HOMILIA GRIEGA DEL SIGLO IV

31.08.2021

1.- Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo. (14 sep 2014).

El árbol de la cruz es par mí el de la salvación eterna. Me alimenta y hago de él mi delicia. En sus raíces me arraigo, y por sus ramas me extiendo; su rocío me purifica y su espíritu, como un viento deleitoso, me hace fecundo. A su sombra, he preparado mi tienda, y huyendo de los grandes calores, me parece un refugio de frescura. De sus flores florezco, y de sus frutos hago mis grandes delicias, estos frutos que me estaban reservados desde el origen, me producen un gozo sin límite. Cuando me estremezco ante Dios, este árbol me protege; cuando tiemblo, es mi apoyo; es el precio de mis combates y el trofeo de mis victorias.

Este árbol de dimensiones celestes ascendió de la tierra hasta los cielos, planta inmortal fijada entre el cielo y la tierra. Es el apoyo de todas las cosas, el soporte del mundo habitado que abarca el cosmos y reúne los elementos variados de la naturaleza humana. Es el soporte invisible del Espíritu. Por su cima, toca el cielo, reforzando la tierra por sus pies y rodeado de todos lados por sus brazos enormes, los espacios innumerables de la atmósfera, es todo en todo y por doquier.

Si el gran Jesús no le hubiera infundido el Espíritu divino diciendo: Padre a tus manos encomiendo mi Espíritu, el universo fácilmente se habría estremecido de terror ante la pasión. Todo estaba acabado, pero cuando el espíritu divino se elevó, el universo fue en cierto modo reavivado, vivificado, y halló una estabilidad firme.

2.- la victoria del Hijo del hombre, que vino y que viene. (27 nov 2014).

¿Qué es el advenimiento de Cristo? La liberación de la esclavitud y la desestimación del antiguo contrato, el comienzo de la libertad y el honor de la adopción, la fuente de la remisión de los pecados y la vida verdaderamente inmortal para todos.

Como el Verbo, la Palabra de Dios nos viene de lo alto. Tiranizados por la muerte, disueltos, atados por los lazos de la caída, llevados por un camino sin retorno, vino para tomar la naturaleza de Adán, el primer hombre, según el designio del Padre. No confió a ángeles ni a arcángeles la tarea de nuestra salvación, sino que él mismo afrontó el combate por nosotros, obedeciendo las órdenes del Padre. Mira que es el Señor: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha. Ve que es el Hijo: Él me llamará Padre, y yo le haré mi Hijo. Observa que también es Dios: Los poderosos vendrán y se postrarán ante ti; te rogarán, porque tú eres su Dios. Mira que es el Rey eterno: Cetro de justicia es tu cetro real. Ve que es el Señor de los ejércitos, ¿Quién es el Rey de la gloria? El Señor de los ejércitos es el Rey de la gloria. También vemos que es el Sumo y Eterno Sacerdote: Tú eres sacerdote para siempre. Él es Señor y Dios, Hijo y Rey, Señor y Sumo y Eterno sacerdote, y, porque ha querido, también es hombre: ¿quién lo comprenderá?

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar