SAN BASILIO EL GRANDE Y SANTA REGINA

21.08.2021

Meditación

1.- ¿Amasar para uno mismo o ser rico ante Dios? (20 oct 2014).

¿Qué voy a hacer? ¡Construiré graneros más grandes! Por qué habían producido tanto las tierras de este hombre que no iba a hacer más que un mal uso de sus riquezas? Para que se manifestara con mayor esplendor la inmensa bondad de Dios, que da su gracia a todos, porque hacer caer la lluvia a justos e injustos. Los beneficios de Dios para este hombre rico eran una tierra fecunda, un clima templado, abundantes semillas, bueyes para labrar... Y él, qué le devolvía? Mal humor, misantropía y egoísmo. Es así como agradecía a su bienhechor.

Olvidaba que todos pertenecemos a la misma naturaleza humana; no pensó que era necesario distribuir lo que sobra a los pobres; no tuvo en cuenta ninguno de los preceptos divinos: No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el hacérselo, la piedad y la lealtad no te abandonen, parte tu pan con el hambriento. Todos los profetas y los sabios le proclamaban estos preceptos, pero él se hacía el sordo. Sus graneros estaban a punto de romperse por demasiados estrechos para el trigo que metía, pero su corazón no estaba saciado. No quería despojarse de nada aunque no llegara a poder guardar todo lo que poseía. Este problema le angustiaba: ¿Qué haré?, se repetía. La abundancia le hace desdichado, se lamenta igual como los indigentes: "¿Qué haré? ¿Cómo voy a alimentarme, vestirme?" Considera quién te ha colmado de estos dones. Reflexiona un poco sobre ti mismo: eres el servidor del Dios bueno; estás encargado de tus compañeros d servicio. ¿Qué haré? La respuesta era muy sencilla: "Saciaré a los hambrientos, invitaré a los pobres. Todos los que no tenéis pan, venid a llenaros de los dones que Dios me ha concedido y que fluyen como una fuente". 

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