LITURGIA CATÓLICA O LATINA

31.08.2021

1.- Yo no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores para que se conviertan. (08 mar 2014).

Oh bondadoso Creador: escucha la voz de nuestras súplicas y el llanto que, mientras dura el sacrosanto ayuno de estos cuarenta días, derramados. A ti, que escrutas nuestros corazones y que conoces todas sus flaquezas, nos dirigimos para suplicarte la gracia celestial de tu indulgencia. Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos, pero estamos, al fin, arrepentidos, y te pedimos, por tu excelso nombre, que nos cures los males que sufrimos. Haz que por la virtud de la abstinencia podamos dominar a nuestros cuerpos y que, participando del ayuno, no pequen más los corazones nuestros. Oh Trinidad Santísima, te rogamos que no conduzcas a la alegría de las fiestas pascuales y veremos elevarse a Cristo glorioso y con vida sobre los muertos. Amén.

2.- Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. (15 ago 2015).

Oh Virgen, templo de la Trinidad, el Dios de bondad se fijó en tu humildad; te envió a un mensajero para anunciarte lo que iba a nacer de ti. El ángel te trajo el saludo de la gracia, te explica, y consientes, y en seguida el Rey de gloria se encarna en ti. Por este gozo, te rogamos que nos hagas dignos de este gran Rey. Tu segundo gozo: cuando diste a luz al Sol, tú la estrella, este alumbramiento no produjo en ti cambio ni pena. Como la flor que no pierde su esplendor dando su perfume, tu virginidad no se perdió cuando el Creador se dignó nacer de ti. María, madre de bondad, sé para nosotros el camino recto que nos conduce a tu Hijo.

Otro gozo lo tuviste cuando Cristo resucitó de entre los muertos: la esperanza renace, la muerte es aniquilada. ¡Cuánta parte tienes en estas maravillas, Llena de gracia! El enemigo es vencido, el hombre es liberado y se eleva hasta los cielos. Madre del Creador, dígnate rogar con perseverancia que, por este gozo pascual, después de los trabajos de esta vida, seamos admitidos en los coros celestiales. Cristo te proporcionó el último gozo, cuando te llamó de este mundo a su reino

celeste, cuando te elevó sobre el trono donde recibes honores incomparables. Una gloria te rodea más que a ningún otro habitante del cielo. Oh Virgen, Madre de bondad, haznos sentir los efectos de tu ternura. Por este gozo, purifícanos, condúcenos a la alegría eterna. Llévanos contigo al gozo del paraíso. Amén.

3.- Los ojos de los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad. (04 dic 2015)

Que el sol, los astros, la tierra y los mares

resuenen ante el advenimiento del Dios altísimo;

¡que el rico y el pobre unan sus cantos

para celebrar al Hijo del Creador supremo!

Su nacimiento precede a la estrella de la mañana:

éste es el Salvador prometido antaño a nuestros padres,

fruto glorioso de una Virgen,

el Hijo del Dios todopoderoso.

Que lo ángeles también se alegren;

que todos los pueblos se estremezcan de alegría:

el Altísimo viene humildemente

para salvar lo que perecía.

Que los profetas alcen sus voces y profeticen:

¡El Emmanuel ya está cerca de nosotros!

Que la lengua de los mudos se desate,

y los cojos corran a su encuentro.

Que los ojos de los ciegos,

hasta ahora cerrados a la luz,

aprendan a traspasar las tinieblas de la noche,

y abrirse a la luz verdadera.

¡Alabanza, honor, poder y gloria

a Dios padre y a su Hijo,

en la unidad del Santo Espíritu

por los siglos eternos!

4.- Convertirse en respuesta a las llamadas de Dios que llega (14 dic 2018)

Creador de los astros, eterna Luz del alma,

Cristo, Redentor nuestro, acoge al que a ti clama.

Para salvar al mundo, a muerte condenado,

tu amor buscó a los reos remedio a sus pecados.

Al declinar los siglos, humilde apareciste

-como Esposo del tálamo- del seno de la Virgen.

Al poder de tu nombre y al invocar tu gloria,

el cielo y la tierra se rinden y te adoran.

Juez del fin de los tiempos, pedimos con confianza

que en la vida nos guardes de la maldad satánica.

Gloria demos al Padre, y a Cristo, Rey santísimo,

y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Amén.

5.- Detrás de mí viene uno que existía antes que yo. (13 dic 2020)

Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de la salvación.

Oh Adonay, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ven a liberarnos con el poder de tu brazo.

Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, ven a librarnos, no tardes más.

Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte.

Oh Sol que naces de lo alto, Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia, ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.

Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.

Oh Enmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.

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