me envió. (30 abr 2018).

La principal causa por que en la Ley de escritura eran lícitas las preguntas que se hacían a Dios, y convenía que los profetas y sacerdotes quisiesen revelaciones y visiones de Dios, era porque aún entonces no estaba bien fundamentada la fe ni establecida la Ley evangélica. Pero ya no hay para qué preguntarle de aquella manera, ni para qué él hable ya ni responda como entonces. Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar. Y este es el sentido de aquella autoridad con que dice san Pablo a los hebreos. Lo que antiguamente habló Dios en los profetas a nuestros padres de muchos modos y de muchas maneras, ahora a la postre, en estos días nos lo ha hablado en el Hijo.

Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no solo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad. Porque le podría responder Dios de esta manera, diciendo: "Si te tengo ya habladas todas las cosas en mi Palabra, que es mi Hijo, y no tengo otra, ¿qué te puedo yo ahora responder o revelar que sea más que eso? Pon los ojos solo en él, porque en él te lo tengo todo dicho y revelado, y hallarás en él aún más de lo que pides y deseas".

14.- Oh Dios, crea en mí un corazón puro. (13 feb 2019).

La limpieza de corazón no es menos que el amor y gracia de Dios; porque los limpios de corazón son llamados por nuestro Salvador bienaventurados, lo cual es tanto como decir enamorados, pues que la bienaventuranza no se da por menos que amor.

El que anda enamorado de Dios no pretende ganancia ni premio, sino solo perderlo todo y a sí mismo en su voluntad por Dios... El que obra por Dios con puro amor no solo no pretende ser visto por los hombres, sino ni tan solo ser visto de Dios.

Todo el deseo y fin del alma y de Dios en todas las obras de ella es la consumación y perfección de este estado, por lo cual nunca descansa el alma hasta llegar a él, pues el corazón del hombre no se satisface con menos de Dios, que es su centro.

El puro de corazón igual se aprovecha de la elevación que del abatimiento para llegar a ser cada vez más puro, mientras que el corazón impuro solo produce frutos de impureza. El corazón puro saca de todas las cosas un conocimiento de Dios sabroso, casto, puro, espiritual, lleno de gozo y de amor.

15.- ¿Todavía no veis? ¿No acabáis de entender? (18 feb 2020).

La fe dicen los teólogos que es un hábito del alma cierto y oscuro. Y la razón de ser hábito oscuro es porque hace creer verdades reveladas por el mismo Dios, las cuales son sobre toda luz natural y exceden todo humano entendimiento sin alguna proporción. De aquí es que, para el alma, esta excesiva luz que se le da de fe le es oscura tiniebla, porque lo más priva (y vence) lo menos, así como la luz del sol priva otras cualesquiera luces, de manera que no aparezcan luces cuando ella luce, por cuanto su luz es muy desproporcionada y excesiva a la potencia visiva. Así, la luz de la fe, por su grande exceso, oprime y vence la del entendimiento.

Por otro ejemplo. Si a uno que nació ciego, el cual nunca vio color alguno, le estuviesen diciendo cómo es el color blanco o el amarillo, aunque más le dijesen, no entendería más así que así, porque nunca vio los tales colores ni sus semejanzas, para poder juzgar de ellos; solamente se le quedaría el nombre de ellos, porque aquello púdolo percibir con el oído; mas la forma y figura no, porque nunca la vio. De esta manera es la fe para con el alma, que nos dice cosas que nunca vimos ni entendimos en sí ni en sus semejanzas, pues no la tienen. Y así, de ella no tenemos luz de ciencia natural, pues a ningún sentido es proporcionado lo que nos dice; pero sabémoslo por el oído, creyendo lo que nos enseña. Sujetando y cegando nuestra luz natural.

16.- Tus pensamientos no son lo de Dios. (20 feb 2020).

Esta espesura de sabiduría y ciencia de Dios es tan profunda e inmensa que, aunque más el alma sepa de ella, siempre puede entrar más adentro, por cuanto es inmensa y sus riquezas incomprensibles, según exclama san Pablo diciendo: Oh alteza de riquezas de sabiduría y ciencia de Dios, cuán incomprensibles son sus juicios e incomprensibles sus vías. Pero el alma en esta espesura e incomprensibilidad de juicios y vías desea entrar porque muere en deseo de entrar en el conocimiento de ellos muy adentro, porque el conocer en ellos es deleite inestimable que excede todo sentido.

¡Oh, si se acabase de entender cómo no se puede llegar a la espesura y sabiduría de las riquezas de Dios -que son de muchas maneras- si no es entrando en la espesura del padecer de muchas maneras poniendo en eso el alma su consolación y deseo! Porque, para entrar en estas riquezas de su sabiduría, la puerta es la cruz, que es angosta, y desear entrar por ella es de pocos, mas desear los deleites a que se viene por ella es de muchos.

17.- Les echó en cara su incredulidad. (18 abr 2020).

Así, donde más señales y testimonios concurren, menos merecimiento hay en creer. Y así, están maravillas nunca Dios las obra, sino cuando meramente son necesarias para creer; que, por eso, porque sus discípulos no carecieses de mérito si tomaran experiencia de su resurrección, antes que se les mostrase, hizo muchas cosas para que sin verle le creyesen.

Porque a María Magdalena primero le mostró vacío el sepulcro y después que se lo dijesen los ángeles -porque la fe es por el oído como dice san Pablo- y oyéndolo, lo creyese primero que lo viese. Y aunque le vio, fue como hombre común, para acabarla de instruir, en la creencia que le faltaba con el calor de su presencia. Y a los discípulos primero se lo envió a decir con las mujeres, después fueron a ver el sepulcro. Y a los que iban a Emaús primero les inflamó el corazón en fe que le viesen, yendo él disimulado con ellos; y finalmente, después los reprehendió a todos porque no habían creído a los que les habían dicho su resurrección: y a santo Tomás porque quiso tomar experiencia en sus llagas, cuando le dijo que eran bienaventurados los que no viéndole le creían.

18.- Sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. (29 sep 2020).

Los ángeles son nuestros pastores; porque, no solo llevan a Dios nuestros recados, sino también los de Dios a nuestras almas, apacentándolas de dulces inspiraciones y comunicaciones de Dios; y, como buenos pastores, nos amparan y defienden de los lobos, que son los demonios. Los ángeles, mediante sus secretas inspiraciones que hacen al alma, le dan más alto conocimiento de Dios; y así, la enamoran más a Dios hasta dejarla llagada de amor.

La luz de Dios que al ángel ilumina esclareciéndole y encendiéndole en amor, como a puro espíritu dispuesto para la tal infusión, al hombre, por ser impuro y flaco, regularmente le ilumina en oscuridad, pena y aprieto... Cuando el hombre llega a estar espiritualmente y sustituido mediante el fuego del divino amor que le purifica, entonces recibe la unión e influencia de la amorosa iluminación con suavidad a modo de los ángeles... Acuérdate cuán vana cosa es gozarse de otra cosa que de servir a Dios, y cuán peligrosa y perniciosa, considerando cuánto daño fue para los ángeles gozarse y complacerse de su hermosura y bienes naturales, pues por eso cayeron feos en los abismos.

19.- Jesús extendió su mano y lo tocó. (14 ene 2021).

Llagásteme para sanarme, oh divina mano, mataste en mí lo que me tenía muerta sin la vida de Dios en que ahora me veo vivir. Y esto hiciste tú con la liberalidad de tu generosa gracia, de que usaste conmigo con el toque que me tocaste del resplandor de tu gloria y figura de su sustancia que es tu unigénito Hijo, en el cual, siendo él tu sabiduría, tocas fuertemente desde un fin hasta otro fin; este unigénito Hijo tuyo, oh, mano misericordiosa del Padre, es el toque delicado con que me tocaste en la fuerza de tu cauterio y me llagaste.

Oh, pues, tú, toque delicado, Verbo Hijo de Dios, que por la delicadeza de tu ser divino penetras sutilmente la sustancia de mi alma y, tocándola delicadamente, en ti la absorbes toda en divinos modos de deleites y suavidades nunca oídas en la tierra de Canaán, ni vistas en Temán. Oh, pues, mucho y en grande manera mucho delicado toque delo Verbo, para mí tanto más, cuanto, habiendo trastornado los montes y quebrantado las piedras en el monte Orbe con la sombra de tu poder y fuerza que iba delante, te diste más suave y fuertemente a sentir al profeta en silbo de aire delgado. Oh aire delgado y delicado, di, ¿cómo tocas delgada y delicadamente, Verbo, Hijo de Dios, siendo tan terrible y poderoso?

20.- Oh Dios crea en mí un corazón puro. (10 feb 2021).

La limpieza de corazón no es menos que el amor y gracia de Dios; porque los limpios de corazón son llamados por nuestro Salvador bienaventurados, lo cual es tanto como decir "enamorados", pues que la bienaventuranza no se da por menos que amor.

El que ama a Dios debe gozarse no en si hace buenas obras y sigue buenas costumbres, sino en si las hace por amor de Dios solo, sin otro respecto alguno; porque cuanto son para mayor premio de gloria hechas solo para servir a Dios, tanto para mayor confusión suya será delante de Dios cuanto más le hubieren movido otros respectos

El que anda enamorado de Dios no pretende ganancia ni premio, sino solo perderlo todo y a sí mismo en su voluntad por Dios... El que obra por Dios con puro amor, no solo no pretende ser visto por los hombres, sino ni tan solo ser visto de Dios.

Todo el deseo y fin del alma y de Dios en todas las obras de ella es la consumación y perfección de este estado, por lo cual nunca descansa el alma hasta llegar a él... pues el corazón del hombre no se satisface con menos de Dios, que es su centro.

El puro de corazón igual se aprovecha de la elevación que del abatimiento para llegar a ser cada vez más puro, mientras que el corazón impuro solo produce frutos de impureza. El corazón puro saca de todas las cosas un conocimiento de Dios sabroso, casto, puro, espiritual, lleno de gozo y de amor.  

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