SAN FULGENCIO DE RUSPE

23.08.2021

1.- Yo te lo ordeno, levántate. (16 sep 2014).

Esto corruptible tiene que revestirse de incorrupción, y esto mortal tiene que vestirse de inmortalidad. Pero a esta transformación, objeto de una justa retribución, debe preceder antes otra transformación que es puro don gratuito. La retribución de la transformación se promete a los que en la vida presente realicen la transformación del mal al bien. La primera transformación gratuita consiste en la justificación, que es una resurrección espiritual, don divino que es una incoación de la transformación perfecta que tendrá lugar en la resurrección de los cuerpos de los justificados, cuya gloria será entonces perfecta, inmutable y para siempre.

En esta vida somos transformados por la primera resurrección, que es la iluminación destinada a la conversión; por ella, pasamos de la muerte a la vida, del pecado a la justicia, de la incredulidad a la fe, de las malas acciones a una conducta santa. Sobre los que así obran no tiene poder alguno la segunda muerte. De ellos dice el Apocalipsis: Dichoso aquel a quien le toca en suerte la primera resurrección, sobre ellos la segunda muerte no tiene poder. Que se apresure, pues, a tomar parte ahora en la primera resurrección el que no quiera ser condenado con el castigo eterno de la segunda muerte. Los que en la vida presente, transformados por el temor de Dios, pasan de mala a buena conducta van de la muerte a la vida, y más tarde serán transformados de su humilde condición a una condición gloriosa.

2.- El Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre. (16 may 2015).

Al final de nuestras plegarias decimos: "Por nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo" y no "Por el Espíritu Santo". Esta práctica de la Iglesia universal tiene su explicación. Se debe al misterio según el cual el hombre Jesucristo es el mediador entre Dios y los hombres, sacerdote eterno según el rito de Melquisedec, él que con su propia sangre ha entrado en el Santuario, no en aquel que es imagen del verdadero, sino en el cielo, donde está sentado a la derecha de Dios e intercede por nosotros.

El apóstol dice, refiriéndose al sacerdocio de Cristo: Así pues, ofrezcamos a Dios sin cesar por medio de él un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que bendicen su nombre. Por él, ofrecemos el sacrificio de alabanza y oración, porque gracias a su muerte fuimos reconciliados cuando aún éramos enemigos. Ha querido ofrecerse como víctima por nosotros. Por eso, desde entonces, nuestra ofrenda puede ser agradable a Dios. Por eso, san Pedro nos advierte: También vosotros, como piedras vivas, vais construyendo un templo espiritual, dedicado a un sacerdocio santo, para ofrecer, por medio de Jesucristo, sacrificios espirituales agradables a Dios. Por esto decimos a Dios padre: "Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor".

3.- Nosotros somos la arcilla, tú eres nuestro alfarero; nosotros todos somos obra de tus manos. (26 mar 2017).

El que ilumina a todo hombre viniendo al mundo es el verdadero espejo del Padre. Cristo pasa en cuanto es espejo del Padre y deja lejos la ceguera de los ojos de los que no ven. Cristo, que viene del cielo, pasa, a fin de que toda carne le vea. El ciego, por sí solo, no podía ver a Cristo, espejo del Padre. Cristo abrió los ojos del ciego y en Cristo vio el espejo del Padre. El primer hombre fue creado luminoso, y se encontró ciego cuando hizo caso a la serpiente: este ciego se puso en condiciones de renacer cuando creyó. El ciego de nacimiento se quedó sentado, sin reclamarle a ningún médico una pomada para curar sus ojos. El artesano del universo viene y refleja en el espejo la imagen. Ve la miseria del ciego sentado allí y pidiendo limosna. ¡Qué milagro de la fuerza de Dios! Cura lo que ve, ilumina lo que visita...

El que creó el globo terrestre ahora abrió los globos de los ojos del ciego. El alfarero que nos hizo vio estos ojos vacíos; los tocó mezclando su saliva con tierra y, aplicando este lodo, formó los ojos del ciego... El hombre está formado por arcilla, la pomada de lodo... La materia que primero había servido para formar los ojos luego los curó. ¿Qué prodigio es más grande: crear el globo del sol o recrear los ojos del ciego de nacimiento? El Señor, sobre su trono, hizo brillar el sol; recorriendo las plazas públicas de la tierra, permitió al ciego ver. La luz vino sin haber sido reclamada, y sin súplica el ciego fue liberado de su imperfección de nacimiento.

4.- Coronados juntos por el humilde Rey de gloria. (26 dic 2017).

Ayer celebramos el nacimiento temporal de nuestro Rey eterno; hoy celebramos el triunfal martirio de su soldado. Nuestro Rey, siendo la excelsitud misma, se humilló por nosotros. Ha traído el don de la caridad, por la que los hombres se hacen partícipes de la naturaleza divina. Así, pues, la misma caridad que Cristo trajo del cielo a la tierra ha levantado a Esteban de la tierra al cielo. Esteban para merecer la corona que significa su nombre, tenía la caridad como arma, y por ella triunfaba en todas partes.

Por la caridad d Dios, no cedió ante los judíos que lo atacaban; por la caridad hacía el prójimo, rogaba por los que lo lapidaban. Por la caridad, argüia contra los que estaban equivocados, para que se corrigieran; por la caridad, oraba por los que lo lapidaban, para que no fueran castigados. Confiado en la fuerza de la caridad, venció la acerba crueldad de Saulo, y mereció tener en el cielo como compañero a quien conoció en la tierra como perseguidor. La santa e inquebrantable caridad de Esteban deseaba conquistar orando a aquellos que no pudo convertir amonestando. Y ahora Pablo se alegra con Esteban, y con Esteban goza de la caridad de Cristo, triunfa con Esteban, reina con Esteban; pues allí donde le precedió Esteban, martirizado por las piedras de Pablo, lo ha seguido este, ayudado por las oraciones de Esteban.

5.- De repente, una luz que venía de cielo le envolvió con su claridad. (25 ene 2018).

Saulo fue enviado al camino de Damasco para quedarse ciego, ya que si se queda ciego, encontrará el verdadero Camino. Pierde la vista corporal, pero su corazón es iluminado para que la verdadera luz brille a la vez en los ojos de su corazón y en los de su cuerpo. Es enviado a su interior para buscarse. No se encontraba porque interiormente había perdido el camino. Por eso oyó una voz que le decía: "Desvía tus pasos del camino de Saulo para encontrar la fe de Pablo. Quítate la túnica de tu ceguera y revístete del Salvador. Quise manifestar en tu carne la ceguera de tu corazón, con el fin de que puedas ver lo que no veías, y que no seas semejante a los que tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. Que Saulo se vuelva con sus cartas inútiles, para que Pablo escriba sus tan necesarias epístolas. Que Saulo, el ciego, desaparezca, para que Pablo llegue a ser la luz de los creyentes".

Pablo, ¿quién te transformó así? "¿Quieres saber quién hizo esto? Un hombre llamado Cristo... Ungió mis ojos y me dijo: Ve a la piscina de Siloé, lávate, y recobrarás la vista. Fui allí, me lavé, y ahora veo. ¿Por qué tanto asombro? El que me creó me ha recreado; con el poder con que me creó, ahora me ha curado; yo había pecado, pero él me purificó".

6.- Servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. (24 oct 2018).

¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el Señor pondrá al frente de su servidumbre a quien el Señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Si nos preguntamos por esta ración de trigo, san Pablo nos dice: Es la medida de la fe que Dios os ha otorgado, Lo que Cristo llama ración, Pablo lo llama medida de la fe para enseñarnos que no hay otro trigo espiritual que el venerable misterio de la fe cristiana. Esta medida de trigo os la damos en nombre del Señor cada vez que, iluminamos por el don espiritual de la gracia, os hablamos según la regla de la verdadera fe. Esta medida la recibís por los administradores del Señor cada día que escucháis de boca de sus servidores la palabra de verdad.

Que sea nuestro alimento esta ración de trigo que Dios nos distribuye. Sea el alimento de nuestra buena conducta para llegar a la recompensa de la vida eterna. Creamos en el que se nos da a sí mismo como alimento para que no desfallezcamos en el camino, y que se reserva como nuestra recompensa para que encontremos el gozo en la patria. Creamos y esperemos en él; amémosle sobre todo y en todo. Porque Cristo es nuestro alimento y será nuestra recompensa. Cristo es el alimento y será nuestra recompensa. Cristo es el alimento y el consuelo de los viajeros en el camino; saciedad y exultación de los bienaventurados en su descanso.

7.- Yo os digo: amad a vuestros enemigos. (16 mar 2019).

No debáis nada a nadie salvo el amor mutuo. Qué deuda más sorprendente, hermanos. ¡Dichosa deuda, deuda sagrada, portadora de créditos en el cielo, llena de riquezas eternas! Acordémonos de las palabras del Señor: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. ¿Y cuál será la recompensa de este trabajo? Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo.

El apóstol Pablo nos da a conocer qué es lo que se dará a estos hijos de Dios: Si somos hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo. ¡Escuchad, pues, cristianos, escuchad, hijos de Dios, escuchad, herederos de Dios, coherederos con Cristo! Si queréis poseer la herencia de vuestro Padre, pagad la deuda de vuestro amor no solo con vuestros amigos, sino también con vuestros enemigos. No rechacéis dar este amor a nadie; es el tesoro común a todos los hombres de buena voluntad. Poseedlo todos juntos, y para aumentarlo, derramadlo tanto a los malos como a los buenos. Porque este bien, que no se posee sino es todos juntos, no es de la tierra, sino del cielo; la parte de uno jamás reduce la de ninguno de los otros.

8.- En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros. (26 dic 2019).

La misma caridad que hizo bajar a Cristo del cielo a la tierra ha levantado a Esteban de la tierra al cielo. El amor, que precedió en el Rey, ha brillado a continuación en el soldado. Allí donde precedió Esteban, martirizado por las piedras de Pablo, lo ha seguido este, ayudado por las oraciones de Esteban. ¡Oh vida verdadera, en la que Pablo no queda confundido de la muerte de Esteban en la que Esteban se alegra de la compañía de Pablo, porque ambos participan de la misma caridad! El amor en Esteban triunfó de la crueldad de los judíos, y en Pablo la caridad cubrirá la multitud de sus pecados. En ambos fue el amor respectivo el que los hizo dignos de poseer el reino de los cielos.

El amor es la fuente y el origen de todos los bienes, egregia protección, camino que conduce al cielo. El que camina en la caridad no puede temer ni errar. Ella dirige, protege, encamina. Por ello, hermanos, ya que Cristo construyó una escalera de caridad por la que todo cristiano puede ascender al cielo, guardad fielmente la pura caridad, ejercitada mutuamente unos con otros y, progresando, ejercitadla mutuamente unos con otros y, progresando en ella, alcanzad la perfección.

9.- Una luz del cielo envolvió a Pablo con su claridad. (25 ene 2021).

Saulo fue enviado al camino de Damasco para volverse ciego. Pierde la vista corporal, pero su corazón es iluminado, para que la verdadera luz brille a la vez en los ojos de su corazón y en los de su cuerpo. Es enviado a su interior, para buscarse. Erraba en su propia compañía, viajero inconsciente, y no se encontraba porque interiormente había perdido el camino. Por eso, oyó una voz que le decía:" Desvía tus pasos del camino de Saulo para encontrar la fe de Pablo. Quítate la túnica de tu ceguera y revístete del Salvador. Que Saulo se vuelva con sus cartas inútiles, para que Pablo escriba sus epístolas tan necesarias. Que Saulo, el ciego, desaparezca, para que Pablo llegue a ser la luz de los creyentes"...

Pablo, ¿Quién te transformó así? "¿Quieres saber quién lo hizo? Un hombre llamado Cristo. Ungió mis ojos y me dijo: Ve a la piscina de Siloé, lávate, y recobra la vista. Fui allí, me lavé, y ahora veo. ¿Por qué este asombro? El que me creó, ahora me ha recreado; con el poder con que me creó, ahora me ha curado; yo había pecado, pero él me purificó" Ananías, toca a Saulo y danos a Pablo; deja bien lejos al perseguidor y envía a misión al predicador: los corderos no le tendrán miedo, las ovejas de Cristo se alegrarán. Toca al lobo que perseguía a Cristo, para que ahora, con Pedro, lleve a apacentar a las ovejas.   

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