SAN JUAN DAMASCENO

23.10.2021

1.- Oración de un pastor al buen Pastor. (12 may 2014).

A tal extremo, oh Cristo, mi Dios, te humillaste, para cargarme a mí, oveja descarriada, sobre tus hombros y apacentarme en verdes praderas y nutrirme con las aguas de la sana doctrina por medio de tus pastores, los cuales, apacentados por ti, apacientan a su vez a tu eximia y elegida grey. Ahora Señor me has llamado, por medio de tu obispo, al servicio de tus discípulos. Con qué designio hayas hecho tal cosa, yo lo ignoro; tú eres el único que lo sabe.

Señor, aligera la pesada carga de mis pecados, con los que te he ofendido gravemente; purifica mi mente y mi corazón. Sé para mí una lámpara encendida que le guíe por el camino recto. Abre mi boca para que hable rectamente, haz que la lengua de fuego de tu Espíritu me conceda un lenguaje claro y expedito, de modo que tu presencia nunca me abandone. Apaciéntame, Señor, y haz tú de pastor conmigo, para que mi corazón no me desvíe a derecha ni izquierda, sino que tu Espíritu bueno me guíe por el camino recto, y así mis obras sean hechas conforme a tu voluntad hasta el último momento.

2.- Éste es mi Hijo amado. (06 ago 2014).

Hoy es el abismo de la luz inaccesible. Hoy sobre el Tabor, la efusión infinita del resplandor divino brilla ante los apóstoles. Hoy Jesucristo se manifiesta como maestro de la Antigua y de la Nueva Alianza. Hoy sobre el Tabor, Moisés, el legislador de Dios, el padre de la Antigua Alianza, asiste como un servidor a su maestro, Cristo, el dador de la ley. Ahora ve claramente la gloria de la divinidad, albergado en la ranura de la roca, pero esta roca era Cristo, como Pablo ha enseñado expresamente: el Dios encarnado, Verbo y Señor.

Hoy el Padre de la Nueva Alianza, que había proclamado a Cristo como Hijo de Dios diciendo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, ve al padre de la Antigua Alianza, que se mantiene cerca del dador de una y otra, y le dice: "He aquí el que es. He aquí, pues, del que he dicho que surgirá un profeta -como yo, en cuanto hombre y como jefe del nuevo pueblo, pero por encima de mí y de toda criatura-, que dispone para mí y para ti dos alianzas, la Antigua y la Nueva". Venid, pues, ¡obedezcamos a David, el profeta! ¡Cantemos a nuestro Dios, cantemos a nuestro Rey, cantemos! Él es el Rey de toda la tierra. Hoy se manifiesta lo que los ojos de la carne no pueden ver: un cuerpo terrestre irradiando esplendor divino, un cuerpo mortal rebosante de la gloria de la divinidad. Las cosas humanas pasan a ser las de Dios, y las divinas a ser humanas.

3.- Herodes quería ver a Cristo. (25 sep 2014).

Nunca nadie ha visto a Dios. El Hijo único que se encuentra en el seno del Padre es quien lo ha dado a conocer. Lo divino es inexplicable e incomprensible: Nadie conoce al Padre, excepto el Hijo o aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar, y el Espíritu Santo conoce igualmente a Dios. Pero después de este primer y bendito conocimiento divino, nadie ha conocido a Dios sino aquellos a quien Dios mismo se revele.

Por tanto, Dios no nos dejó en la completa ignorancia, porque cada uno ha sembrado en sí el conocimiento de que existe un Dios. La creación, por su cohesión y su dirección, proclama la magnificencia de la naturaleza divina. A continuación, la ley y los profetas y su único Hijo, el Señor, nuestro Dios y Salvador Jesucristo, han demostrado conocimiento de Dios. Por eso, todo lo que nos fue transmitido por la ley y los profetas, los apóstoles y los evangelistas, lo aceptamos, lo conocemos, profesamos nuestra devoción y no buscamos más allá. Dios es bueno. Como él sabe todo lo que nos conviene a cada uno, nos revela lo que nos es útil conocer y lo que podemos soportar. Debemos, por lo tanto, contentarnos con esto y perseverar en ello.

4.- Un día, en alguna parte, Jesús rezaba. (08 oct 2014).

Jesús rezaba aparte. La oración encuentra su fuente en el silencio y la paz interior; es ahí donde se manifiesta la gloria de Dios. Porque, cuando cerremos los ojos y los oídos, cuando nos encontremos en presencia de Dios, cuando, liberados de la agitación del mundo exterior, estemos dentro de nosotros mismos, entonces veremos claramente en nuestras almas el reino de Dios. Porque el reino de los cielos o, si se prefiere, el reino de Dios, está en nosotros mismos: es Jesús, nuestro Señor, quien nos lo dijo.

Sin embargo, los creyentes y el Señor rezan de modo diferente. Los servidores, en efecto, se acercan al Señor en su oración con un temor mezclado de deseo, y la oración se hace para ellos un viaje hacia Dios y hacía la unión con él, que los alimenta de su propia sustancia y los fortalece. Pero Cristo, cuya alma santa es el mismo Verbo de Dios, ¿cómo va rezar? ¿Cómo el Maestro va a presentarse en una actitud de petición? Si lo hace, ¿no será porque, después de haber asumido nuestra naturaleza, quiere instruirnos y mostrarnos el camino que por la oración nos hace subir hacia Dios? ¿No querrá acaso enseñarnos que la oración contiene en su seno la gloria de Dios?

5.-¿Cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme. (21 dic 2016)

Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre... De hecho, las generaciones te proclamarán dichosa, como tú lo has anunciado. Las hijas de Jerusalén, es decir, la Iglesia, te han visto y proclaman tu felicidad... En efecto, tú eres el trono real rodeado de ángeles contemplando al Maestro y Creador que está sentado en él. Eres el Edén espiritual, más sagrado y más sublime que el anterior. En el primero habitaba el Adán de la tierra; en ti, el Señor del cielo. El arca de Noé es la prefiguración de tu ser porque guardó en sí el germen de la segunda creación. Tú das a luz a Cristo, la salvación del mundo por la cual quedaron sepultados los pecados y apaciguadas las aguas.

En la antigüedad has sido prefigurada por la zarza ardiente, dibujada por las tablas escritas `por Dios contada por el arca de la alianza. Has sido prefigurada por urna de oro, el candelabro... la vara de Aarón florida... Me iba a olvidar de la escala de Jacob. Así como Jacob vio el cielo y la tierra unidos por la escala, y los ángeles que subían y bajaban por ella, y a Aquel que es el invencible y el único fuerte, luchar con él una lucha simbólica, así tú misma has sido hecha medianera y escala por la que Dios descendió hacía nosotros y tomó sobre sí la debilidad de nuestra sustancia, abrazándola y uniéndola estrechamente a sí.

6.- Te saludo, llena de gracia. (25 mar 2017).

Esta mujer será Madre de Dios, puerta de la luz, fuente de vida; destruirá la acusación que pesaba sobre Eva. Los ricos de entre los pueblos buscarán su rostro, los reyes de las naciones se prosternarán ante ella ofreciéndole obsequios... pero la gloria de la Madre de Dios es interior: es el fruto de su vientre. Mujer tan digna de ser amada, tres veces bienaventurada, eres bendita entre las mujeres y el fruto de tu vientre es bendito. Hija del rey David y Madre de Dios, Rey del universo, la obra maestra en la que el Creador se regocija, serás la cumbre de la naturaleza. Porque tu vida no será para ti, no has nacido para ti misma, sino que tu vida será para Dios.

Viniste al mundo para él, servirás para la salvación de todos los hombres, cumpliendo el designio de Dios fijado desde antiguo: la encarnación del Verbo, su Palabra, y nuestra divinización. Todo tu deseo es alimentarte de la palabra de Dios, fortalecerte con su sabia, como verde olivo en la casa de Dios, un árbol plantado al borde de la acequia, tú, el árbol de la vida que dio fruto a su tiempo... El que es infinito, ilimitado, vino para quedarse en tu seno; Dios, el niño Jesús, se alimentó de tu leche. Eres la puerta siempre virginal de Dios; tus manos sostienen a tu Dios; tus rodillas son un trono más elevado que los querubines... Eres la cámara nupcial del Espíritu, la ciudad del Dios vivo, en la que se regocijan las aguas del río, es decir, el efluvio de los dones del Espíritu. Eres toda hermosa, la amada de Dios.

7.- El arca de la nueva alianza entra en el templo celeste (15 ago 2018).

En el día de hoy, el Arca santa y viviente del Dios vivo, aquello cuyo seno llevaba al Creador, descansa en el templo del Señor, templo no construido por hombres. David, su antepasado y pariente del Mesías, danza de júbilo. Los ángeles danzan en coro, los arcángeles aplauden y las potestades celestes cantan su gloria.

Aquella de la que brotó la vida en bien de todos, ¿cómo podía ser presa de la muerte? Ciertamente, como hija del viejo Adán, so se exime de la sentencia de la muerte pronunciada contra él, ya que su Hijo, siendo la misma vida, no se sustrajo a esta sentencia. Pero como Madre del Dios vivo, es justo que sea elevada hasta él. Aquella que recibió en su seno a la vida misma, sin principio ni fin, ¿cómo no vivirá eternamente? Antiguamente, los primeros padres de la raza humana, embriagados con el vino de la desobediencia, el espíritu aletargado por la intemperancia del pecado, se durmieron en el sueño de la muerte. El Señor los echó del paraíso. Ahora, aquella que no cometió pecado alguno y que dio a luz al Hijo de la obediencia a Dios Padre ¿cómo no iba él a acogerla en la paraíso abriéndole gozoso sus puertas? Ya que Cristo, vida y verdad, dijo: Si alguien quiere servirme, que me siga; correrá la misma suerte que yo. ¡Cómo, con mayor razón, su Madre no compartirá su morada en el cielo!

8.- Dichoso el vientre que te llevó. (12 oct 2018).

Tú, Señor, me formaste en el vientre de mi madre. Con la bendición del Espíritu Santo, preparaste mi creación y mi existencia, no por voluntad de varón, ni por deseo carnal,. Sino por una gracia tuya inefable. Previniste mi nacimiento con un cuidado superior al de las leyes naturales, pues me sacaste a la luz adoptándome como hijo tuyo y me contaste entre los hijos de tu Iglesia santa e inmaculada.

Me alimentaste con la leche espiritual de tus divinas enseñanzas. Me nutriste con el vigoroso alimento del cuerpo de Cristo, nuestro Dios, tu santo Unigénito, y me embriagaste con el cáliz divino, o sea, con su sangre vivificante, que él derramó por la salvación de todo el mundo.

Porque tú, Señor, nos has amado y has entregado a tu único y amado Hijo para nuestra redención, que él aceptó voluntariamente, sin repugnancia; más aún, puesto que él mismo se ofreció, fue destinado al sacrificio como cordero inocente, porque, siendo Dios, se hizo hombre y con su voluntad humana se sometió, haciéndose obediente a ti, Dios, su Padre, hasta la muerte, y una muerte de cruz.

9.- Una madre digna del que la creó. (26 jul 2019).

¡Venid con alegría, festejemos la natividad de la que es la alegría del mundo entero! I los paganos honran el aniversario de su rey, ¿qué deberíamos hacer nosotros para honrar el de la Madre de Dios, por quien toda la humanidad fue transformada, por quien el dolor de Eva, nuestra primera madre, fue cambiado de gozo? En efecto, Eva escuchó la sentencia de Dios: Parirás hijos con dolor, y María: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

Que toda la creación esté de fiesta y cante el santo nacimiento de una santa mujer, porque de ella nace un tesoro imperecedero. Por ella, la Palabra creadora de Dios se ha unido a la creación entera, y festejemos el fin de la esterilidad humana, el fin de la enfermedad que nos privaba de poseer el bien. La naturaleza ha cedido paso a la gracia. Tal como la Virgen Madre de Dios debía nacer de Ana, la estéril, también la naturaleza quedó sin dar fruto hasta que la gracia trajo el suyo. Era preciso que abriera el seno de su madre aquella que debía dar a luz al primogénito de toda criatura en quien todo subsiste. ¡Joaquín y Ana, dichosa pareja! Toda la creación os es deudora; por medio de vosotros ha ofrecido al Creador el mejor de sus dones: una madre digna de veneración, la única madre digna del que la creó.

10.- La Virgen María, imagen de la Iglesia futura. (15 ago 2019).

Oh Madre de Dios, siempre virgen, tu santa partida de este mundo es verdaderamente una travesía, una entrada en la morada de Dios. Saliendo de este mundo material, entras en una patria mejor. El cielo gozoso acoge tu alma: ¿Quién es esto que sube brillante como la aurora, bella como la luna, resplandeciente como el sol? El rey la ha introducido en sus estancias y los ángeles glorifican a la que es la Madre de su propio Señor, por naturaleza y en verdad, según el plan de Dios.

Los apóstoles han llevado tu cuerpo sin mancha, arca de la verdadera alianza, y lo han depositado en su santo sepulcro. Y allí, como si fuera otro Jordán, ha llegado a la verdadera Tierra prometida, a la Jerusalén celestial, Madre de todos los creyentes, de la cual Dios es el arquitecto y constructor. Porque tu alma no ha descendido al lugar de los muertos, pues tu carne no ha conocido la corrupción. Tu cuerpo purísimo, sin mancilla, no ha sido abandonado a la tierra, sino que te lo has llevado a la mansión del reino de los cielos, tú, la Reina, la Soberana, la Señora, la Madre de Dios, la verdadera Theotokos. Pon tu mirada sobre nosotros, oh Reina, Madre de nuestro Soberano, guía nuestro camino hasta el puerto sin tempestad del buen deseo de Dios.

