SAN JUAN BAUTISTA MARIA VIANNEY (SANTO CURA DE ARS)

23.10.2021

     1.- El grano que cayó en tierra buena, dio fruto al ciento por uno.   (14 feb 2013)

Si me preguntáis que es lo que quiere decir Jesucristo al hablar de ese sembrador que salió de madrugada a esparcir la semilla en su campo, hermanos os digo que ese sembrador es el mismo Dios bueno que comienza a trabajar para nuestra salvación desde el comienzo del mundo, enviándonos profetas antes de la venida del Mesías para enseñarnos que debíamos ser salvados. No se contentó enviándonos a sus servidores, sino que vino él mismo y nos señaló el camino que debíamos tomar y nos anunció la palabra santa.

Una persona que no se alimenta de esta palabra santa, se parece a un enfermo sin médico, a un viajero extraviado sin guía, a un pobre sin recursos. Es del todo imposible, hermanos amar a Dios y contentarle sin alimentarse de esta palabra divina. ¿Qué es lo que puede llevar a ligarnos a él sino conocerlo?¿Y que nos lo hace conocer con todas sus perfecciones, sus bellezas y su amor por nosotros si no es la Palabra de Dios, que nos enseña todo lo que él ha hecho por nosotros y los bienes que nos prepara en la otra vida?.

2.- Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. (14 oct 2013).

Hermanos si recorremos las diferentes edades del mundo, vemos que toda la tierra está cubierta de las misericordias del Señor, y los hombres envueltos en sus beneficios. No, hermanos, no es el pecador quien vuelve a Dios para pedirle perdón, sino que es el mismo Dios quien corre a buscar al pecador y le hace volver a él: Espera que los pecadores hagan penitencia y a ello los invita a través de movimientos interiores de su gracia y por la voz de sus ministros.

Fijaos como se comporta el Señor con Nínive, esta gran ciudad pecadora. El Señor dice a Jonás: Ve a anunciar a la gran ciudad que dentro de cuarenta días perecerá. No les pone condiciones de ninguna clase. El profeta va y anuncia a Nínive que dentro de cuarenta días perecerá. Ante esta noticia todos se entregan a la penitencia y al llanto, desde el campesino hasta el rey. El Señor, viendo cómo recurren a la penitencia, parece alegrarse. Jonás, viendo que era llegado el tiempo del castigo, se retiró a las afuera de la ciudad y espera allí ver cómo cae sobre la ciudad fuego del cielo. Viendo que no caía, exclamó: "¡Ah, Señor!, ¿es que quieres hacerme pasar por un falso profeta? Es mejor que me hagas morir. ¡Ah, se muy bien que eres demasiado bueno, y que solo quieres perdonar!" "Jonás le dice el Señor, ¿es que tú querrías que hiciera morir a tantas personas que se han humillado ante mí? No, Jonás, yo no sería capaz de ello, sino al contrario, los amaré y los guardaré.

3.- No temáis

La verdadera razón por la cual no llegas a poder meditar es ésta ¡y no me equivoco! Comienzas la meditación agitado y lleno de ansiedad. Esto es suficiente para que nunca alcances lo que buscas, porque tu espíritu no está concentrado sobre la verdad que meditas y no hay amor en tu corazón. Esta ansiedad es vana. No sacarás de ella nada más que un gran cansancio espiritual y una frialdad de alma, sobre todo a nivel afectivo. Contra ello no conozco otro remedio que éste: salir de ese estado de ansiedad. Éste es, en efecto, uno de los mayores obstáculos para la práctica religiosa y la vida de oración.

De ninguna manera quiero dispensarte de la meditación simplemente porque te parece que no sacas ningún provecho de ella. A medida que vayas haciendo vacío en ti mismo, verás como te irás desprendiendo de este apego, y el Señor te hará el don de la oración que tiene guardado en su diestra.

4.- El sembrador salió a sembrar. (23 jul 2014).

El sembrador que salió de madrugada para ir a sembrar la simiente en el campo es Dios mismo, que empezó a trabajar en nuestra salvación desde el comienzo del mundo, enviándonos a sus profetas antes de la venida del Mesías, para que aprendiéramos los que necesitábamos para salvarnos; no se ha contentado con enviarnos a sus servidores, sino que vino él mismo y nos ha trazado el camino que debemos seguir, anunciándonos la santa palabra.

