SANTA GERTRUDIS DE HIELFTA

24.08.2021

1.- Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. (18 abr 2014).

Oh Amor, que retienes a mi Jesús, mi dulce salud, tan fuertemente unido a la cruz, que expira bajo tu mano y se muere de amor. Amor, ¿qué estás haciendo? Tú no te ahorras nada ni descansas hasta que hayas rescatado a todos los malhechores. Tú no pones medida al amor. Amor, tu experiencia ha tocado el corazón de mi Jesús con tanta fuerza que, roto por el amor, este corazón se ha estrujado. Amor, hete aquí feliz, de aquí en adelante satisfecho, porque mi Jesús queda suspendido y muere ante sus ojos: muere, verdaderamente muere, a fin de que yo tenga la vida en abundancia; muere para que el Padre me adopte como hijo muy amado; muere a fin de que yo viva más feliz.

Oh muerte que das tantos frutos de gracia, muerte de Cristo bajo cuya protección mi muerte es tranquila y sin temor. Muerte de Cristo que traes la vida, la gracia, me refugio a la sombra de tus alas. Muerte de donde brota la vida, haz que una suave chispa de tu amor vivificante arda en mí para siempre. Muerte gloriosa, muerte fructífera, muerte, en suma, de mi salvación, amistoso contrato de mi rescate, pacto firme de mi reconciliación, muerte triunfante, dulce y llena de vida. Oh muerte de Cristo, que amo de todo corazón, tú eres la confianza espiritual de mi corazón.

2.- Observaban a Jesús para acusarlo. (21 ene 2015).

A la hora de la oración, ponte en presencia de la paz y del amor: ¡oh, paz de Dios, que sobrepasas todo sentimiento!, paciente y agradable, dulce y preferible a todo; por donde penetras, reina una seguridad imperturbable. Sólo tú tienes el poder de frenar la cólera del soberano; adornas el trono del rey con clemencia; iluminas el reino de la gloria con piedad y misericordia.

E lo ruego, encárgate de mi causa, yo, culpable e indigente. El acreedor está ya a la puerta... no es prudente hablarle, ya que no tengo con qué pagar mi deuda. Dulce Jesús, mi paz, ¿Cuánto tiempo estarás en silencio? Por favor, habla por mí, diciendo esta palabra caritativa: "Yo la rescataré". Tú eres ciertamente el refugio de todos los pobres. Eres mi verdadero rey, fuera de ti no conozco otro. Te hiciste el oprobio de los hombres, despreciado y rechazado como un leproso; hasta en Judea se niegan a reconocerte como su rey. ¡Por tu gracia, haz que yo te reconozca como mi rey! Dios mío. Dame esa inocencia, tan tiernamente deseada, oh Jesús, que pagaste tan plenamente por mí lo que no habías robado. Y tú, paz de Dios, eres el amado lazo que me encadena siempre a Jesús. Eres el sostén de mi fuerza. Por ti, permaneceré atada para siempre a mi Jesús.

3.- David le llama Señor. (05 jun 2015).

¿Quién se parece a ti, mi Señor Jesucristo, mi dulce amor, altísimo e inmenso, tú que te fijas en los humildes? ¿Quién se parece a ti entre los poderosos, Señor, tú que escoges lo más débil del mundo? ¿Quién como tú, que formaste el cielo y la tierra? ¿Y quién quiere encontrar tus delicias con los hijos de los hombres? ¿Cuál es tu grandeza, oh Rey de reyes y Señor de los señores?, tú que mandas a los astros y acercas tu corazón al hombre. ¿Quién eres tú, que tienes a tu derecha las riquezas y la gloria? Oh amor, ¿a dónde conduces la fuente de la sabiduría? Ciertamente hasta el abismo de la miseria.

Ven: vengo a ti, Jesús amadísimo; tú, que eres al que amé, al que busqué, al que deseé. Me rindo a tu llamada a causa de tu dulzura, a causa de tu compasión y a causa de tu caridad, queriéndote con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi fuerza.

4.- Maestro, que pueda ver. (25 oct 2015).

En ti, oh Dios vivo, mi corazón y mi carne se estremecen, y mi alma se regocija en ti, mi verdadera salvación. ¿Cuándo te verán mis ojos, Dios de los dioses, Dios mío? Dios de mi corazón, ¿Cuándo me regocijarás con la visión de la dulzura de tu rostro? ¿Cuándo colmarás el deseo de mi alma con la manifestación de tu gloria?

¡Dios mío, tú eres mi herencia escogida de entre todos, mi fuerza y mi gloria! ¿Cuándo entraré en tu omnipotencia para ver tu fuerza y tu gloria? ¿Cuándo, en lugar del espíritu de tristeza, me revestirás con el manto de la alabanza, para que, unida a los ángeles, todo mi ser te ofrezca un sacrificio de aclamación?

Dios de mi vida, cuándo entraré en el tabernáculo de tu gloria, para poder cantarte en presencia de todos los santos y proclamar con el alma y el corazón que tus misericordias para conmigo han sido magníficas? ¿Cuándo se romperá la red de esta muerte, para que mi alma pueda verte sin intermediario?... ¿Quién resistirá a la vista de tu claridad? ¿Cuándo podrán verte bisojos y oírte mis oídos, contemplando la gloria de tu rostro?

5.- A Él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual se ha hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios, justicia, santificación y redención. (09 dic 2016).

¡Oh Sabiduría admirable de Dios, cuán poderosa y brillante es tu voz! Tú llamas sin ninguna excepción a todos los que te desean; haces en los humildes tu morada; amas a los que te aman; juzgas la causa del pobre; con bondad, te compadeces de todos. No odias nada de lo que has creado; no tienes en cuenta los pecados de los hombres y esperas misericordiosamente que se arrepientan... Tú, que renuevas todas las cosas por tu bondad, renuévame y santifícame en ti, con el fin de que puedas morar en mi alma... haz que, desde la mañana, vele por ti, con el fin de encontrarte de verdad; ven delante de mí, para que de verdad te desee con ardor.

¡Qué prudente eres en tus designios! Con qué providencia lo dispones todo, cuando, con vistas a salvar al hombre, le inspiraste al Rey de gloria... el pensamiento de la paz, el cumplimiento de la caridad: escondiendo su majestad, pusiste sobre sus hombros el momento favorable del amor, con el fin de que él cargara sobre el leño de la cruz los pecados del mundo.

Oh sí, Sabiduría desbordante de Dios, la malicia del diablo no pudo trabar ninguna de tus obras magnificas...; la magnitud del mal que hicimos, no pudo prevalecer ante la multitud de tus misericordias, ante la inmensidad de tu amor, ante la plenitud de tu bondad. Mucho más, tu soberano poder eliminó todos los obstáculos, disponiendo todas las cosas con dulzura, y abarcando con fuerza de un extremo al otro de la tierra.

6.- Sed fuertes, no temáis, ¡he aquí vuestro Dios!...: viene en persona y os salvará. (11 dic 2016).

Voz del alma ofreciéndose a Dios: "Soy una huérfana sin madre, soy indigente y pobre. Fuera de Jesús, no tengo ningún consuelo; solo él puede satisfacer la sed de mi alma. Él es el amigo preferido y único de mi corazón, él el Rey de reyes y Señor de los señores... Mi cuerpo y mi alma están en su mano; que haga de mí lo que su bondad desee.

¿Quién me regalará hacerme un ser según su corazón, con el fin de que en mí encuentre lo que desea, según la excelencia de su bondad? Solo esto sería capaz de regocijarme y consolarme. "Por gracia, Jesús, único amado de mi corazón, amado por encima de todo lo que jamás ha sido amado: el deseo de mi corazón languidece y suspira por ti, tú el día primaveral lleno de vida y de flores. Haz llegar este día en el que me uniré tan estrechamente a ti, que, tú el Sol verdadero, harás nacer las flores y las frutas de mi progreso espiritual. Te aguardo con una gran esperanza... Por gracia, amigo, mi amigo, cumplidos efectivamente tu deseo y el mío".

Voz en Cristo: "En mi Espíritu Santo te tomaré por esposa; te ataré a mí por una unión inseparable. Te sentarás a mi mesa y te envolveré con la ternura de mi amor. Te vestiré de la nobleza púrpura de mi preciosa sangre; te coronaré con el oro puro de mi muerte. Yo mismo colmaré tu deseo, y así te haré feliz para la eternidad".

7.- ¿No veis? ¿Todavía no comprendéis? (14 feb 2017).

Dios mío, desde la aurora te busco...Oh luz serena de mi alma, resplandeciente por la mañana, nace en mi cada mañana; brilla sobre mí con tanta claridad que en tu luz contemple la luz. Que por ti, mi noche se convierta en día. Mi mañana deseada, que por amor de tu amor, tenga por nada y vanidad todo lo que no eres tú. Visítame desde el amanecer, para transformarme totalmente en ti... Destruye lo que es mío; haz que me transforme totalmente en ti, de modo que nunca más pueda encontrarme en mí durante este tiempo limitado, sino que permanezca estrechamente unida a ti por toda la eternidad...

¿Cuándo seré saciada por una belleza tan grande y brillante? Tú, Jesús, estrella resplandeciente de la mañana, resplandeciente de claridad divina, cuándo seré iluminada por tu presencia? Esplendor tan digno de amor, cuándo me saciarás de ti? ¡Oh, si solamente aquí abajo pudiera percibir un poco, los delicados rayos de tu belleza..., por lo menos saborear anticipadamente tu dulzura, saborearte de antemano, tu que eres mi herencia elegida! Tú eres el espejo resplandeciente de la santa Trinidad que permite contemplar a los de mirada pura y limpio corazón: allí arriba cara a cara, aquí abajo solo un reflejo.

