SAN HIPOLITO DE CERDEÑA

31.08.2021

1.- No ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista.

Juan, el precursor del Maestro, que hasta entonces había ignorado este misterio, cuando supo que Jesús era verdaderamente el Señor, a su voz en grito dejo a los que venían a hacerse bautizar: "Raza de víboras, ¿Por qué me miráis con tanta insistencia? Yo no soy el Cristo. Soy un servidor y no el Señor. Soy una oveja, no el pastor. Soy hombre, no Dios. Al venir al mundo he curado la esterilidad de mi madre, no he hecho fecunda su virginidad; he sido sacado de lo bajo, no he descendido desde las alturas. He atado la lengua de mi padre, no he desplegado la gracia divina. Soy vil y pequeño, pero después de mí viene el que es anterior a mí. Viene después en el tiempo; pero antes, estaba en la luz inaccesible e inefable de la divinidad.

"Viene el que puede más que yo, y al que no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego. Yo soy un esclavo; él es libre. Yo estoy sujeto al pecado, él destruye el pecado. Yo enseño la Ley, él lleva la luz de la gracia. Yo predico como esclavo, él legisla como maestro. Tengo por manto el sol; él los cielos. Yo bautizo con el bautismo de penitencia, él da la gracia de la adopción. Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego. ¿Por qué me hacéis reverencias? Yo no soy el Cristo".

2.- En él he puesto todo mi amor. (12 ene 2014).Se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía: "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto". El Hijo amado engendra amor, y la luz inmaterial engendra la luz inaccesible. Éste es mi Hijo amado. En el arca de Noé, la paloma manifestó el amor de dios para con los hombres. Ahora el Espíritu desciende bajo la apariencia de paloma, como la que trajo una rama de olivo, y se posa encima de aquel de quien da testimonio. ¿Por qué? Para que se comprenda con toda certeza que es la voz del Padre: La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de la gloria ha tronado, el Señor sobre las aguas torrenciales.

¿Qué dice esta voz? "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. En él he puesto todo mi amor. Es aquel a quien llaman hijo de José, y es mi Hijo único según el ser divino. Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto: tiene hambre y alimenta a innumerables multitudes, sufre y alivia a los que sufren. No tiene donde reclinar la cabeza, y todo lo lleva en su mano; sufre y cura sufrimientos. Le golpean, mas concede al mundo la libertad; le traspasan el costado, pero repara el costado de Adán".

3.- Venid, benditos de mi Padre. (10 mar 2014).

El Señor dice a los hombres: Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Ellos responden con voz potente: "Señor, ¿cuándo te hemos visto? ¿Cuándo has tenido hambre y te hemos alimentado? Tú eres el Eterno. Con el Padre, tú estás desde el principio y eres coeterno con el Espíritu. Eres tú quien lo creaste todo de la nada, el Rey de los ángeles al que temen los abismos. Toda la tierra salió de tu rostro. ¿Cómo hemos acogido nosotros tu reino y tu soberanía?".

Entonces el Rey de reyes les responderá: Cada vez que lo habéis hecho a uno de estos pequeños que son mis hermanos, es a mí a quien se lo habéis hecho. Cada vez que habéis acogido y vestido a estos pobres que he mencionado, y que habéis dado de comer y de beber a estos que son mis miembros, es a mí a quien se lo habéis hecho. Por lo tanto, venid, tomad en posesión el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. He aquí que mi reino está preparado y mi cielo está abierto. He aquí que mi inmortalidad se manifiesta en toda su belleza. ¿Qué lengua podrá describir tales beneficios? Nadie lo ha visto con sus ojos ni escuchado con sus oídos, ni el corazón del hombre puede imaginar lo que está preparado para aquellos que aman a Dios".

4.- Venid, benditos de mi Padre. (15 feb 2016).

Venid, benditos de mi Padre, recibid el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Venid, vosotros que habéis amado a los pobres y a los extranjeros. Venid vosotros que habéis permanecido fieles a mi amor, porque yo soy el amor. Venid, vosotros los pacíficos porque yo soy la paz. Venid, benditos de mi Padre tomad posesión del reino preparado para vosotros.

No habéis rendido homenaje a la riqueza, sino que habéis dado limosna a los pobres. Habéis sostenido a los huérfanos, ayudado a las viudas, habéis dado de beber a los que tenían sed y de comer a los que tenían hambre. Habéis acogido a los extranjeros, vestido al que estaba desnudo, habéis visitado al enfermo, consolado a los presos, acompañado a los ciegos. Habéis guardado intacto el sello de la fe y os habéis reunido con la comunidad en las iglesias. Habéis escuchado mis Escrituras deseando mi Palabra. Habéis observado mi ley día y noche y habéis participado en mis sufrimientos como soldados valientes para encontrar gracia ante mí, vuestro rey del cielo. Venid, tomad en posesión el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. He aquí que mi reino está preparado y mi cielo está abierto. He aquí que mi inmortalidad se manifiesta en toda su belleza. Venid todos, recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

SAN HIPOLITO DE CERDEÑA
SAN HIPOLITO DE CERDEÑA

5.- Renacer por el agua y el Espíritu Santo. (24 abr 2017).

El Padre inmortal envió al mundo a su Hijo inmortal y su Verbo. Ese vino hacia el hombre para lavarlo con el agua y el Espíritu. Lo engendró de nuevo por la incorruptibilidad del alma y del cuerpo. Nos infundió el Espíritu de vida y nos cubrió completamente con una armadura imperecedera. Si el hombre, pues, ha sido mortal, será también divinizado. Si después del renacimiento por el baño es divinizado a través del agua y del Espíritu Santo, verá que después de la resurrección de los muertos, es heredero del cielo.

Venid, todas las naciones, a la inmortalidad del bautismo... Esta agua es la que nos hace participar del Espíritu, riega el paraíso, da a beber a la tierra, hace crecer las plantas, da a luz a los vivos y, por decirlo de una vez, engendra al hombre a la vida haciéndolo renacer. Cristo fue bautizado en ella, sobre el Espíritu descendió en forma de paloma. El que con fe baja al baño de la regeneración rechaza el vestido de la esclavitud y se reviste de la adopción. Sube del bautismo brillante como el sol, resplandeciendo justicia. Más aún: sale hijo de Dios y coheredero con Cristo, a quien sean dadas la gloria y el poder, como también al Santísimo Espíritu, bueno y vivificante, ahora y siempre por todos los siglos. Amén.

6.- No soy el Mesías. (02 ene 2018).

Juan, el precursor del Maestro, decía a los que venían a bautizarse: "Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a escapar del juicio inminente? Yo no soy el Mesías. Soy un servidor, y no el Maestro. Soy un súbdito, no soy el rey. Soy una oveja, y no el pastor. Soy un hombre y no soy Dios. Al venir al mundo, he curado la esterilidad de mi madre, pero no ha permanecido virgen. He surgido de la tierra, no del cielo. He hecho enmudecer a mi padre, no he derramado la gracia divina. Mi madre me ha reconocido, no ha sido una estrella la que me ha mostrado. Soy miserable y pequeño, pero después de mí viene el que es antes que yo.

Viene después en el tiempo; antes, estaba en la luz inaccesible e inefable de la divinidad. El que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de quitarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y con fuego. Yo me someto a él, él es libre. Yo estoy sujeto al pecado, él destruye el pecado. Yo inculco la ley, él nos trae la luz de la gracia. Yo predico siendo esclavo, él promulga la ley como maestro. Yo vengo de la tierra, él viene de arriba. Yo predico un bautizo de conversión, él concede la gracia de la adopción filial: Él os bautizará con Espíritu Santo y con fuego. ¿Por qué me reverenciáis? Yo no soy el Mesías.

7.- El Señor baja a recibir el bautismo. (07 ene 2018).

He aquí que viene el Señor para ser bautizado. Llega de incognito, desnudo, sin escolta, revestido de nuestra humanidad, velando su divina grandeza para engañar a la serpiente. Se acerca a Juan como un hombre cualquiera, pecador, inclinando la cabeza para ser bautizado por él. Este, asombrado por esta humildad, intenta impedirlo, diciendo: Soy yo el que tengo que ser bautizado por ti y ¿vienes tú a mí?

Mira que cuántos bienes tan grande s hubiéramos sido privados, si el Señor, cediendo a la petición de Juan, hubiera renunciado al bautismo. Porque hasta aquel momento nos estaban cerrados los cielos y era inaccesible el mundo de arriba. El Maestro ¿solo recibió el bautismo? No: renovó al hombre viejo, le concedió la dignidad de hijo adoptivo, porque al instante se abrieron los cielos. El mundo visible y el mundo invisible se reconciliaron. El ejército del cielo fue transportado de alegría; los enfermos de la tierra fueron curados. Los misterios secretos fueron revelados. La hostilidad cedió su puesto a la amistad. Cristo Esposo fue bautizado. Hacía falta que se abrieran las esplendidas puertas de la morada celestial. El Espíritu Santo descendió como una paloma y la voz del Padre resonó: Este es mi Hijo amado.

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