¿Sabéis lo que supone que una persona no se alimente de esta palabra santa o abuse de ella? Es similar a un enfermo sin médico, aun viajero perdido y sin guía, aun pobre sin recursos; digamos mejor, hermanos míos, que es imposible amar a Dios y complacerle sin ser alimentado por esta palabra divina. ¿Qué es lo que nos mueve a acercarnos a él si no es porque lo conocemos? Y, ¿quién nos lo hace conocer con todas sus perfecciones, bondades y su amor para con nosotros sino la Palabra de Dios, que nos enseña todo lo que ha hecho por nosotros y los bienes que nos prepara en la otra vida si le complacemos?

5.- Hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. (06 nov 2014).

La conducta que Jesucristo tuvo durante su vida mortal nos muestra la grandeza de su misericordia para con los pecadores. Los va a buscar por los remordimientos de conciencia, los hace volver por su gracia y los gana con sus modales amorosos. Los trata con tanta amabilidad, que incluso los defiende ante los escribas y fariseos que quieren culparlos.

Va incluso más allá: quiere justificar su conducta hacia ellos con una parábola que retrata la grandeza de su amor por los pecadores, diciéndoles: "Un pastor que tenía cien ovejas, habiendo perdido una, deja a todas las demás y va corriendo a buscar a la que se había perdido, y, habiéndola encontrado, se la pone sobre sus hombros para ahorrarle las dificultades del camino. Entonces, después de devolverla a su redil, invita a todos sus amigos para que se alegren con él, por haber encontrado la oveja que estaba perdida" Y añadió también esta parábola de una mujer que tiene diez monedas de plata y habiendo perdido una, enciende la lámpara para buscar en cada rincón de su casa, y habiéndola encontrado, invita a todos sus amigos para que se alegren con ella. Por ello, dijo, que El cielo entero se alegra por el regreso de un pecador que se arrepiente y hace penitencia. Yo no he venido a salvar a los justos sino a los pecadores; no necesitan médico los que están sanos, sino los enfermos.

6.- Os enviaré a mi ángel. (02 oct 2015).

Aunque el buen Dios se baste a sí mismo, emplea, para gobernar el mundo, el ministerio de sus ángeles. Si vemos que Dios cuida con tanto esmero nuestra vida, debemos concluir que nuestra alma es algo muy grande y muy valioso, para que emplee para su conservación y santificación lo más grande de su tribunal. Nos dio a su Hijo para salvarnos; este mismo Hijo nos da a cada uno de nosotros las gracias y los socorros necesarios para nuestra salvación. ¡Oh, qué poco conoce el hombre lo que es y el fin para el que ha sido creado! Leemos en la Escritura que el Señor decía a su pueblo: Voy a enviaros a mi ángel, con el fin de que os conduzca en todos vuestros pasos.

Debemos invocar a menudo a nuestros ángeles de la guarda, respetarlos y, sobre todo, tratar de imitarlos en todas nuestras acciones, Lo primero que debemos imitar en ellos, es la conciencia de que estamos en presencia de Dios. En efecto, si estuviéramos bien advertidos de la presencia de Dios, ¿cómo podríamos hacer el mal? ¡Nuestras virtudes y todas nuestras buenas obras serían mucho más agradables a Dios! Dios le dice a Abrahán: ¿Quieres ser perfecto? Camina en mi presencia.

¿Cómo puede ser que olvidemos tan fácilmente al buen Dios, si lo tenemos siempre delante de nosotros? ¿Por qué no tenemos respeto y reconocimiento hacia nuestros ángeles, que nos acompañan día y noche? "Soy demasiado miserable, diréis, para merecer esto". No sólo, hermanos míos, Dios no os pierde de vista un instante, sino que da un ángel que no deja de guiar vuestros pasos.

7.- El reino de Dios se parece a un tesoro escondido en un campo.  (02 sep 2017).

"Hice mal en abandonar a mi padre que me quería tanto; derroché todos mis bienes llevando una mala vida; ¿podrá reconocerme mi padre como su hijo? Me echaré a sus pies, los regaré con mis lágrimas; le pediré que me trate como a uno de sus jornaleros"... Su padre, que seguía llorando después de su pérdida, viéndole venir de lejos, olvidó su edad avanzada, la mala vida de este hijo, totalmente asombrado por el amor de su padre, exclama: No merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros. "No, no hijo mío, exclama el padre, todo está olvidado, pensemos sólo en regocijarnos".

"Que le traigan el mejor vestido, tiremos la casa por la ventana y alegrémonos: porque mi hijo estaba muerto y ha resucitado, estuvo perdido y lo hemos encontrado". ¡Bella imagen, hermanos míos, de la grandeza de la misericordia de Dios para con los pecadores más miserables! ¡Oh Dios mío, el pecado es algo horrible! ¿Cómo podemos cometerlo? Pero con todo lo miserables que somos, en cuanto tomamos la resolución de convertirnos, las entrañas de su misericordia se mueven a compasión. Este Salvador misericordioso corre, por su gracia, al encuentro de los pecadores, los abraza colmándolos de los consuelos más deliciosos. ¡Oh delicioso encuentro! ¡Qué felices seríamos si tuviéramos la dicha de comprenderlo! Pero, por desgracia, no correspondemos a la gracia, y entonces estos momentos felices desaparecen.

8.- Si pedís algo al Padre en mi nombre, os la concederá. (04 ago 2018)

La oración es una degustación anticipada del cielo, hace que una parte del paraíso baje hasta nosotros. Nunca nos deja sin dulzura; es como una miel que se derrama sobre el alma y lo endulza todo. En la oración hecha debidamente, se funden las penas como la nieve ante el sol. Hace que el tiempo transcurra tan aprisa y con tanto deleite, que ni se percibe su duración. Mirad: cuando era párroco en Bresse, en cierta ocasión en que casi todos mis colegas habían caído enfermos, tuve que hacer largas caminatas, durante las cuales oraba al buen Dios, y creedme que el tiempo se me hacía corto.

Hay personas, que se sumergen totalmente en la oración como los peces en el agua, porque están totalmente entregadas al buen Dios. Su corazón no está dividido. ¡Cuánto amo a estas almas generosas! Nosotros, por el contrario, ¡cuántas veces venimos a la Iglesia sin saber lo que hemos de hacer o pedir! Y, sin embargo, cuando vamos a casa de cualquier persona, sabemos muy bien para qué vamos. Hay algunos que incluso parece que le dijeran al buen Dios: "Solo dos palabras, para deshacerme de ti". Muchas veces pienso que, cuand0o venimos a adorar al Señor, obtendríamos todo lo que le pedimos si se lo pidiéramos con una fe muy viva y un corazón muy puro.

9.- Hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. (07 nov 2019)

La conducta que Jesucristo tuvo durante su vida mortal nos muestra la grandeza de su misericordia para con los pecadores. Vemos que todos ellos se acercan a hacerle compañía, y él, lejos de rechazarlos o siquiera alejarse, hizo todo lo posible para encontrarse con ellos, con el fin de atraerlos hacia su Padre. Los busca a través de los remordimientos de conciencia, los hace volver por su gracia y los gana con sus modales amorosos. Los trata con amabilidad, que incluso los defiende ante los escribas y fariseos que quieren culparlos.

V incluso más allá: quiere justificar su conducta hacia ellos con una parábola, la del buen pastor, que retrata, de la mejor manera, la grandeza de su amor por los pecadores. Y añadió también la parábola de una mujer que tenía diez monedas de plata y, habiendo perdido una, enciende la lámpara par buscar en cada rincón de su casa, y habiéndola encontrado, invita a todos sus amigos para que se alegren con ella. Por ello, dijo, el cielo entero se alegra por el regreso de un pecador que se arrepiente y hace penitencia. Vemos que Jesús se aplica a sí mismo la imagen viva de la grandeza de su misericordia hacia los pecadores. ¡Qué suerte para nosotros saber que la misericordia de Dios es infinita!

10.- El perdón es la ley. (03 mar 2020)

Dios solo perdonará a aquellos que hayan perdonado: así es la ley. Los santos no sienten ningún odio, ninguna hiel; ellos perdonan todo y siempre piensan que, merecen mucho más castigo por las ofensas hechas a Dios. Desde el momento en que odiamos a nuestro prójimo, Dios nos devuelve este odio: es un rasgo que se vuelve en nuestra contra. El otro día le decía a alguien: "¿Pero entonces usted no quiere ir al cielo?, ¿qué usted no quiere ver a esta persona?" -¡Por supuesto! Sí, pero nos esforzaremos en permanecer lejos uno del otro para no vernos". No tendrán esta molestia pues la puerta del cielo está cerrada al odio.

En el cielo no hay ningún resentimiento. Igualmente, los corazones buenos y humildes que reciben las injurias y las calumnias con alegría o indiferencia empiezan su paraíso en este mundo. Aquellos que conservan su rencor permanecen infelices. El medio para contrarrestar al demonio cuando este nos suscita pensamientos de ira contra aquellos que nos hacen el mal es rezar cuanto antes por ellos. Es así como vencemos el mal con el bien, es así como viven los santos.

11.- Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. (04 mar 2020)

Fijaos cómo se comporta Dios con Nínive, esta gran ciudad pecadora. Antes de castigar a sus habitantes, manda al profeta Jonás a que vaya de su parte a anunciarles que dentro de cuarenta días les va a castigar. Jonás, en lugar de ir a Nínive, huye. Quiere atravesar el mar; pero Dios, antes de castigar a los ninivitas sin haberles advertido con anterioridad y para mantener en vida a su profeta, hace un milagro y lo guarda en el vientre de la ballena durante tres días y tres noches, la cual, al cabo de tres días, lo vomita sobre la tierra. Entonces el Señor dice a Jonás: Ve a anunciar a la gran ciudad que dentro de cuarenta días perecerá. El profeta lo hace.

Ante esta noticia, todos se entregan a la penitencia y al llanto, desde el campesino hasta el rey. El Señor, viendo cómo recurren a la penitencia, parece a legrarse por poder perdonarles. Jonás, viendo que era llegado el tiempo del castigo, se retiró a las afueras de la ciudad para ver cómo caía sobre la ciudad fuego del cielo. Viendo que no caía, exclamó: "¡Ah, Señor!, ¿es que quieres hacerme pasar por un falso profeta? Es mejor que me hagas morir. ¡Ah, sé muy bien que eres demasiado bueno, y que solo quieres perdonar!" -"Y entonces, Jonás -le dice el Señor-, ¿querrías que hiciera morir a tantas personas que se han humillado ante mí? ¡Oh no!, no, Jonás, yo no sería capaz; al contrario, los amaré y los guardaré".

12.- Acumulemos los tesoros eternos. (06 nov 2020)

El mundo pasa y pasamos con él. Los reyes, los emperadores, todo se va. Nos abalanzamos hacia la eternidad, de donde no regresamos más. No se trata más que de una sola cosa: salvar nuestra pobre alma. Los santos no estaban apegados a los bienes de la tierra; soñaban solo con los del cielo. Las personas del mundo, al contrario, no piensan más que en el presente. Hay que actuar como los reyes, Cuando van a ser destronados, envían sus tesoros adelante; sus tesoros los esperan. Del mismo modo, un buen cristiano envía todas sus buenas obras a la puerta del cielo. La tierra es un puente para atravesar el agua, no sirve más que para sostener nuestros pies. Estamos en este mundo, pero no somos de este mundo, puesto que decimos todos los días "Padre nuestro, que estás en el cielo". Debemos entonces esperar nuestra recompensa para cuando estemos "en nuestro hogar" en la casa del Padre.

13.- Del buen uso de las tentaciones. (30 ene 2021).

Así como el buen soldado no tiene miedo de combatir, así mismo el buen cristiano no le teme a la tentación. ¡La tentación más grande es no tener ninguna! Se puede casi decir que somos afortunados por tener tentaciones: es el momento de la cosecha espiritual en la que acumulamos para el cielo. Si estuviésemos bien penetrados de la santa Presencia de Dios, nos resultaría fácil resistir al enemigo. Con este pensamiento: ¡Dios te ve!, no pecaríamos jamás.

Había una santa que se quejaba ante nuestro Señor después de la tentación y le decía: "¿Dónde estabas, mi querido Jesús, durante esta horrible tormenta?" Nuestro Señor le respondió: "Estaba en medio de tu corazón..."

14.- Primero hay que instruirse. (06 feb 2021).

Hijos míos, ¡la Palabra de Dios no es poca cosa! Las primeras palabras de nuestro Señor dirigidas a sus apóstoles fueron estás: Id y enseñad para hacernos ver que la instrucción va antes que nada. ¿Qué nos permite conocer nuestra religión? La instrucción que hemos escuchado. ¿Qué es lo que nos da el horror al pecado, lo que nos hace percibir la belleza de la virtud, lo que nos inspira el deseo del cielo? La instrucción.

Hijos míos, ¿por qué somos tan ciegos e ignorantes? Porque no hacemos caso a la Palabra de Dios. Una persona instruida siempre tiene recursos. Puede perderse con toda clase de malos caminos, pero podemos esperar siempre que regrese al Buen Dios tarde o temprano, aun cuando sea la hora de su muerte. Una persona que no está instruida en la religión es como un enfermo agonizando: no conoce la gravedad del pecado, ni la belleza de su alma, ni el valor de la virtud, va arrastrándose de pecado en pecado. Una persona instruida tiene siempre los guías que caminan junto a ella: el consejo y la obediencia.

15.- Dios se da a sí mismo como comida. (06 jun 2021).

Para tener una idea de nuestra dignidad, debemos recordar a menudo el cielo, el calvario y el infierno. Si comprendiéramos lo que significa ser hijo de Dios, no podríamos hacer el mal, seríamos como ángeles sobre la tierra. Ser hijo de Dios, ¡qué dignidad! Cuando los ángeles se rebelaron contra Dios, ese Dios tan bueno, viendo que ya no podían gozar de la felicidad para la cual habían sido creados, hizo al hombre y ese pequeño mundo que vemos para alimentar su cuerpo. Pero era necesario también alimentar su alma; y como nada de lo que había sido creado puede alimentar el alma, que es un espíritu, Dios quiso darse a sí mismo como comida.

Pero la gran desgracia es que somos negligentes y no recurrimos a este divino Alimento para atravesar el desierto de esta vida. Así como una persona que muere de hambre al lado de una mesa llena de comida, del mismo modo hay quienes se quedan cincuenta, sesenta años sin alimentar su alma. Si los cristianos pudieran comprender este lenguaje de nuestro Señor que les dice: "Pese a tu miseria, quiero ver de cerca esta bella alma que he creado para mí. La he hecho tan grande que solamente yo pueda llenarla. La he hecho tan pura que solamente mi cuerpo puede alimentarla".

16.- Cuando recéis... orad así. (17 jun 2021).

Padre nuestro, que estás en el cielo: esto sí que es bello, hijos míos, ¡tener un Padre en el cielo! Venga a nosotros tu reino. Si hago reinar al buen Dios en mi corazón, él me hará reinar junto él en su gloria. Hágase tu voluntad. No hay nada más dulce y perfecto que hacer la voluntad de Dios. Para hacer bien las cosas, hay que hacerlas como Dios quiere, en conformidad con sus designios. Danos hoy nuestro pan de cada día. Dentro de nosotros tenemos dos partes, el alma y el cuerpo. Pedimos a Dios que alimente nuestro pobre cuerpo, y él nos responde haciendo producir a la tierra todo lo necesario para nuestro sustento. Pero también le pedimos que alimente nuestra alma, que es la parte más bella de nosotros mismos; la tierra es muy pequeña para proveer a nuestra alma de lo necesario para llenarla: ella tiene hambre de Dios, solo Dios puede llenarla.

El buen Dios no creyó hacer de más al morar sobre la tierra y al tomar un cuerpo, para que ese Cuerpo fuese el alimento de nuestras almas. Cuando el sacerdote presenta la ostia y os la muestra, tu alma puede decir: ¡Esta es mi Comida! Queridos, ¡somos inmensamente bienaventurados! ¡Solo lo comprenderemos en el cielo!

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar