FILOXENO DE MABBUG

23.08.2021

1.- No protestará, no gritará. (19 jul 2014).

Escucha al profeta anunciar a nuestro Señor. Lo compara con un cordero, con una oveja, el más inocente de los animales: Fue llevado al matadero como un cordero, como una oveja ante el esquilador. Nuestro Señor no fue comparado con un león cuando fue conducido a la muerte. Como un cordero, como una oveja, se mantenía en silencio cuando fue llevado a la pasión y a la muerte: Como oveja ante el esquilador, no abría la boca en su humillación.

Confirmando la palabra de la profecía con su conducta, se mantuvo en silencio cuando se lo llevaron, no dijo nada cuando lo juzgaron, no se quejó cuando lo azotaron, no discutió cuando lo condenaron, no se irritó cuando lo apresaron. No murmuró cuando le golpearon en la mejilla, no gritó cuando fue despojado de sus vestiduras, como a una oveja cuando la esquilan. No les maldijo cuando le dieron hiel y vinagre; no se irritó contra ellos cuando le clavaron en el madero.

2.- No clamará, no gritará. (18 jul 2015).

Nuestro Señor no fue comparado con un león cuando fue conducido a la muerte. Como un cordero, como una oveja, guardaba silencio cuando fue llevado a su pasión y muerte. Callaba como una oveja delante del esquilador. No abrió la boca en su humillación.

De pie delante del juez e interrogado, él, el Maestro y doctor de toda sabiduría, no responde, con el fin de cumplir esta palabra: Fue llevado al matadero como un cordero. Lo llevan maltratado de un lugar a otro, de un juez a otro como si fuera mudo. Delante de Anás, se calla; aunque se le ruega, no habla. Interrogado por Pilatos, guarda silencio; y hasta que no le preguntaron: ¿Eres el rey de los judíos?,no responde. Lo condujeron entonces a Herodes, que lo interrogó para ver y escuchar de su boca cosas extraordinarias y para tentarlo: allí una vez más guardó silencio, no habló, no respondió a su interrogador. Le vimos como un loco que no sabe nada, como un insensato que no tiene respuesta. Sus insensatos pensaron lo que quisieron de él, pero él no abandonó la inocencia del cordero.

3.- Ser su discípulo. (04 sep 2016).

Escucha la voz de Dios que te impulsa a salir de ti para seguir a Cristo y serás un discípulo perfecto: El que no renuncia a todo lo que tiene no puede ser mi discípulo. ¿Qué puedes responder a todo esto? Todas tus dudas y tus preguntas caen ante esta sola palabra; la palabra de verdad es el sendero sublime por donde tú avanzarás. Jesús ha ducho más aún: El que no renuncia a todos sus bienes, y no toma su cruz para seguirme, no puede ser mi discípulo. Y para enseñarnos a renunciar no sólo a nuestros bienes para darle gloria y confesarle ante los hombres, sino incluso a nuestra propia vida añade: El que no renuncia a sí mismo no puede ser mi discípulo.

Señor, ¿a dónde iremos? Allí donde esté yo estará también mi servidor. Si Jesús nos llama: ¡Levantaos vayámonos de aquí! ¿quién será tan necio para querer quedarse con los muertos en el sepulcro y permanecer entre los enterrados? Cada vez, pues, que el mundo quiera retenerte, acuérdate de la palabra de Cristo: ¡Levantaos, vayámonos de aquí! Si estas vivo, esta palabra bastará para estimularte. Cada vez que quieras quedarte sentado, instalarte, cada vez que te gustaría permanecer donde estás, acuérdate de esta voz apremiante que te dice: ¡Levántate, vayámonos de aquí!

4.- Despierta, tú que duermes. (28 jun 2018).

El que escucha mis palabras y las pone en práctica es como aquel hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Según nos dice nuestro Maestro, no solo debemos escuchar la palabra de Dios, sino conformar nuestra vida a ella. Escuchar la ley es cosa buena porque nos incita a obrar la virtud. Pero leer, escuchar y meditar asiduamente la palabra de Dios sin ponerla en práctica es una falta que el Espíritu de Dios ha condenado por adelantado. Incluso ha prohibido al que está en esta disposición tomar los libros santos en sus manos.

Dios declara al impío: ¿Por qué recitas mis preceptos, y tienes siempre en tu boca mi alianza, tú que detestas la instrucción y no tienes en cuenta mis palabras? Aquel que lee asiduamente las Escrituras sin ponerlas en práctica encuentra su acusación en su lectura. Es como un muerto, un cadáver sin alma. Miles de trompetas y coros ya pueden sonar a los oídos de un muerto, no los oirá. Así, el alma que está muerta por el pecado, el corazón que ha perdido la memoria de Dios, no oye el sonido ni los gritos de las palabras divinas y la trompeta de la palabra espiritual no le llega; esta alma está sumida en el sueño de la muerte. Es, pues, necesario que el discípulo de Dios guarde firmemente en su corazón la memoria de su Maestro, Jesucristo, que piense en él día y noche.

5.- Tengo fe, pero dudo, ayúdame. (25 feb 2019).

La Sabiduría estaba con tu Creador en sus obras primeras. Pero en la segunda creación es la fe la que estaba con él; en ese segundo nacimiento la fe le ayuda. La fe acompaña a Dios en todas las cosas, y hoy no hace nada nuevo sin ella. Le hubiera sido fácil hacerte nacer del agua y del Espíritu sin ella y, sin embargo, no te hace nacer al segundo nacimiento sin haber recitado antes el símbolo de la fe, el Credo. Sin la fe, todo es vulgar; cuando la fe aparece, las cosas viles se manifiestan gloriosas. Sin la fe, el bautismo es de agua; sin la fe, los misterios que vivifican son pan y agua; sin el ojo de la fe, el hombre que ya era manifiesta únicamente eso que es; sin el ojo de la fe, los misterios son vulgares, y viles los prodigios del Espíritu.

La fe mira, contempla y considera secretamente el poder escondido en las cosas. Porque, escucha, llevas en tu mano una parcela del misterio que, por su naturaleza, es pan vulgar; la fe lo mira como lo que es, el cuerpo del Unigénito. El cuerpo ve pan, vino, aceite, agua, pero la fe obliga a su mirada a ver espiritualmente lo que no ve corporalmente, es decir, a comer el Cuerpo en lugar de pan, a beber la Sangre en lugar de vino, a ver el bautismo del Espíritu en lugar de agua, y el poder de Cristo en lugar de aceite.

6.- Ven y verás. (24 ago 2019).

Jesús renovó a los santos apóstoles la llamada que había dirigido a Abrahán. Y su fe se parecía a la de Abrahán; porque lo mismo que Abrahán obedeció inmediatamente después de ser llamado, también los apóstoles siguieron a Jesús en cuanto los llamó. No llegaron a ser discípulos a través de una larga enseñanza, sino por el mero hecho de haber escuchado la palabra de la fe. Porque su fe era viva, tan pronto como oyeron la voz viva, obedecieron a la Vida. Sin retraso corrieron en pos de él; y se ve en este mismo hecho que en su corazón en ya discípulos incluso antes de ser llamados.

Con ello se ve cómo trabaja la fe que conserva la simplicidad. No es a base de argumentos que recibe la enseñanza, sino que de igual manera que un ojo sano y puro, sin razonar ni trabajar, recibe el rayo de sol que se le envía y percibe la luz, de la misma manera los que tienen la fe natural reconocen la voz de Dios en cuanto la oyen. Se levanta en ellos la luz de su palabra, y gozosamente se lanzan hacia ella y la reciben, tal como dice el Señor en el evangelio: Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen.

7.- Zaqueo descubre el único verdadero bien. (03 nov 2019).

En cuanto nuestro Señor llamó a Zaqueo del sicómoro sobre el cual se había subido, este enseguida se apresuró a bajar recibirle en su casa, porque, incluso antes de que le llamara, esperaba verle y llegar a ser discípulo suyo. Es una cosa admirable que Zaqueo creyera en él sin que el Señor le hubiese hablado y sin haberlo visto antes con los ojos de su cuerpo, sino implemente por la palabra de los otros. Su fe había estado oculta durante su vida, pero se puso de manifiesto cuando creyó en el Señor en el momento mismo en que tuvo noticia de su llegada.

La simplicidad de esta fe apareció al prometer dar la mitad de sus bienes a los pobres y devolver cuatro veces más lo que había obtenido de manera deshonesta. En efecto, si el espíritu de Zaqueo no se hubiera llenado de la simplicidad `propia de la fe, no habría hecho esta promesa a Jesús y no habría distribuido lo que había recogido en tantos años de trabajo. La simplicidad ha derramado lo que la astucia había recogido, la pureza de alma ha dispersado lo que el engaño había adquirido y la fe ha renunciado a lo que la injusticia había obtenido y poseído, y ha proclamado que todo eso no le pertenecía. Porque Dios es el único bien de la fe, y esta rechaza poseer otros bienes junto con él.

8.- Si sois hijos de Abrahán deberíais comportaros como Abrahán

(01 abr 2020).

A la primera llamada de Dios, Abrán salió para seguirle. Dios le había dicho: Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Para hacer triunfar la fe de Abrahán y dar más esplendor a su simplicidad, Dios no le reveló a qué país le llamaba; parecía que le quería conducir hacia Canaán y, sin embargo, la promesa le hablaba de otro país, el de la vida que está en el cielo. San Pablo lo confirma: Esperaba la ciudad de sólidos fundamentos, cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios. Mejor aún, Dios, a fin de enseñarnos con mayor claridad que esta promesa no se refería a una patria terrestre, no le reveló el país a donde le conducía a fin de que, de esta manera, Abrán no saliera de Caldea bajo la presión de una recompensa.

¡Considera, pues, esta salida de Abrán, a fin de que la tuya se parezca a la suya! No retardes tu respuesta a la voz viviente de Cristo que te llama. En otro tiempo se dirigió solo a Abrán; hoy, a través de su evangelio, llama a todos los que le quieren seguir, los invita a seguirle, porque su llamada es para todos los hombres. En otro tiempo escogió solo a Abrahán; hoy nos pide a todos que imitemos a Abrahán. 

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