SAN IRENEO DE LYON

31.08.2021

1.-El dedo de Dios (11 oct 2013)

El hombre es una mezcla de alma y carne, una carne formada para ser semejante a Dios y modelada por sus dos manos, es decir, el Hijo y el Espíritu. Dirigiéndose a ellos, dijo: Hagamos al hombre.Pero ¿Cómo podrás un día ser divinizado si todavía no eres hombre? ¿Cómo podrás ser perfecto si eres un ser apenas creado? ¿Cómo llegarás a ser inmortal si no has obedecido a tu Creador en una naturaleza mortal? Puesto que eres obra de Dios, espera pacientemente la mano de tu artista, que hace todas las cosas en su tiempo oportuno. Preséntale un corazón flexible y dócil y conserva la forma que te ha dado ese artista, guardando en ti el agua que viene de él, sin la cual te endurecerás y rechazarás la huella de sus dedos.

Si te dejas formar por él, alcanzarás la perfección porque a través de la acción de Dios tu barro quedará escondido; es su mano la que ha creado tu sustancia. Pero si, endureciéndote, rechazas su acción sobre ti y te muestras descontento de que te haya hecho hombre, por su ingratitud para con Dios habrás rechazado no solamente su arte, sino la misma vida; porque crear es propio de la bondad de Dios y ser creado es propio de la naturaleza del hombre. Si te entregas a él poniendo en él tu confianza, recibirás el beneficio de su acción y serás la obra maestra de Dios.

2.- Una de las primeras declaraciones históricas de los evangelistas. (21 sept 2013)

Los apóstoles, que poseían todos de manera igual y cada uno en particular, la Buena Noticia, fueron hasta los confines de la tierra proclamando la buena noticia de los bienes que Dios nos envía y anunciando a los hombres la paz del cielo. Mateo hizo aparecer en su propia lengua una forma escrita de evangelio dirigida a los hebreos, justamente cuando Pedro y Pablo evangelizaban Roma y fundaban allí la Iglesia. Después de su muerte, Marcos, el discípulo e intérprete de Pedro, nos transmitió también por escrito la predicación de Pedro. E igualmente Lucas, el compañero de Pablo, consignó en un libro el evangelio que este predicaba. Más adelante Juan, el discípulo del Señor, el que reclinó su cabeza sobre su pecho, publicó también, durante su estancia en Éfeso, el evangelio.

En su evangelio, Mateo nos narra la generación de Cristo como hombre: Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán: el nacimiento de Jesucristo de esta manera. Este evangelio presenta, pues, a Cristo bajo su forma humana; por eso, en él Cristo se presenta siempre con sentimientos de humildad y como hombre benigno. El apóstol Mateo solo conoce a un único y mismo Dios que prometió a Abrahán que multiplicaría su descendencia como las estrellas del cielo y que a través de su Hijo, Jesucristo, nos llama a pasar del culto a las piedras a su conocimiento, de manera que el que no era un pueblo pasa a ser su pueblo, y la que no era amada se convierte en la amada.

3.- Muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con Abrahán en el reino de los cielos. (02 dic 2013).

He aquí que viene días, oráculo del Señor, en que yo sellaré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. Isaías anuncia que estas promesas deben ser el anuncio de una herencia para la llamada a los paganos: también para ellos se ha abierto el libro de la Nueva Alianza: Esto dice el Dios de Israel: "Aquel día se dirigirá el hombre a su Creador, y sus ojos mirarán hacía el Santo de Israel. No se fijará en los altares, obras de sus manos, ni lo que hicieron sus dedos mirará. Es del todo evidente que estas palabras se dirigen a los que abandonan los ídolos y creen en Dios gracias al Santo de Israel, y el Santo de Israel es Cristo.

En el libro de Isaías, el mismo Verbo dice que debía manifestarse estando entre los hombres -en efecto, el Hijo de Dios se hizo Hijo del hombre- y dejarse encontrar por los que anteriormente no le conocían: "Me he hecho el encontradizo de quienes no preguntaban por mí; me he dejado hallar por quienes no me buscaban. Dije: Aquí estoy a gente que no invocaba mi nombre". Que este pueblo del que habla Isaías, entre los doce profetas, por Oseas: Ameré a No-amada y a No-mi-pueblo y diré:"Tú eres mi pueblo". También lo dijo Juan Bautista: Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. En efecto, después de haber sido arrancados, por la fe, del culto a las piedras, nuestros corazones vena Dios y somos hechos hijos de Abrahán, que fue justificado por la fe.

4.- La Ley enraizada en nuestros corazones. (16 feb 2014).

En la Ley hay preceptos naturales que nos dan ya la santidad; incluso antes de que Dios diera la Ley a Moisés, había hombres que observaban estos preceptos: quedaron justificados por su fe y fueron agradables a Dios. El Señor no abolió estos preceptos, sino que extendió y dio plenitud. De eso nos dan prueba sus palabras: Se dijo a los antiguos: no cometerás adulterio. Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola ya ha cometido adulterio con ella en su interior. Y también: Se dijo: no matarás. Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano sin motivo tendrá que comparecer ante el tribunal. Estos preceptos no implican ni la contradicción ni la abolición de los precedentes, sino su cumplimiento y extensión. Tal como el mismo Señor dice: Si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

¿En que cosiste este ir más allá? Primeramente en creer no sólo en el Padre, sino también en el Hijo manifestado en lo sucesivo, porque él es quien conduce al hombre a la comunión y unión con Dios. Después, en no decir tan sólo, sino en hacer -porque dicen pero no hacen- y guardarse no sólo en cometer actos malos, sino también de desearlos. Con estas enseñanzas, el Señor no contradecía la Ley, sino que la llevaba a su cumplimiento, a su plenitud, y ponía en nosotros la raíz de las prescripciones de la Ley.

5.- Abrahán vio mi día y saltó de alegría. (10 abr 2014).

Como Abrahán era profeta y con el Espíritu veía el día de la venida del Señor y la economía de la pasión, se alegró con gran gozo. Por eso, Simeón, uno de sus descendientes, contemplaba la alegría del patriarca cuando dijo: Ahora puedes dejar a tu siervo irse en paz, Señor, porque mis ojos han visto tu salvación que preparaste ante todos los pueblos, luz para las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Los ángeles también anunciaron un gran gozo a los pastores que velaban en la noche e Isabel exclamó: proclama mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador. De este modo, el gozo de Abrahán descendió a los de su linaje que velaban, vieron a Cristo y creyeron en él. Pero también a la inversa, el gozo de sus hijos se remontó hasta Abrahán.

El Señor dio testimonio de ello: Abrahán, vuestro padre, deseó ver mi día, lo vio y se alegró. No lo dijo tanto por Abrahán, cuanto para mostrar que todos los que desde el principio conocieron a Dios y profetizaron sobre la venida de Cristo recibieron la revelación del mismo Hijo, el cual en los últimos tiempos se hizo visible y palpable, y vivió en medio de la raza humana. De este modo, suscitó de las piedras hijos de Abrahán y cumplió la promesa que Dios le había hecho de multiplicar su linaje como las estrellas del cielo.

6.- Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor, el Paráclito, que esté siempre con vosotros. (26 may 2014).

El Espíritu prometido por los profetas descendió sobre el Hijo de Dios hecho Hijo del hombre para acostumbrarse a habitar con él en el género humano, a descansar en los hombres y a morar en la criatura de Dios, obrando en ella la voluntad del Padre y renovándola en Cristo. Este Espíritu es el que David pidió para el género humano, diciendo: Confírmame en el Espíritu generoso. De él mismo dice Lucas que descendió en Pentecostés sobre los apóstoles, con potestad sobre todas las naciones para conducirlas a la vida y hacerles comprender el Nuevo Testamento; por eso, provenientes de todas las lenguas alababan a Dios, pues el Espíritu reunía en una sola unidad a las tribus distantes y ofrecía al Padre las primicias de todas las naciones.

El Señor prometió que enviaría al Paráclito que nos acercase a Dios porque así como el trigo seco no puede hacerse ni una sola masa ni un solo pan sin agua, así tampoco nosotros, siendo muchos, podíamos hacernos uno en Cristo Jesús sin el agua que proviene del cielo. Y así como la tierra árida no fructifica si no llueve, así tampoco nosotros, siendo un leño seco, daríamos fruto para la vida si no se nos enviase de los cielos la lluvia gratuita. Nuestros cuerpos recibieron la unidad por medio de la purificación bautismal, para la incorrupción y nuestras almas la recibieron por el Espíritu.

7.- Pediré al Padre y os dará otro Defensor que estará siempre con vosotros. (24 may 2015).

El Señor dijo a sus discípulos: Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Con este mandato, les daba el poder de regenerar a los hombres en Dios. Dios había prometido por boca de sus profetas que en los últimos días derramaría su Espíritu sobre sus siervos y siervas, y que éstos profetizarían. Así el Señor prometió a la Samaritana un agua viva, para que nunca más tuviera sed y no se viera obligada a sacar agua con dificultad ya que ella misma poseía un agua que brotaba hasta la vida eterna. Se trata de poder beber lo que el Señor ha recibido de su Padre, y que a su regreso da a los que esperan en él, enviando el Espíritu Santo sobre toda la tierra.

Gedeón había profetizado que el rocío, que es el Espíritu de Dios, se extendería sobre toda la tierra. Es precisamente este Espíritu el que descendió sobre el Señor: Espíritu de prudencia y sabiduría, Espíritu de consejo y valentía, Espíritu de ciencia y temor del Señor. El Señor, a su vez, lo dio a la Iglesia, enviando al Defensor sobre toda la tierra desde el cielo, que fue de donde dijo el Señor que había sido arrojado Satanás como un rayo; por eso necesitamos de este rocío divino, para que demos fruto y no seamos lanzados al fuego.

8.- El tesoro escondido en el campo de las Escrituras. (29 jul 2015).

Cristo estaba presente en todos aquellos a quienes, desde el comienzo, Dios comunicaba su palabra, su verbo. Si alguien lee las Escrituras en esta perspectiva encontrará la referencia a Cristo y una prefiguración de una nuevo llamamiento. Porque él es el tesoro escondido en el campo, es decir, en el mundo. Tesoro escondido en las Escrituras porque había sido prefigurado en figuras y parábolas que, humanamente hablando, no podían ser comprendidas antes del cumplimiento de las profecías, es decir, antes de la venida del Señor. Por esto fue dicho al profeta Daniel: Mantén ocultas estas palabras y ten sellado el libro hasta que llegue el momento final.

La ley leída por los cristianos es un tesoro escondido antiguamente en el campo, pero fue revelado en la cruz de Cristo. La cruz manifiesta la sabiduría de Dios, da a conocer sus designios en visa a la salvación de la humanidad, prefigura el reino de Cristo, anuncia la buena noticia de la herencia de la Jerusalén santa, anuncia que la persona que ama a Dios progresará hasta ver a Dios y comprender su palabra, y será glorificada por esta palabra. Así el Señor explica las Escrituras a sus discípulos después de la resurrección, afirmando que era necesario que Cristo sufriera para entrar en su gloria. Si alguien lee así las Escrituras, será un discípulo perfecto,que es como un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas.

9.- ¡Ven y sígueme! (18 ago 2015).

Por haber seguido la palabra de Dios, su llamada, espontánea y libremente con la generosidad de su fe, Abrahán fue el amigo de Dios. No fue por una indigencia que el Verbo de Dios entabló amistad con Abrahán, ya que el Verbo des perfecto desde su origen. Antes que Abrahán, ¡Yo soy! Lo hizo en su gran bondad para poder dar a Abrahán la vida eterna. Tampoco en el principio, cuando Dios modeló a Adán, lo hizo por una necesidad, sino por tener a alguien en quien depositar sus beneficios.

Del mismo modo, Jesús tampoco necesita nuestro servicio, sino que nos llama a su seguimiento para darnos la salvación, ya que seguir al Señor es tener parte en la salvación, como el que sigue la luz tiene parte en la luz. Cuando los hombres caminan en la luz, no son ellos los que iluminan la luz ni la hacen brillar, antes bien, son iluminados gracias a ella. Dios concede sus beneficios a los que le sirven porque le sirven y a los que lo siguen porque lo siguen. Pero no recibe de ellos beneficio alguno, ya que él es perfecto y no necesita nada. Si Dios solicita los servicios de los hombres es para poder conceder sus beneficios de bondad y misericordia a los que perseveran en su servicio.

10.- Hoy hemos visto cosas extraordinarias. (07 dic 2015).

El verbo de Dios ha venido a habitar en el hombre; se ha hecho "Hijo del hombre", para acostumbrar al hombre a recibir a Dios y para acostumbrar a Dios a habitar en el hombre, tal como quiere el padre. He aquí por qué el signo de nuestra salvación, el Emmanuel nacido de la Virgen, nos ha sido dado por el mismo Señor. En efecto, es el mismo Señor quien salva a los hombres, puesto que éstos no pueden, de ninguna manera, salvarse a sí mismos... El profeta Isaías dice: Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, decid a los cobardes de corazón; sed fuertes no temáis. Mirad a vuestro Dios que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará.

He aquí otro texto donde Isaías ha predicho que el que nos salva no es ni simplemente hombre, ni un ser incorporal: No fue un mensajero ni un enviado, él en persona los salvó; con su amor y benevolencia los rescató, los liberó. Pero este salvador es, verdaderamente, un hombre visible; Ciudad de Sión, mira: tus ojos verán a nuestro Salvador. El Hijo de Dios, que es también Dios, vendrá del país de Judá, de Belén, para esparcir su alabanza sobre toda la tierra. Dios se ha hecho hombre y el Señor, él mismo, nos ha salvado dándonos el signo de la Virgen.

11.- Todos los que han sido llamados en mi nombre. (11 ene 2016).

El padre nos recomienda vivir en seguimiento del Verbo, no porque tuviera necesidad de nuestro servicio, sino para procurarnos la salvación, como seguir a la luz es participar en la luz. No son los hombres los que hacen resplandecer la luz, sino que ellos son iluminados, resplandecen por la luz. Los hombres nada pueden añadir a la luz, sino que la luz ilumina y los enriquece.

Lo mismo ocurre con el servicio que rendimos a Dios. Dios no tiene necesidad de nuestro servicio y nada le añade a su gloria. Pero aquellos que le sirven y le siguen reciben de Dios la vida, la incorruptibilidad y la gloria eterna. Si Dios invita a los hombres a vivir en su servicio, es para poder otorgarnos sus beneficios, ya que él es bueno y misericordioso con todos. Dios no necesita nada; en cambio, el hombre necesita de la comunión con Dios. La gloria del hombre consiste en perseverar en el servicio de Dios. Por esto dijo el Señor a los apóstoles: No me elegisteis vosotros a mí, fui yo quien os elegí a vosotros. Con ello indica que no somos nosotros los que le glorificamos con nuestro servicio, sino que, por haber seguido al Hijo de Dios, somos glorificados por él.

12.- La viña del Señor. (26 feb 2016).

Dios ha plantado la viña del género humano moldeando a Adán y eligiendo a los patriarcas. Lugo, entregó la viña a los viñadores dándoles la Ley por Moisés. La cercó con una valla, es decir, delimitó la tierra que los viñadores tendrían que cultivar. Construyó una torre, es decir, escogió a Jerusalén. Les envió los profetas antes del exilio a Babilonia, después de la deportación envió otros, más numerosos que los primeros para reclamar el fruto y para decirles: Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones. Juzgad con rectitud y justicia; practicad el amor y la misericordia unos con otros. Lavaos, purificados, apartad de mi vista vuestras malas acciones... aprended a hacer el bien. Buscad el derecho, proteged al oprimido, socorred al huérfano, defended a la viuda. Por esta predicación, los profetas reclamaban los frutos de la justicia. Pero, como esta gente permaneció en la incredulidad. Les envió finalmente al Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que fue asesinado por los viñadores malvados. Por esto, Dios confió la viña, no ya delimitada sino extendida sobre toda la tierra, a otros viñadores para que le entregaran el fruto a su tiempo. La gloria de la elección se extiende por doquier con su resplandor, porque por todas partes resplandece la Iglesia. Por todas partes se extiende el lagar porque en todas partes viven los qu han recibido la unción del Espíritu Santo.

13.- El que me ve a mí ve al Padre. (23 abr 2016).

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. El hombre por sí solo no verá a Dios, pero Dios será visto por los hombres si él quiere, por quien él quiera, cuando él quiera, porque Dios lo puede todo. Antiguamente fue visto gracias al Espíritu según la profecía, después fue visto gracias al Hijo, según la adopción, y será visto en el reino de los cielos según la paternidad. Porque el Espíritu prepara al hombre previamente para el Hijo de Dios, el Hijo lo conduce al padre, y el Padre le da la incorruptibilidad y la vida eterna, que consiste en ver a Dios.

Ya que los que ven la luz están en la luz y participan de su resplandor, así los que ven a Dios están en Dios y participan de su esplendor. Porque el esplendor de Dios da la vida. Por tanto, los que ven a Dios participan en su vida.

14.- San Lucas, compañero y colaborador de los apóstoles. (18 oct 2016)

Que Lucas haya sido compañero inseparable de Pablo y colaborador suyo en la obra de la evangelización, él mismo nos lo muestra con clara evidencia, no para gloriarse, sino para decir sencillamente la verdad tal cual es. Escribe: Bernabé y Juan, de sobrenombre Marco, se separaron de Pablo y embarcaron para Chipre, y nosotros zarpamos para Troas. Relata ordenadamente todo el viaje que hizo con Pablo, señalando con gran cuidado sus circunstancias. Dado que Lucas estuvo presente en todas, las pudo relatar con detalle: no podemos encontrar en él ni mentira ni orgullo, porque todos estos hechos eran patentes.

Que Lucas no hay sido solamente compañero, sino también cooperador de los apóstoles, sobre todo de Pablo, lo dice este claramente en sus epístolas: Dimas me ha abandonado y se ha ido a Tesalónica, Crescencio a Galacia, Tito a Dalmacia, tan solo Lucas está conmigo. Todo ello es una prueba de que Lucas estuvo siempre unido a Pablo y de manera inseparable. Igualmente en la epístola a los Colosenses, se lee: Lucas, el médico amado, os saluda. Por otra parte, Lucas nos ha dado a conocer muchos detalles del evangelio, y de los más importantes, De esta manera, el testimonio de Lucas es verdad, la enseñanza de los apóstoles queda manifiesta y no esconde nada.

15.- El Dios de los vivos. (19 nov 2016).

En su respuesta a los saduceos que negaban la resurrección y, a causa de ello, despreciaban a Dios y ridiculizaban la Ley, nuestro Señor y Maestro demostró a la vez la resurrección e hizo conocer a Dios. En cuanto a la resurrección de los muertos ¿no habéis leído la palabra de Dios que dice: Yo soy el Dios de Abrahán, de Isaac, de Jacob? Y añadía: No es un Dios de muertos sino de vivos, porque todos viven gracias a él. Con estas palabras se refirió claramente a aquel que habló a Moisés en la zarza ardiendo y que se declaró el Dios de los padres, el Dios de los vivos. ¿Quién es el Dios de los vivos sino el Dios viviente, fuera del cual no hay otro? Este fue anunciado por el profeta Daniel cuando respondió a Ciro, rey de los persas: No adoro ídolos hechos por mano de hombres sino al Dios vivo que hizo el cielo y la tierra y que es Señor sobre todo lo que vive. Y añadió: Adoraré al Señor Dios mío, porque es el Dios viviente.

Dios, a quien adoraron los profetas, el Dios vivo, es el Dios de los vivientes, como su Verbo que habló a Moisés en la zarza ardiendo y quien refutó a los saduceos y ha obrado la resurrección. Él es quien, a partir de la Ley, ha demostrado a los ciegos estas dos cosas: la resurrección y el verdadero Dios. Si él no es el Dios de los muertos sino de los que viven, y si se llama El Dios de los padres que duermen el sueño de la muerte, sin duda alguna están vivos para Dios y no muertos. Son hijos de la resurrección. Ahora bien, la resurrección es nuestro Señor en persona como lo dice él mismo: Yo soy la resurrección y la vida. Y los padres son sus hijos, como lo dice el profeta: En lugar de tus padres tendrás hijos...

16.- El que cree en el Hijo tiene la vida eterna; el que se niega a creer no verá la vida. (27 abr 2017).

Dios hizo libre al hombre a fin de que libremente pudiese acoger la Palabra de Dios, sin que este lo forzase. Dios, en efecto, jamás se impone a la fuerza, pues en él siempre está presente el buen consejo. Por eso concede el buen consejo a todos, tanto a los seres humanos como a los ángeles. En el ámbito de la fe, el Señor salvaguardó la libertad del hombre. En efecto dijo: Que se haga conforme a tu fe. Esto muestra que el ser humano tiene su propia fe, porque también tiene su libre arbitrio. El ser humano tiene libertad para creer. Por eso, el que cree tiene la vida eterna, mas el que no cree en el Hijo no tiene la vida eterna.

Algunos dicen que habría sido necesario que no hiciese libres ni siquiera a los ángeles, para que no pudieran desobedecer; ni a los seres humanos, que al momento fueron ingratos contra él, por el mismo hecho de haber sido dotados de razón, capaces de examinar y juzgar; mas si así fuera, ni se gozarían con el bien, ni valorarían su comunión con Dios, ni desearían hacer el bien con todas sus fuerzas, pues todo les sucedería sin su impulso, empeño y deseo propios, sino por puro mecanismo impuesto desde fuera. De este modo el bien no tendría ninguna importancia, pues todo se haría por naturaleza más que por voluntad. Cuanto más luchamos por algo, nos parece tanto más valioso; y cuanto más valioso, más lo amamos.

17.- El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. (04 may 2017)

Si la carne no se salva, entonces el Señor no nos ha redimido con su sangre, ni el cáliz de la Eucaristía es participación de su sangre, ni el pan que partimos es participación de su cuerpo. Porque somos sus miembros y quiere que la creación nos alimente... asegura el Señor que el cáliz, que proviene de la creación material, es su sangre derramada, con la que enriquece nuestra sangre, y que el pan, que también proviene de esta creación, es su cuerpo, que enriquece nuestro cuerpo.

Cuando la copa de vino mezclado con agua y el pan preparado por el hombre reciben la Palabra de Dios, se convierten en la Eucaristía de la sangre y del cuerpo de Cristo, y con ella se sostiene y se vigoriza la sustancia de nuestra carne. ¿Cómo pueden, pues, afirmar los herejes que la carne es incapaz de recibir el don de Dios, que consiste en la vida eterna? Bien dice el Apóstol en su carta a los Efesios: Somos miembros de su cuerpo, hueso de sus huesos y carne de su carne. Y esto lo afirma no de un hombre invisible y mero espíritu, sino de un organismo auténticamente humano, hechos de carne, nervios y huesos; pues es este organismo el que se nutre con la copa, que es la sangre de Cristo y se fortalece con el pan, que es su cuerpo. De la misma forma, nuestros cuerpos, nutridos con esta Eucaristía y depositados en tierra, resucitarán a su tiempo, cuando la Palabra de Dios les otorgue de nuevo la vida para la gloria de Dios padre.

18.- Lo has revelado a los pequeños. (19 jul 2017).

El Señor nos enseña que la persona no puede llegar a conocer a Dios a no ser que el mismo Dios se lo manifieste; dicho de otra manera: no podemos conocer a Dios sin su ayuda. Pero el Padre quiere ser conocido: le conocerán aquellos a quienes el Hijo se lo revele. La palabra "revelar" no se refiere solo al futuro, sino que se refiere a la totalidad del tiempo. Desde el principio, el Hijo, presente en la creación quél mismo ha modelado, revela al Padre a todos los que el Padre quiere, cuando quiere y como quiere. En todas las cosas y a través de todas las cosas, no existe más que un solo Dios Padre, un solo Verbo un solo Espíritu y una sola salvación para todos los que creen en él.

En efecto, nadie puede conocer al Padre sin el Verbo de Dios, es decir, si el Hijo no se lo revela, ni conocer al Hijo sin el beneplácito del padre... Jesús dijo a sus apóstoles: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.

19.- Abrahán vio mi día y se llenó de alegría. (22 mar 2018).

Vuestro padre deseó ver mi día, lo vio y se alegró. ¿Qué significa esto? Abrahán creyó a Dios y se le reputó como justicia. En primer lugar, porque este es el único Dios, Creador del cielo y de la tierra; después, porque multiplicaría su descendencia como las estrellas del cielo. Dejando toda parentela terrena, siguió al Verbo de Dios, peregrinando junto a él para habitar con él. los apóstoles, descendencia de Abrahán, dejando la barca y a su padre, siguieron al Verbo de Dios. También nosotros, acogiendo la misma fe que tuvo Abrahán y portando la cruz como Isaac la leña, lo hemos seguido.

Pues en Abrahán el hombre había aprendido y se había acostumbrado a seguir al Verbo de Dios. Abrahán había seguido según su fe el precepto del Verbo de Dios, con ánimo dispuesto a entregar a su hijo el amado en sacrificio a Dios, para que así Dios se complaciese en entregar a favor de toda su descendencia como sacrificio de redención a su amado Unigénito. Y como Abrahán era profeta, y con el espíritu veía el día de la venida del Señor y la economía de la pasión, por la cual él mismo como creyente y todos los demás que como él creyeron serían salvos, se alegró con grande gozo.

20.- A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único es quien lo ha dado a conocer. (12 abr 2018).

Desde el principio, el Hijo nos ha dado a conocer al Padre, ya que está junto al Padre desde el principio. En el tiempo fijado, es él quien ha manifestado a los hombres, para su provecho, el sentido de las visiones proféticas, la diversidad de gracias, os ministerios y en qué consiste la glorificación del Padre; todo ello como una melodía bien compuesta y armoniosa. En efecto, donde hay orden, allí hay armonía; donde har armonía allí todo sucede a su debido tiempo; y donde todo sucede a su debido tiempo, allí hay provecho.

Por eso, en provecho de los hombres, el Verbo se ha constituido en dispensador de la gracia del Padre, según sus designios, mostrando a Dios a los hombres, presentando al hombre a Dios, salvaguardando la invisibilidad del Padre, por temor a que los hombres dejaran de tener un concepto muy elevado de Dios y un objetivo hacia el cual tender, y al mismo tiempo haciendo que Dios sea visible a los hombres no sea que, privados totalmente de Dios, llegaran a perder la misma existencia. Porque la gloria de Dios es que el hombre viva, y la vida del hombre es la visión de Dios. Si ya la revelación de Dios a través de la creación es causa de vida para todos los seres que existen sobre la tierra, ¡cuánto más la manifestación del Padre por medio del Verbo para los que ven a Dios!

21.- San Marcos transmite la fe de los apóstoles al mundo entero. (25 abr 2018).

La Iglesia diseminada por el mundo entero hasta los confines de la tierra, recibió de los apóstoles y de sus discípulos la fe en un solo Dios padre todopoderoso, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen, y en un solo Jesucristo, Hijo de Dios, que se encarnó por nuestra salvación; y en el Espíritu Santo, que por los profetas anunció los planes de Dios, el advenimiento de Cristo, su nacimiento de la Virgen, su pasión, su resurrección de entre los muertos, su ascensión corporal a los cielos, su venida de los cielos, en la gloria del padre, para recapitular todas las cosas y resucitar todo el linaje humano.

La Iglesia, pues, guarda diligentemente la predicación y la fe recibida, habitando como en una única casa; y su fe es igual en todas partes, como si tuviera una sola alma y un solo corazón, y cuanto predica, enseña y transmite, lo hace al unísono, como si tuviera una sola boca. Pues aunque en el mundo haya muchas lenguas distintas, el contenido de la tradición es uno e idéntico para todos. Las iglesias de Germania creen y transmiten lo mismo que las otras de los íberos o de los celtas. Al igual que el sol, criatura de Dios, es uno y el mismo en todo el mundo, así también la predicación de la verdad resplandece por doquier e ilumina a todos aquellos que quieren llegar al conocimiento de la verdad.

22.- Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor, El Paráclito, que esté siempre con vosotros. (20 may 2018).

El Espíritu prometido por los profetas descendió sobre el Hijo de Dios hecho Hijo del hombre para acostumbrarse a habitar con él en el género humano, a descansar en los hombres y a morar en la criatura de Dios, obrando en ella la voluntad del Padre y renovándola en Cristo. Este Espíritu es el que David pidió para el género humano, diciendo: Confírmame en el Espíritu generoso. De él mismo dice Lucas que descendió en Pentecostés sobre los apóstoles, con potestad sobre todas las naciones para conducirlas a la vida y hacerles comprender el Nuevo Testamento; por eso, provenientes de todas las lenguas alababan a Dios, pues el Espíritu reunía en una sola unidad a las tribus distantes y ofrecía al Padre las primicias de todas las naciones.

El Señor prometió que enviaría al Paráclito que nos acercase a Dios porque así como del trigo seco no puede hacerse ni una sola masa ni un solo pan sin agua, así tampoco nosotros, siendo muchos, podíamos hacernos uno en Cristo Jesús sin el agua que proviene del cielo. Y así como la tierra árida no fructifica si no llueve, así tampoco nosotros, siendo un leño seco, daríamos fruto para la vida si no se nos enviase de los cielos la lluvia gratuita. Nuestros cuerpos recibieron la unidad por medio de la purificación bautismal para la incorrupción y nuestras almas la recibieron por el Espíritu.

23.- La ley perfecta, la de la libertad. (18 jun 2018).

Al que te quite la túnica, dice Cristo, dale también el manto. Por eso no nos entristeceremos como aquellos que han sido desposeídos contra su voluntad, sino que, por el contrario, nos alegraremos como los que dan de todo corazón puesto que haremos una donación gratuita al prójimo mayor que si la damos a la fuerza. Y dice: A quien te quiera para caminar una milla, acompáñalo dos. De esta manera no le serviremos como si fuéramos esclavos, sino que nos adelantaremos a servirle como hombres libres que somos. En todas las cosas Cristo te invita a ser útil a tu prójimo, no teniendo en cuenta su maldad, sino entregando tu bondad al máximo. De esta manera nos invita a hacernos semejantes a nuestro Padre, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Todo esto no se debe a alguien que ha venido a abolir la Ley, sino a alguien que, por nosotros, le ha dado plenitud. El servicio de la libertad es el servicio mayor, nuestro libertador nos propone, respecto a él, una sumisión y una devoción más profundas. Porque él no nos ha liberado de las obligaciones de la Ley antigua para que le abandonemos, sino para que, habiendo recibido su gracia más abundantemente, le amemos cada vez más, y habiéndole amado más, recibamos de él una gloria cada vez más grande cuando estemos para siempre en presencia de su Padre.

24.- San Mateo, uno de los cuatro evangelistas. (21 sep 2018).

El Verbo, artífice el universo, nos ha dado un evangelio en cuatro formas y sostenido por un único Espíritu. Cuando David imploraba su venida, decía: Tú, que estás sentado sobre los querubines, muéstrate a nosotros. Los querubines, según Ezequiel, son cuatro, y sus figuras son la imagen de la actividad del Hijo de Dios.

Así está escrito, el primero de los vivientes se parece a un león, que es lo que caracteriza el poder, la preeminencia y la realeza del Hijo de Dios; el segundo se parece a un toro, lo cual manifiesta la función de sacrificador del sacerdote; el tercero tiene un rostro parecido al de un hombre, lo cual quiere evocar con claridad su venida en la condición humana; el cuarto se parece a un águila en pleno vuelo, lo cual indica el don del Espíritu volando sobre las Iglesia. Los evangelios según Juan, Lucas, Mateo y Marcos están, pues, de acuerdo con lo que simbolizan los cuatro vivientes sobre los que tiene su trono Jesucristo. Estos mismos trazos se encuentran en el mismo Verbo de Dios: hablaba según su divinidad y su gloria en los patriarcas que precedieron a Moisés; asignaba una función sacerdotal y ministerial a los hombres que vivieron bajo la Ley; seguidamente, se hizo hombre por nosotros; finalmente envió el don del Espíritu sobre toda la tierra, acogiéndonos así bajo sus alas.

25.- Herodes trataba de ver a Jesús. (27 sep 2018).

Los profetas anunciaban por anticipado que Dios sería visto por los hombres, conforme a lo que dice también el Señor: Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Ciertamente, por su grandeza y gloria, nadie puede ver a Dios y quedar con vida, pues el Padre es incomprensible. Sin embargo, por su amor, su bondad hacia los hombres y su omnipotencia, el Padre llega a conceder a quienes aman el privilegio de ver a Dios, pues lo que el hombre no puede, lo puede Dios.

El hombre por sí mismo no puede ver a Dio; pero Dios, si quiere, puede manifestarse a los hombres. Dios, que todo lo puede, fue visto en otro tiempo por los profetas en el Espíritu; ahora es visto en el Hijo gracias a la adopción filial, y será visto en el reino de los cielos como Padre. En efecto, el Espíritu prepara al hombre para recibir al Hijo de Dios, el Hijo lo conduce al Padre, y el Padre en la vida eterna le da la inmortalidad, que es la consecuencia de ver a Dios. Pues del mismo modo que quienes ven la luz están en la luz y perciben su esplendor, así también los que ven a Dios están en Dios y perciben su esplendor. Ahora bien, la claridad divina es vivificante. Por tanto, los que contemplan a Dios tienen parte en la vida divina.

26.- Todo me ha sido dado por mi Padre. (06 oct 2018).

Nadir puede conocer al Padre si no se lo revela el Verbo de Dios, esto es, el Hijo; ni al Hijo, sin el beneplácito del Padre. Porque el Hijo realiza el beneplácito del Padre. Y al Padre, que para nosotros es inabarcable, lo conoce su mismo Verbo; y siendo aquel inenarrable, este nos lo da a conocer. De mod0 semejante, solo el Padre conoce a su Verbo.

En efecto, el Verbo revela a Dios Creador por medio de la misma creación, al Hacedor del mundo por medio del mundo, y por medio del Hijo se nos revela al Padre que engendró al Hijo. También por medio de los profetas el Verbo se predicó a sí mismo y al Padre. Todos oyeron lo mismo, pero no todos creyeron. Finalmente, el Padre se manifestó en su Verbo hecho visible y palpable: todos vieron al Padre en el Hijo, aunque no todos creyeron en él. Pues lo invisible del Hijo es el padre, y lo invisible del Padre es el Hijo, en servicio del Padre, lleva todas las cosas a su perfección, a partir de la creación hasta el final, y sin él nadie es capaz de conocer a Dios. Desde el principio, el Hijo asiste a la criatura, revelándole al Padre, según el Padre quiere, cuando quiere y como quiere. Por ello uno solo es el Padre, uno el Verbo y uno el Espíritu, así como la salvación es una sola para todos los que creen en él.

27.- Muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron. (04 dic 2018).

Desde el comienzo, Dios ha formado al hombre en vista de sus dones. Ha escogido a los patriarcas con miras a su salvación. Se preparó un pueblo instruyendo a los ignorantes para que siguieran las huellas de Dios. Más tarde, instruyó a los profetas para acostumbrar al hombre a convivir con su Espíritu ya en este mundo y a entrar en comunión con Dios. El mismo Dios no tenía necesidad de nadie, pero a los que necesitaban de él les ofrecía su comunión. Para ellos ha destinado desde el principio, igual que un arquitecto, el edificio de la salvación. Él mismo fue su guía en las tinieblas de Egipto; en el desierto donde erraban, les daba una ley apropiada; y a los que entraron en la tierra prometida les ofreció una herencia escogida. En fin, `para todos aquellos que se levantan y vuelven junto al Padre, él mata la ternera cebada y los reviste de una túnica de fiesta.

Así, de muchas maneras, Dios disponía al género humano en vista de la música y danza de la salvación. Por esto, Juan escribe en el Apocalipsis: Su voz era la voz de las aguas caudalosas, ya que realmente las aguas del Espíritu de Dios son múltiples, porque el Padre es grande y posee todas las riquezas. Pasando a través de todo ello, el Verbo prometió generosamente su ayuda a los que se le someten, dando a toda criatura las prescripciones apropiadas.

28.- Genealogía de Jesucristo. (17 dic 2018).

Por su grandeza, Dios es desconocido por todos los seres que él ha creado, ya que nunca nadie ha podido escrutar su origen. No obstante, gracias a su amor, es conocido en todos los tiempos a causa de aquel por quien fueron hechas todas las cosas, su Palabra, nuestro Señor Jesucristo, que al final de los tiempos se ha hecho hombre entre los hombres para unir el principio y el final, el hombre con Dios.

Por esto, los profetas, después de haber recibido de esta misma Palabra el carisma profético, anunciaron su venida según la carne por la que se realiza la comunión entre Dios y el hombre según el beneplácito del Padre. Desde el principio, el Verbo anunció que Dios sería visto por los hombres, que viviría y conversaría con ellos en la tierra y que se haría presente en la obra que él había modelado para salvarla. Los profetas anunciaron, pues, por adelantado que Dios sería visto por los hombres, conforme a lo que dice también el Señor: Dichosos los puros de corazón porque verán a Dios. Ciertamente, por su grandeza y su inenarrable gloria, ningún hombre puede ver a Dios sin morir, porque el Padre es inalcanzable. Pero por su amor, su bondad hacia los hombres y su poder, concede a los que le aman el privilegio de ver a Dios, porque lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.

29.- Mucha gente al enterarse de las cosas que hacía, acudía a él. (24 ene 2019).

En el profeta Isaías se dice que el mismo Verbo, la Palabra de Dios, dice que debía manifestarse viviendo entre nosotros -en efecto, el Hijo del Dios se hizo hombre- para dejarse encontrar con nosotros. El Verbo de Dios se encarnó y plantó su tienda entre nosotros, según nos dice Juan, su discípulo. Gracias a él, y por la nueva vocación, cambió el corazón de los paganos. Desde entonces la Iglesia da mucho fruto en aquellos que se salvan; y ya no es un intercesor, como Moisés, ni un mensajero como Elías, sino el mismo Señor el que nos salva dando a la Iglesia más hijos que los antiguos a la sinagoga, tal como lo había predicho Isaías diciendo: Alégrate, la estéril que no dabas a luz.

Dios encuentra su felicidad entregando su heredad a las naciones insensatas, a los que no formaban parte de la ciudad de Dios y ni tan solo sabían quién era Dios. Ahora que, gracias a esta llamada, se nos ha dado la vida y que Dios nos ha conducido hasta llevar en nosotros la fe de Abrahán a su plenitud, no debemos volver atrás, a la primera ley, porque hemos recibido al Señor de la Ley, al Hijo de Dios, y, por la fe en él, aprendemos a amar a Dios con todo nuestro corazón y al prójimo como a nosotros mismos.

30.- Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación. (20 may 2019).

El Señor de todas las cosas ha dado a sus apóstoles el poder de proclamar el evangelio. Y por ellos nosotros hemos conocido la verdad, es decir, la enseñanza del Hijo de Dios. Es a ellos a quienes el Señor ha dicho: El que a vosotros escucha a mí me escucha; el que os rechaza a mí me rechaza al que me ha enviado. Porque nosotros hemos conocido el plan de nuestra salvación por aquellos que han hecho llegar el evangelio hasta nosotros.

Primeramente ellos predicaron este evangelio. Después, por voluntad de Dios, nos lo transmitieron en las Escrituras para que llegue a ser el pilar y el sostén de nuestra fe. No se puede decir, como pretenden algunos que se jactan de ser los correctores de los apóstoles, que estos predicaron antes de alcanzar el conocimiento perfecto. En efecto, después de que nuestro Señor resucitara de entre los muertos y de que los apóstoles fueran revestidos con la fuerza de lo alto por la venida del Espíritu Santo, fueron llenados de una certeza total respecto de todo y poseyeron el conocimiento perfecto. Entonces marcharon hasta los confines de la tierra proclamando la Buena Noticia de los bienes que nos llegan de Dios y anunciando a los hombres la paz del cielo.

31.- Uno de los primeros testimonios históricos de los evangelistas.(21 sept 2019).

Los apóstoles se fueron hasta los confines de la tierra proclamando la buena noticia de los beneficios que Dios nos regala y anunciando a los hombres la paz del cielo. Ellos poseían, cada uno en particular y todos en común, la buena noticia de Dios. Mateo, entre los hebreos, difundió en su propia lengua una forma escrita del evangelio, mientras que Pedro y Pablo evangelizaron Roma y fundaron la Iglesia. Después de la muerte de estos, Marcos, el discípulo e intérprete de Pedro, nos transmitió también, por escrito, la predicación de Pedro. Asimismo, Lucas, el compañero de Pablo, recogió en un libro el evangelio predicado por este. Por fin, Juan, el discípulo del Señor, el mismo que reposó sobre el costado de Jesús, publicó a su vez el evangelio durante su estancia en Éfeso.

Mateo, en su evangelio, presenta la genealogía de Cristo como hombre: Genealogía de Jesús, Mesías, Hijo de David, Hijo de Abrahán... el nacimiento de Jesús fue así. Este evangelio presenta a Cristo en su condición humana. Por esto encontramos en él a un Cristo animado siempre por sentimientos de humildad, hombre lleno de ternura. El apóstol Mateo conoce a un solo y único Dios que prometió a Abrahán multiplicar su descendencia como las estrellas del firmamento y que nos ha llamado, gracias a Jesucristo su Hijo, del culto a las piedras al conocimiento del Dios verdadero.

32.- Somos sus hermanos porque su madre escuchó la palabra y la puso en práctica. (24 sept 2019).

La Virgen María fue obediente cuando dijo: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Eva, por el contrario, fue desobediente; desobedeció cuando todavía era virgen. De la misma manera que Eva desobedeciendo fue causa de muerte para sí misma y para todo el género humano, María, teniendo por esposo a aquel que ya le había sido destinado y siendo sin embargo virgen, obedeciendo llegó a ser causa de salvación para sí misma y para todo el género humano. Una primera atadura es desligada por una segunda, y la segunda no hace otro servicio que el de desanudar lo atado con la primera.

Por eso el profeta afirma: A cambio de tus padres tendrás hijos. Porque el Señor, siendo el primogénito de entre los muertos y acogiendo en su seno a los antiguos padres, los hace renacer a la vida de Dios, siendo él mismo el primero en todo, porque Adán se hizo el primero de los muertos. Por eso, Lucas comienza su genealogía por el Señor, para hacerla remontar desde Cristo hasta Adán, indicando con ello que no son los padres los que han dado la vida al Señor, sino todo lo contrario: es él quien los ha hecho renacer a través del evangelio de la vida. Así, de la misma manera, el nudo de la desobediencia de Eva ha sido desatado por la obediencia de María, porque lo que la Virgen Eva había atado por su incredulidad, la Virgen María lo ha desatado por su fe.

33.- La Ley enraizada en nuestros corazones. (16 feb 2020).

En la Ley hay preceptos naturales que nos dan ya la santidad; incluso antes de dar Dios la Ley a Moisés, había hombres que observaban estos preceptos y quedaron justificados por su fe y fueron agradables a Dios. El Señor no abolió estos preceptos, sino que los extendió y les dio plenitud. Eso es de lo que nos dan prueba sus palabras: Se dijo: no matarás. Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano sin motivo tendrá que comparecer ante el tribunal. Y así todo lo que sigue. Todos estos preceptos no implican ni la contradicción no la abolición de los precedentes, sino su cumplimiento y extensión. Tal como el mismo Señor dice: Si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

¿En qué consiste este ir más allá? Primeramente en creer no solo en el Padre, sino también en el Hijo manifestado, porque él es quien conduce al hombre a la comunión y unión con Dios. Después, en no tan

solo decir, sino en hacer -porque dicen pero no hacen- y en guardarse no solo de cometer actos malos, sino también de desearlos. Con estas enseñanzas, él no contradecía a la Ley, sino que la llevaba a su cumplimiento, a su plenitud, y ponía en nosotros la raíz de las prescripciones de la Ley. Ordenar no solo abstenerse de los actos prohibidos por la Ley, sino incluso de desearlos, no es propio de alguien que contradice la Ley, sino de quien la cumple y la extiende.

34.- El que acoge a un niño como este en mi nombre a mí me acoge. (25 feb 2020).

¿Es que Dios no podía crear al hombre perfecto desde el primer momento? Dios, que desde el principio permanece idéntico a sí mismo, increado, todo le es posible. En cambio, los seres creados, llamados a la existencia después de Dios, son necesariamente inferiores a su creador. Por el simple hecho de ser creados no son perfectos. Son como niños pequeños, que no están acostumbrados ni ejercitados en una conducta perfecta. Dios, desde un principio, podía dar la perfección al hombre, pero este era incapaz de recibirla porque no era sino un niño pequeño.

Por esto, el Señor, en los tiempos que son los últimos, cuando ha recapitulado en él todas las cosas, ha llegado hasta nosotros, no según su poder, sino tal como éramos capaces de reconocerlo. Habría podido, en efecto, venir a nosotros en el esplendor de su gloria, pero nosotros no hubiéramos sido capaces de soportar la grandeza de su gloria. El Verbo de Dios, siendo perfecto, se hizo niño con el hombre, no a causa de sí mismo, sino a causa del estado de infancia en que se encontraba la humanidad.

35.- Cristo es la imagen del Dios invisible. (22 mar 2020).

En el encuentro con el ciego de nacimiento, Jesús respondió a los discípulos que le preguntaban si había nacido ciego por culpa de sí mismo o de sus padres: No ha sido ni iun pecado suyo ni de sus padres...sino para que el poder de Dios pueda manifestarse en él. El poder de Dios se manifiesta primeramente en la creación del hombre, porque la Escritura nos la describe como una acción: Dios tomó barro de la tierra y modeló al hombre. Por esto, Jesús escupió en el suelo, hizo un poco de lodo con la saliva y lo extendió sobre los ojos del ciego. Mostraba con esto cómo fue modelado el primer hombre, y, para los que eran capaces de comprender, manifestaba la mano de Dios que había modelado al hombre del lodo.

Y porque en esta carne, modelada según Adán, el hombre había caído en la transgresión y tenía necesidad del baño del nuevo nacimiento, el Señor dijo al ciego de nacimiento: Ve a lavarte a la piscina de Siloé. De esta manera le acordó al mismo tiempo la curación y el renacimiento por el baño. Después de haberse lavado, volvió y ya veía para reconocer a aquel que le había devuelto la vista. El que en el principio había modelado a Adán se ha manifestado a los hombres al final de los tiempos y ha remodelado los ojos de este descendiente de Adán.

36.- Anunciad la Buena Nueva a toda la creación. (11 may 2020).

Después de que el Señor resucitara de entre los muertos y los discípulos fueran revestidos de la fuerza del Espíritu Santo, partieron hacia los confines de la tierra proclamando la Buena Nueva de Dios, anunciando a los hombres la paz del cielo. Mateo, entre los hebreos, en su propia lengua, publicó un escrito sobre el evangelio, mientras que Pedro y Pablo 3evangelizaron Roma y fundaron allí la Iglesia. Después de su muerte, Marcos, el discípulo de Pedro e intérprete suyo, nos trasmitió también por escrito la predicación de Pedro. Por su parte, Lucas, el compañero de Pablo, recogió en un libro el evangelio que este predicó. Por fin, Juan, el discípulo del Señor, el mismo que se había recostado sobre el pecho de Jesús, publicó el evangelio durante su estancia en Éfeso.

Marcos presenta así el comienzo del evangelio: Comienzo de la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Según está escrito en el profeta Isaías: Mira, envío a mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Utiliza las palabras de los santos profetas para comenzar su evangelio. Al que los profetas proclamaron Dios y Señor, Marcos lo pone en el inicio como Padre de nuestro Señor Jesucristo. Al final de su evangelio, Marcos dice: Después de hablarles, el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Es la confirmación de la palabra del profeta: Oráculo del Señor a mi señor, siéntate a, mi derecha y haré de tus enemigos estrado de tus pies.

37.- Dará la vida eterna a todos los que tú le has dado. (26 may 2020).

Cuando los hombres están en la luz, no son ellos quienes iluminan a la luz y la hacen brillar, sino que ellos son iluminados `por ella y los hace resplandecientes; lejos de añadirle nada, son ellos los que se benefician de la luz y son iluminados por ella. Lo mismo ocurre con el servicio para con Dios; nuestro servicio no añade nada a Dios, porque Dios no tiene necesidad del servicio de los hombres; pero, a los que le sirven y le siguen Dios les da la vida, la incorruptibilidad y la gloria eterna.

Si Dios pide el servicio de los hombres, es para poder -porque es misericordioso- conceder sus beneficios a los que perseveran en su servicio. Porque si bien Dios no tiene necesidad de nada, el hombre si tiene necesidad de la comunión con Dios. La gloria del hombre es perseverar en el servicio de Dios. Por eso el Señor decía a sus discípulos: No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido. Con ello quería indicar que no eran ellos los que le glorificaban al seguirle, sino que, por haber seguido al Hijo de Dios, ellos serían glorificados por él. Padre, este es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy, y contemplen mi gloria.

38.- Ya no os llamo siervos, sino amigos. (12 jun 2020).

La Ley fue promulgada primeramente para esclavos, como una cadena para alcanzar la docilidad a los mandamientos, para alcanzar la docilidad a los mandamientos, para que el hombre aprendiera a obedecer a Dios. Pero el Verbo de Dios liberó al alma; le enseñó, de manera voluntaria, a purificar libremente también el cuerpo. Desde entonces era necesario hacer saltar las cadenas de la servidumbre gracias a las cuales el hombre se había podido formar y que en adelante sirviera a Dios sin cadenas. Pero al mismo tiempo que se comprendían los preceptos de la libertad, era preciso reforzar la sumisión al Rey, para que nadie se mostrara indigno de su Libertador.

Nuestro Señor, pues, la Palabra de Dios, primero comprometió a los hombres a una servidumbre para con Dios y después liberó a los que le estaban sometidos. Él m ismo dice a sus discípulos: Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. Haciendo de sus discípulos los amigos de Dios, nos muestra claramente que él es el Verbo, la Palabra de Dios. Porque es por haber seguido su llamada espontáneamente y sin cadenas, en la generosidad de su fe, por lo que Abrahán llegó a ser amigo de Dios

39.- He aquí el libro del génesis de Jesucristo. (17 dic 2020).

No hay más que un solo Dios que por su Palabra, la Sabiduría haya creado todas las cosas. Por su grandeza, es desconocido por todos los seres que él ha creado, ya que nunca nadie ha podido escrutar su origen. No obstante, gracias a su amor, es conocido en todos los tiempos a causa de aquel por quien fueron hechas todas las cosas, su Palabra, Jesucristo, que al final de los tiempos se ha hecho hombre entre los hombres para unir el principio y el final, al hombre con Dios.

Por esto, los profetas, después de haber recibido de esta misma Palabra el carisma profético, anunciaron su venida según la carne por la que se realiza la comunión entre Dios y el hombre según el beneplácito del Padre. Desde el principio, el Verbo anunció que Dios sería visto por los hombres, que viviría y conversaría con ellos en la tierra para salvarla. Los profetas anunciaron que Dios sería visto de los hombres, conforme a o que dice también el Señor: Dichosos los puros de corazón porque verán a Dios. Ciertamente, según su grandeza y según su inenarrable gloria, ningún hombre puede ver a Dios sin morir, porque el Padre es inalcanzable. Pero según su amor, su bondad hacia los hombres y según su poder, concede a los que le aman el privilegio de ver a Dios porque lo que es imposible a los hombres es posible a Dios.

40.- Todos los que han sido llamados en mi nombre. (11 ene 2021).

El Padre nos recomienda vivir en seguimiento del Verbo, no porque tuviera necesidad de nuestro servicio, sino para procurarnos la salvación.

Porque seguir al Salvador es tener parte en la salvación, como seguir a la luz es tener parte en la luz. No son los hombres los que hacen resplandecer la luz, sino que son ellos los que hacen resplandecer la luz. Los hombres nada pueden añadir a la luz, sino que la luz los ilumina y los enriquece. Lo mismo ocurre con el servicio que rendimos a Dios. Dios no tiene necesidad de nuestro servicio y nada le añade a su gloria. Pero aquellos que le sirven y le siguen reciben de Dios la vida, la incorruptibilidad y la gloria eterna.

Si Dios invita a los hombres a vivir en su servicio, es para `poder otorgarnos sus beneficios, ya que él es bueno y misericordioso con todos. Dios no necesita nada; en cambio el hombre necesita de la comunión con Dios. La gloria del hombre consiste en perseverar en el servicio de Dios. Por esto dijo el Señor a los apóstoles: No me elegisteis vosotros a mí, fui yo quien os elegí a vosotros. Con ello indica que no somos nosotros los que le glorificamos con nuestro servicio, sino que, por haber seguido al Hijo de Dios, somos glorificados por él. Es de ellos de quien dice Dios por boca de Isaías: Desde Oriente traeré a tu estirpe... haz venir a todos los que llevan mi nombre, a los que creé para mi gloria.

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