11.- Entonces, Jesús rompió a llorar. Los judíos comentaban: ¡Cómo lo quería! (29 mar 2020).

Siendo Dios verdadero, Señor, tú conocías el sueño de Lázaro y lo anunciabas a los discípulos. Viviendo en la carne, tú que no tienes límites, vas a Betania. Hombre verdadero, rompes a llorar por Lázaro. Dios verdadero, por tu voluntad resucitas al que llevaba cuatro días enterrado. Llorando por tu amigo, enjugaste las lágrimas de Marta, y por su pasión voluntariamente aceptada, has enjugado las lágrimas de tu pueblo. Guardián de la vida, tú llamas a un muerto como si se tratase de uno que duerme. Con una palabra has rasgado las entrañas del infierno y has resucitado a aquel que se puso a cantar: ¡Bendito eres, Señor, Dios de nuestros Padres! A mí, ahogado por los lazos de mis pecados, levántame y cantaré: ¡Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres!

Movida por la gratitud, María te trae un frasco de mirra con una deuda para con su hermano y te canta por todos los siglos. Como mortal, tú invocas al Padre; como Dios, despiertas a Lázaro, un muerto cuatro días. Tú lo haces surgir de la tumba, convirtiéndole en testimonio verídico de tu resurrección al tercer día. Tú caminas, lloras, hablas, Salvador mío, mostrando tu naturaleza humana. Pero resucitando a Lázaro revelas tu naturaleza divina. De manera inefable, Señor, Salvador mío, según tus dos naturalezas, has realizado mi salvación.

12.-Celebremos con gozo el nacimiento de la Virgen María: por ella nos vino el Sol de justicia. (08 sep 2020).

Hay una puerta virginal se adelanta. Hoy, un tallo ha salido de la raíz de Jesé, de donde para el mundo saldrá una flor unida a la divinidad por su naturaleza. Hoy, a partir de la naturaleza terrestre, ha sido formado un cielo sobre la tierra por aquel que antaño hizo que el firmamento fuera sólido separándolo de las aguas y elevándolo hasta las alturas. Pero es un cielo mucho más sorprendente que el primero, porque el mismo que creó el cielo al principio hoy se ha levantado de este nuevo cielo, como un sol de justicia. La luz eterna, nacida antes de los siglos de la luz eterna, el ser inmaterial e incorpóreo, toma un cuerpo de esta mujer y, como un esposo, sale de la cámara nupcial.

Hoy, el hijo del carpintero, la Palabra siempre en acto de aquel que todo lo ha creado por medio de él, el brazo poderoso del Dios Altísimo, se ha construido una escalera viviente, cuya base está plantada en la tierra y cuyo final se eleva hasta el cielo. Dios descansa sobre ella; es la que Jacob contempló en imagen; por ella, Dios, en su inmovilidad, ha descendido, o mejor aún, se ha inclinado condescendientemente, y así se ha hecho visible sobre la tierra y ha convivido con los hombres.

13.- ¿Cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? (21 dic 2020).

Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Las generaciones te proclamarán dichosa, como tú lo has anunciado. Las hijas de Jerusalén, es decir, la Iglesia, te han visto y proclaman tu felicidad. En efecto, tú eres el trono real rodeado de ángeles contemplando al Maestro y Creador que está sentado en él. Eres el Edén espiritual, más sagrado y más sublime que el anterior. En el primero habitaba el Adán de la tierra; en ti, el Señor del cielo. El carca de Noé es la prefiguración de tu ser, porque guardó en sí el germen de la segunda creación. Tú das a luz a Cristo, la salvación del mundo por la cual quedaron sepultados los pecados y apaciguadas las aguas.

En la antigüedad, fuiste prefigurada por la zarza ardiente, dibujada por las tablas escritas por Dios, contada por el arca de la alianza. Has sido prefigurada por la urna de oro, el candelabro, la vara de Aarón florida, la escala de Jacob. Así como Jacob vio el cielo y la tierra unidos por la escala, y los ángeles que subían y bajaban por ella, y al invencible y al fuerte pelear con él en una lucha simbólica, así tú misma has sido hecha medianera y escala por la que Dios descendió hacia nosotros y tomó sobre sí la debilidad de nuestra sustancia, abrazándola y uniéndola estrechamente a sí. 

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