8.- ¡Llega el esposo!, ¡salid a recibirlo! (12 nov 2017).

Mi Dios, mi dulce Noche, cuando me llegue la noche de esta vida, hazme dormir dulcemente en ti, y experimentar el feliz descanso que has preparado para aquellos que amas. Que la mirada tranquila y graciosa de tu amor organice y disponga con bondad los preparativos para mi boda. Con la abundancia de tu amor, cubre la pobreza de mi vida indigna; que mi alma habite en las delicias de tu amor con una profunda confianza. ¡Oh amor, eres para mí una noche hermosa, que mi alma diga con gozo y alegría a mi cuerpo un dulce adiós, y que mi espíritu, volviendo al Señor que me lo dio, descanse en paz bajo tu sombra. Entonces me dirás claramente: Llega el esposo, sal y únete a él íntimamente, para que te regocijes en la gloria de su rostro.

¿Cuándo te me mostrarás para que te vea y dibuje en mí, con deleite, esta fuente de vida que tú eres, Dios mío? Entonces beberé, me embriagaré en la abundante dulzura de esta fuente de vida de donde brotan las delicias de aquel que mi alma desea. Oh, dulce rostro, ¿Cuándo me colmarás de ti? Así entraré en el admirable santuario hasta la visión de Dios; no estoy más que a la entrada, y mi corazón gime por la larga duración de mi exilio. Entonces contemplaré y abrazaré al verdadero Esposo de mi alma, mi Jesús. Entonces conoceré como soy conocida, amaré como soy amada; entonces te veré, Dios mío, tal como eres.

9.- Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados (19 jun 2020).

Oh amor, tu ardor divino me ha abierto el corazón dulcísimo de mi Jesús. Oh corazón fuente de dulzura, corazón desbordante de bondad, corazón sobreabundante de caridad, corazón de donde destila, gota a gota, la benevolencia, corazón de donde destila, gota a gota, la benevolencia, corazón lleno de misericordia, corazón muy amado, te pido que absorbas mi corazón todo entero en ti. Perla muy amada de mi corazón, invítame a tus banquetes que dan la vida; derrama para mí el vino de tu consolación para que la ruindad de mi espíritu se llene de tu caridad divina, y la abundancia de tu amor supla la pobreza y la miseria de mi alma.

Oh corazón amado por encima de todo, ten piedad de mí. Te suplico que la dulzura de tu caridad vuelva valiente mi corazón. Hazme la gracia de que las entrañas de tu misericordia se conmueven en mi favor, porque desgraciadamente mis bajezas son numerosas, mis méritos son nulos. Mi Jesús, que el mérito de tu muerte preciosa me perdone todo el mal que he cometido; que me atraiga hacia ti tan fuertemente que, transformada totalmente por la fuerza de tu amor divino, encuentre gracia a tus ojos. Y dame, oh mi querido Jesús, amarte a ti solo en todas las cosas y por encima de todas las cosas, que me una a ti con fervor, espere en ti y no ponga ningún límite a mi esperanza.

10.- Observaban a Jesús... para acusarlo. (20 ene 2021).

¡Oh paz de Dios que sobrepasas todo sentimiento!, paciente y agradable, dulce y preferible a todo; por donde penetras, reina una seguridad imperturbable. Solo tú tienes el poder de frenar la cólera del soberano. Te lo ruego, encárgate de mi causa, yo, culpable e indigente, que el acreedor está ya a la puerta... no es prudente hablarle, ya que no tengo con que pagar mi deuda. Dulce Jesús, mi paz, ¿Cuánto tiempo estarás en silencio? Habla por mí con esta palabra caritativa: "Yo la rescataré". Tú eres ciertamente el refugio de todos los pobres. No pasas cerca de nadie sin salvarlo. Tú jamás dejaste ir al que se había refugiado a tu lado sin que fuera reconciliado.

Mi amor, mi Jesús a esta hora del día fuiste flagelado por mí, coronado de espinas. Te hiciste el oprobio de los hombres, despreciado y rechazado como un leproso, hasta en Judea se niegan a reconocerte como su rey. ¡Por tu gracia, haz que yo, por lo menos, te reconozca como mi rey! Dios mío, dame esa inocencia tan tiernamente deseada, mi Jesús, tú que pagaste tan plenamente por mí lo que no había robado; dámela para que sea el apoyo de mi alma. Que la reciba en mi corazón. Y tú, paz de Dios, eres el amado lazo de mi fuerza. Por ti, permaneceré unida para siempre a mi Jesús.     

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar