SAN CLEMENTE DE ALEJANDRIA

21.08.2021

1.- Escucha, pueblo mío: voy a dar testimonio contra ti, yo, Dios, tu Dios. (04 oct 2013).

Ojala escuchéis hoy su voz: "No endurezcáis vuestro corazón" La gracia de la promesa de Dios es abundante si hoy escuchamos su voz, porque este hoy se extiende a cada nuevo día durante todo el tiempo en que digamos "hoy". Este hoy, lo mismo que la posibilidad de conocer, dura hasta el final de los tiempos. En aquel día, el verdadero "hoy" se confundirá con la eternidad. Obedezcamos, pues, siempre a la voz del Verbo divino, la Palabra de Dios hecha carne, porque el hoy de siempre es imagen de la eternidad y el día es símbolo de la luz.

Es natural que sobreabunde la gracia para los que han creído y obedecido, pero que Dios esté irritado con los que han sido incrédulos, los que no han reconocido los caminos del Señor. El Señor, porque ama a los hombres, invita a todos al conocimiento de la verdad, y les envía el Espíritu Santo, el Paráclito. Escuchad, pues, los que estáis lejos y los que estáis cerca. El Verbo no se esconde a nadie. Él es nuestra luz común, brilla para todos los hombres. Apresurémonos, pues, hacia la salvación, hacía el nuevo nacimiento. Apresurémonos, pues, a congregarnos en un solo rebaño en la unidad del amor. Y esa multitud de voces obedientes a un solo Señor, al Verbo, encontrará su descanso en la misma Verdad y podrá decir Abbá, Padre.

2.- El reino de los cielos es para aquellos que se le asemejan. (16 ago 2014).

Resulta claro que la pedagogía de Cristo es, según se desprende de su mismo nombre, la educación de los niños. Pero queda por examinar quiénes son estos niños a los que se refiere simbólicamente la Escritura, y luego asignarles el pedagogo. Los niños somos nosotros. La Escritura nos menciona de muchas maneras, y nos llama alegóricamente con diversos nombres para dar a entender la simplicidad de la fe. Por ejemplo, en el Evangelio se dice: El Señor, deteniéndose en la orilla del mar junto a sus discípulos -que a la sazón se hallaban pescando-, les dijo: Muchachos, ¿tenéis pescado? Llama "muchachos" a unos hombres que ya son discípulos. Y cuando dice: Si no se convierten y se hacen como niños no entrarán en el reino de los cielos, no se refiere a la regeneración, sino que nos recomienda imitar la sencillez de los niños.

Son, por tanto, verdaderos niños los que conocen a Dios como padre, y son sencillos, ingenuos, puros, los creyentes en un solo Dios. A los que ha progresado en el conocimiento del Verbo, el Señor les ordena despreciar las cosas de aquí abajo y los exhorta a fijar su atención solamente en el Padre, imitando a los niños. Por esa razón les dice: No os inquietéis por el mañana, que ya basta a cada día su propia aflicción. Así, manda que dejemos a un lado las preocupaciones de esta vida para unirnos al Padre. El que cumple este precepto es realmente un niño a los ojos de Dios y del mundo; éste lo considera un necio; aquél, en cambio, lo ama.

3.- A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios si creen en su nombre. (31 dic 2014).

Contempla los misterios del amor y verás el seno del Padre que sólo el Hijo único nos ha contado. Dios mismo es amor y por eso mismo se ha dejado ver por nosotros. En su ser indecible, es Padre; en su compasión para con nosotros, es Madre. Es amando que el Padre se nos presenta también como mujer.

La prueba más asombrosa es aquel que él engendra de sí mismo. Y este Hijo, fruto del amor, es amor. Por causa de este amor, ha revestido nuestra humanidad. Por causa de este amor, sufrió libremente todo lo que libera la condición humana. Así, haciéndose según la medida de nuestra debilidad, a nosotros, a los que amaba, nos ha dado, a cambio, la medida de su fuerza. Hasta el punto de ofrecerse a sí mismo como sacrificio y dándose él mismo como precio de nuestra redención, nos dejó un testamento nuevo: Os doy mi amor. ¿Cuál es este amor? ¿Qué valor tiene? Por cada uno de nosotros ha entregado su vida, una vida más preciosa que el universo entero.

4.- Sintió piedad de ellos, porque estaban como ovejas sin pastor. (19 jul 2015).

Salvar es propio de quien es bueno. La misericordia del Señor se extiende a toda carne; acusa, corrige y enseña, como hace el pastor con su rebaño. Se apiada de quienes aceptan su corrección, y de los que se esfuerzan por unirse con él. Los sanos no necesitan los cuidados del médico, pero si necesitan de su arte los enfermos. De la misma manera, nosotros, que en esta vida somos enfermos, aquejados por nuestros vergonzosos deseos, por nuestras intemperancias, nuestras pasiones, necesitamos del Salvador.

Nosotros, por tanto, enfermos, necesitamos del Salvador; extraviados, necesitamos quien nos guíe; ciegos, necesitamos quien nos ilumine; sedientos, necesitamos de la fuente de la vida: esa de la que quienes beben nunca más tendrán sed; muertos, necesitamos de la vida; siendo un rebaño, necesitamos un pastor; siendo niños, necesitamos un pedagogo; y toda la humanidad necesita a Jesús. Curaré lo que está herido cuidaré lo que está débil, convertiré lo extraviado y los apacentaré yo mismo en mi monte santo. Esta es la promesa propia de un buen pastor. ¡Apacienta a tus criaturas como a un rebaño! ¡Sí, Señor, sácianos; danos abundante el pasto de tu justicia!

5.- Vuestro Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños. (11 ago 2015).

Tras haber mostrado que la Eucaristía nos da a todos el nombre de niños, y que cuando seguimos a Cristo se nos llama alegóricamente pequeños, debemos decir quién es nuestro Pedagogo. Se llama Jesús. Algunas veces se llama a sí mismo "pastor", y dice: Yo soy el buen pastor. Con una metáfora tomada de los pastores que guían sus ovejas se representa al Pedagogo, guía de los niños, solícito pastor de los pequeños; porque a los pequeños por su sencillez alegóricamente se les denomina ovejas.

Y todos formarán un solo rebaño y un solo pastor. Con corazón el Verbo es llamado "pedagogo", puesto que a nosotros, niños, nos conduce a la salvación. Con toda claridad él dice de sí mismo por boca de Oseas: Yo soy su educador. La religión es una pedagogía que comporta el aprendizaje del servicio de Dios, la educación para alcanzar el conocimiento de la verdad, y la recta formación que conduce al cielo como el piloto que gobierna su nave y procura poner a salvo a la tripulación; así también el Pedagogo guía a los niños hacia un género de vida saludable, por el solícito cuidado que tiene de nosotros. Pero nuestro Pedagogo es el Santo Dios Jesús, el Verbo que guía a toda la humanidad; Dios mismo, que ama a los hombres, es nuestro pedagogo.

6.- Haced amigos. (07 nov 2015).

Qué admirable es esta palabra del apóstol pablo: Dios ama al que da con alegría, al que da limosna de buena gana, siembra sin contar con una cosecha tan abundante, y comparte sin murmurar, vaciar o retener. Y todavía es más grande esta palabra que el Señor dice en otro lugar: A quien te pide dale; al que se lleve lo tuyo, no le reclames. Las riquezas de las que disponemos no deben servir sólo para nosotros; con bienes injustos podemos hacer una obra justa y saludable, y aliviar a uno de los que el Padre ha destinado a sus moradas eternas.

Reflexiona sobre la magnífica recompensa prometida a tu generosidad: las moradas eternas. ¡Qué buen negocio! Compramos la inmortalidad con dinero; ¡cambiamos los bienes caducos de este mundo por una morada eterna en los cielos! Por tanto, vosotros los ricos, que tenéis sabiduría, aplicaos en este negocio. ¿Por qué os dejáis fascinar por diamantes, y esmeraldas, por casas que el fuego devora, que el tiempo derrumba, que un terremoto derriba? Aspirad sólo a vivir en los cielos y a reinar con Dios. Un hombre, un pobre, os dará este reino. Por otra parte, el Señor no dijo: "Dad, sed generosos, socorred a vuestros hermanos", sino: Haced amigos. La amistad no nace de golpe, sino de una larga familiaridad. Ni la fe, ni la caridad, ni la paciencia son obras de un día, sino que el que persevere hasta el fin se salvará.

7.- Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? (23 may 2016).

Si la Ley de Moisés pudiera darnos la vida eterna, ¿para qué habría venido nuestro Salvador al mundo a sufrir por nosotros desde su nacimiento hasta su muerte, llevando una vida totalmente humana? ¿por qué el hombre que cumplía tan fielmente desde su juventud los mandamientos de la Ley se lanzaría a los pies de otro para pedir la inmortalidad?

Este joven observaba toda la Ley, y había estado apegado a ella desde su juventud. Pero él sabe bien que, aunque no le falte nada a su virtud, aún le falta la vida. Por eso va a pedírsela al único que se la puede conceder; él está seguro de cumplir con la Ley, pero se la implora al hijo de Dios. Las amarras de la Ley no lo aseguraban bien en las dudas; inquieto, abandona estas aguas peligrosas y lanza su ancla al puerto del Salvador. Jesús no le reprocha haber faltado a la Ley, sino que comienza por amarle, conmovido por esta muestra de consideración. Sin embargo, se declara aún imperfecto: es un buen obrero de la Ley, pero es perezoso en lo que respecta a la vida eterna. La Ley es como un pedagogo que encamina a los mandamientos perfectos de Jesús y hacia su gracia. Jesús es el resultado de la Ley para que sea dada la justicia a todos aquellos que creen en él.

8.- La luz vino al mundo. (26 abr 2017).

El mandato del Señor es límpido, y da luz a los ojos. Recibe a Cristo, recibe la capacidad de ver, recibe la luz, con el fin de conocer a Dios y al hombre. Mientras estábamos sepultados en las tinieblas y presos de las sombras de muerte, resplandeció entre nosotros una luz del cielo más pura que el sol, más dulce que la vida terrena. Esta luz es vida eterna, y todo el que participa de ella tiene vida. La noche teme esta luz; por miedo, desaparece, y deja sitio al día del Señor; todo se hizo luz sin ocaso.

Occidente trocó en oriente, es la creación nueva, porque el Sol de justicia, que pasa por todas partes, visita a todo el género humano sin distinción. Imita a su Padre, que hace salir su sol sobre todos los hombres y difunde en todos el rocío de la verdad. Crucificando a la muerte, la transformó en vida; arrancó al hombre de la perdición y colocó en los cielos; trasplantó lo que era perecedero para convertirlo en imperecedero; convirtió la tierra en cielo. Da la vida de Dios a los hombres por su enseñanza divina, poniendo sus leyes en su pensamiento e inscribiéndolas en su corazón: todos conocerán a Dios, desde los más pequeños hasta los más grandes. Acojamos, pues, las leyes de la vida, obedezcamos las enseñanzas de Dios, aprendamos a conocerlo.

9.- Si quieres... (21 ago 2017).

Este joven rico, aunque cree que nada le falta a su virtud, sabe que todavía le falta la vida. Por eso viene a pedírselo a aquel que puede concedérselo. Está seguro de estar en regla con la Ley; sin embargo implora al Hijo de Dios. De una fe pasa a otra fe. Las amarras de la Ley no lo defendían bien de los vaivenes de la vida; inquieto, deja este peligroso amarre y viene para echar el ancla al puerto del Salvador. Jesús le mira con cariño, emocionado por esta aplicación de buen alumno. No obstante, lo declara todavía imperfecto: es buen obrero de la Ley, pero perezoso para la vida eterna.

La Ley santa es como un pedagogo que instruye por el temor y conduce hacia los mandatos sublimes de Jesús y hacia su gracia. Jesús es la plenitud de la ley para justificar totalmente a los que creen en él. No es un esclavo que fabrica esclavos, sino que da la categoría de hijos, hermanos, coherederos, a todos los que cumplen la voluntad del Padre. Esta palabra: Si quieres muestra admirablemente la libertad del joven; solo depende de él escoger, es dueño de su decisión. Pero es Dios quien da, porque es el Señor. Da a todos los que la desean y emplean todo su ardor, con el fin de que la salvación sea su propia elección. Enemigo de la violencia, Dios no fuerza a nadie, sino que ofrece la gracia a los que la buscan, se la ofrece a los que se la piden, abre a los que llaman.

10.- Los publicanos y las prostitutas llegarán antes al reino de Dios. (01 oct 2017).

Las puertas están abiertas para cualquiera que regrese sinceramente a Dios, con todo su corazón, y el Padre recibe con gozo al hijo que se arrepiente de verdad. ¿Cuál es el signo del verdadero arrepentimiento? No volver a caer en las viejas faltas y arrancar del corazón, desde sus raíces, los pecados que nos han puesto en peligro de muerte. El Señor exclamó: Misericordia quiero y no sacrificios. No quiero la muerte del pecador sino que se convierta. Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve blanquearán; aunque sean rojos como la escarlata, como lana blanca quedarán.

Solo Dios puede perdonar los pecados y no imputar las faltas, y el Señor Jesús nos exhorta a perdonar cada día a los hermanos que se arrepienten. Si nosotros que somos malos sabemos dar cosas buenas a los demás, ¿cuánto más lo hará el Padre lleno de ternura? El Padre de toda consolación atiende a los que se convierten. La conversión verdadera supone dejar de pecar y no volver a mirar atrás. Lamentemos, pues, amargamente nuestras faltas pasadas y pidamos al Padre que las olvide. En su misericordia puede deshacer todo lo que se había hecho y, por el rocío del Espíritu, borrar las fechorías pasadas.

11.- La ley nueva inscrita en el corazón de los hombres.(06 feb 2018).

Tenemos el decálogo dado por Moisés y todo lo que nos recomienda la lectura de los libros santos: Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. También tenemos las leyes del Verbo, las palabras escritas no sobre tablas de piedra por el dedo del Señor, sino inscritas en el corazón del hombre. Estas dos leyes le han servido al Verbo en la pedagogía de la humanidad, primero por boca de Moisés, luego por la de los apóstoles.

Nos hace falta un maestro para explicar estas palabras sagradas. Él nos enseñara la palabra de Dios. La escuela es la Iglesia; nuestro único Maestro es el Esposo, la buena voluntad de un Padre bueno, sabiduría primordial, santidad del conocimiento. Él ha muerto por nuestros pecados, él cura nuestros cuerpos y nuestras almas, cura el hombre en su totalidad, Jesús, que ha muerto por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino por los del mundo entero. Sabemos que conocemos a Dios si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo lo conozco, pero no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Como alumnos de esta divina pedagogía, ¡embellezcamos el rostro de la Iglesia y corramos como niños pequeños hacia esta madre llena de bondad! Hagámonos discípulos del Verbo; glorifiquemos la divina providencia que nos conduce por medio de este Pedagogo y nos santifica porque es Hijo de Dios.

12.- Aquí tenéis a uno que es más que Jonás. (21 feb 2018).

Arrepintámonos; convirtámonos de la ignorancia al verdadero conocimiento, de la locura a la prudencia, de la injusticia a la justicia, de la impiedad a Dios. Son numerosos los bienes que se desprenden de esto, como Dios mismo dice en Isaías. La herencia es de los siervos del Señor. No el oro ni la plata, ni lo que roe la polilla y los ladrones roban, sino el inestimable tesoro de la salvación. Este Padre que nos ama tiernamente no cesa de exhortarnos, de educarnos, de amarnos y de salvarnos. Sed justos, dice el Señor. Sedientos todos, acudid por agua. Venid los que no tenéis dinero, comprad y bebed sin pagar. Nos invita al baño purificador, a la salvación, a la iluminación... Los santos del Señor heredarán de la gloria de Dios y de su poder Una gloria que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede imaginar.

Vosotros tenéis esta promesa divina de la gracia y, por otra parte, habéis escuchado las amenazas de castigo: son los dos caminos por los que el Señor salva. ¿Por qué nos demoramos? ¿Por qué no acogemos su don escogiendo el mejor? Mira, hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. El Señor intenta hacerte escoger la vida; te aconseja como un padre.

13.- Aquel que actúa conforme a la verdad se acerca a la luz. (11 abr 2018).

En el momento de nuestro bautismo quedamos iluminados, somos hechos hijos perfectos y recibimos el don de la inmortalidad. Lo digo, palabra del Señor, ¡sois todos dioses e hijos del Altísimo! Damos diferentes nombres a los efectos del bautismo: gracia, iluminación, baño, perfeccionamiento. "Baño" pues somos purificados de nuestras faltas; "gracia" porque el castigo por nuestros pecadores es perdonado; "iluminación" porque contemplamos la luz santa de nuestra salvación en la que llegamos a ver los misterios divinos; "perfeccionamiento" porque ya no nos falta nada. ¿Qué le puede faltar a quien ha visto a Dios? Y ¿cómo se puede llamar "gracia de Dios" a algo que no sea perfecto? Pues Dios perfecto no puede dar sino cosas perfectas.

Así pues, cuando alguien ha sido regenerado, es también iluminado, liberado de las tinieblas, y al mismo instante, agraciado con la luz... Hemos sido liberados de nuestros pecados que, como una nube, cubrieron al Espíritu divino. Y ahora, libre ya la mirada de nuestro espíritu, despejada, iluminada, nos hace contemplar las cosas divinas.

14.-Quien acoge a uno de estos pequeños me acoge a mí. (01 oct 2018).

Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo. La madre atrae hacia sí a sus hijos pequeños y nosotros buscamos a nuestra madre, la Iglesia. Todo ser cuya debilidad tiene necesidad de ayuda es gracioso, atrayente, hermoso; Dios no niega su ayuda a un ser tan pequeño. El Padre de toda la creación acoge a los que se refugien en él, los regenera por el Espíritu y los adopta como hijos.

El Santo Espíritu, por boca de Isaías, aplica al mismo Señor el término hijo: Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. ¿Quién es este hijo, este recién nacido, a imagen del cual somos hijos? Por el mismo profeta, el Espíritu nos describe su grandeza: Maravilla de consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz. ¡Oh gran Dios! ¡Oh niño perfecto! El Hijo está en el Padre y el Padre está en el Hijo. ¿Podría no ser perfecta la instrucción que nos da este niño? Ha extendido sus manos sobre nosotros y en ellas hemos `puesto toda nuestra confianza. Es de este hijo de quien Juan Bautista da testimonio: He aquí el cordero de Dios. Puesto que la Escritura llama a corderos a los hijos pequeños, llama cordero de Dios al Verbo de Dios que se ha hecho hombre por nosotros y ha querido ser en todo semejante a nosotros, él, el Hijo de Dios, el hijito del Padre.

15.-Una sola cosa te falta. (14 oct 2018).

Hay una riqueza que es la muerte de todo aquello que ella domina: liberos de ello y os salvaréis. Purificad vuestra alma, rendida para poder entender la llamada del Señor que os repite: ¡Ven y sígueme! Es la voz que guía a quien tiene el corazón puro; en cambio, la gracia de Dios resbala en un alma repleta y desgarrada por una multitud de posesiones.

Los que miran su fortuna como un don de Dios, para testimoniar a Dios su reconocimiento ayudarán s los pobres con sus bienes. Saben que lo que poseen pertenece más a sus hermanos que a ellos mismos; si un día su fortuna se pierde, estos hombres aceptan su ruina con un corazón libre. A este hombre, Dios lo declara bienaventurado, lo llama pobre en el espíritu, heredero seguro del reino de los cielos. Por el contrario, hay quien acumula su riqueza en su corazón, en la morada del Santo Espíritu. No se inquieta más que de acumular todos los días; no eleva jamás los ojos al cielo; se embota en lo temporal; este que viene del polvo retornará al polvo. ¿Cómo puede experimentar el deseo del reino, el que, en la morada del corazón, tiene un campo o una mina, al que la muerte le sorprenderá fatalmente en medio de sus pasiones? Porque donde está tu tesoro, allí también está tu corazón.

16.- Yo soy la luz del mundo. (08 abr 2019).

Cuando tú, Señor Jesús, me conduces a la luz y encuentro a Dios y, gracias a ti, recibo al Padre, soy coheredero contigo, ya que tú no te avergüenzas de tenerme como hermano. Apartemos, pues, el olvido de la verdad, venzamos la ignorancia. Habiendo disipado las tinieblas que nos envuelven como una nube, contemplemos al Dios verdadero y proclamemos: "Bendita sea la luz verdadera".

Porque la luz ha brillado sobre nosotros que estábamos hundidos en las tinieblas y en la sombra de la muerte, luz más pura que el sol y más bella que la vida de este mundo. Esta luz es la vida eterna y todos aquellos que participan en la luz tienen vida eterna. La noche huye de la luz, se esconde por miedo y cede ante el día del Señor. La luz que no se puede apagar se ha extendido por todas partes, de Oriente a Occidente. Esto es lo que significa la creación nueva. En efecto, el sol de justicia que ilumina toda cosa resplandece sobre toda la humanidad, a ejemplo de su Padre, que hace salir el sol sobre todos los seres humanos y deja caer sobre ellos el rocío de la verdad.

17.- Inmediatamente, la barca se acercó a la orilla. (04 may 2019).

Dirijamos nuestra oración al Verbo: Sé propicio a tus pequeños, Pedagogo, Padre, Guía de Israel; Hijo y Padre, ambos un solo Señor. Concede a quienes seguimos tus preceptos llevar a su perfección la semejanza de la imagen y sentir en lo posible la bondad de Dios, como juez, y su rigor; y concédenos tú mismo todo eso: que vivamos en tu paz sobre la tierra, que seamos trasladados a tu ciudad; que atravesemos sin naufragar las olas del pecado y que, en plena calma, seamos transportados junto al Espíritu Santo, la inefable sabiduría.

Que de noche y de día -hasta el día final- alabemos y demos gracias al único Padre e Hijo, Hijo y Padre, al Hijo pedagogo y maestro, junto con el Espíritu Santo. Todo está en el uno, puesto que en él son todas las cosas, por quien todo es uno, por quien la eternidad es, de quien todos somos miembros; de él es la gloria y los siglos; todo sea para el Bueno; todo, para el Bello; todo, para el Sabio; todo, para el Justo. A él la gloria, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

18.-He venido para que los hombres tengan vida, y la tengan en abundancia. (13 may 2019).

Podemos comprender la suprema sabiduría del santísimo Pastor y educador, que es el Todopoderoso y el Verbo del Padre, cuando se sirve de una alegoría y se llama a sí mismo el pastor de las ovejas; pero él es también el educador de los más pequeños. Por eso, por medio de Ezequiel, se dirige largamente a los ancianos y les da ejemplo de su solicitud: Buscaré las ovejas perdidas, haré volver a las descarriadas... y las apacentaré debidamente en mi monte santo. Sí, maestro, condúcenos a los grandes pastos de tu justicia. Sí, sé el pastor que nos lleve a su montaña santa, hasta la Iglesia que se eleva por encima de las nubes, que toca los cielos.

Así es nuestro educador; es bueno con justicia. No he venido para ser servido, dice, sino para servir. Por eso en el evangelio lo vemos cansado, él, que se cansa por nosotros y promete dar u vida en rescate por todos. Afirma que solo el buen pastor actúa así. ¡Qué donador tan magnífico, que da por nosotros lo más grande que tiene: su vida! ¡Qué bienhechor, amigo de los hombres, que ha preferido ser su hermano antes que su Señor! Ha puesto en juego toda su bondad hasta morir por nosotros.

19.-Pedid y recibiréis: así vuestro gozo será pleno. (01 jun 2019).

Si la presencia de un hombre de bien, por el respeto que inspira, hace mejorar siempre al que se le acerca, ¡cuánto más el hombre que está continuamente en presencia de Dios por el conocimiento, la manera de vivir y la acción de gracias no será mejor cada día en todo: acciones, palabras, disposiciones! Viviendo, pues toda nuestra vida como una fiesta, con la certeza de que Dios está totalmente presente en todas partes, trabajemos cantando, naveguemos al son de himnos, comportémonos como ciudadanos del cielo.

Me atrevería a decir que la oración es una conversación íntima con Dios. Aunque musitemos suavemente y hablemos en silencio sin mover los labios, interiormente gritamos. Y Dios tiene constantemente atento el oído a esta voz interior. Sí, el verdadero hombre espiritual ora durante toda su vida, porque orar es para él poder de unión con Dios, y rechaza todo lo que es para él inútil porque ha alcanzado ya el estado de perfección que consiste en actuar por amor. Toda su vida es una liturgia sagrada.

20.- Inmediatamente, la barca se acercó a la orilla. (03 ago 2020).

Dirijamos nuestra oración al Verbo. Sé propicio a tus pequeños, Pedagogo, Padre, Guía de Israel, Hijo y Padre, ambos uno solo, Señor. Concede a quienes seguimos tus preceptos llevar a su perfección la semejanza de la imagen, y sentir en lo posible la bondad de Dios, como juez, y su rigor; y concédenos ti mismo todo eso: que vivamos en tu paz sobre la tierra, que seamos trasladados a tu ciudad; que atravesemos sin naufragar las olas del pecado, y que, en plena calma, seamos transportados junto al Espíritu Santo, la inefable sabiduría.

Que de noche y de día, hasta el día final, alabemos y demos gracias al único Padre e Hijo, al Hijo Pedagogo y Maestro, junto con el Espíritu Santo. Todo está en el Uno, puesto que en él son todas las cosas, por quien todo es uno por quien la eternidad es, de quien todos somos miembros; de él es la gloria y los siglos; todo sea para el Bondadoso; todo, para el Bello; todo, para el Sabio; todo, para el Justo. A él la gloria, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

21.- Juan el Bautista nos invita a la salvación. (11 dic 2020).

¿No es extraño que Dios nos exhorte siempre a la salvación y que nosotros estemos siempre aplazando esta ayuda? ¿Acaso Juan no nos está invitando a la salvación siendo todo él una vez que nos exhorta? Preguntémosle pues: "¿Quién eres tú entre los hombres, de dónde vienes?" No nos dirá que es Elías y negará ser el Cristo, pero confesará que es una voz que grita en el desierto. ¿Quién es, pues Juan? Es la voz del Verbo, la Palabra de Dios, que nos exhorta gritando en el desierto. Allanad los caminos del Señor. Juan es un precursor, y su voz es precursora del Verbo de Dios, voz que alienta y predispone a la salvación, voz que nos exhorta a buscar la herencia del cielo.

Gracias a ella, la abandonada tendrá más hijos que la casada. Esta maternidad me la ha anunciado la voz del ángel; esta voz era precursora del Señor, y trae la buena noticia a la mujer que no había dado a luz, tal como hace Juan n la soledad del desierto. Es, pues, por esta voz del Verbo que la mujer estéril da a luz con gozo y que el desierto da frutos. Estas dos voces, la del ángel y la de Juan, precursoras del Señor, me hablan de la salvación escondida en ellas, de manera que, después de la manifestación de este Verbo, recogemos el fruto de la fecundidad, la via eterna.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar