BEATO ISAAC DE STELLA

20.08.2021

1.- ¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios? (04 jul 2013).

Hay dos cosas que son exclusivas de Dios: la honra de recibir la confesión y el poder de perdonar. Hemos de confesarnos a él y esperar de él el perdón. Solamente Dios puede perdonar los pecados; es, pues, a él solo a quien debemos confesarlos. Pero el Todopoderoso, el Altísimo, habiendo tomado una esposa débil e insignificante, ha hecho de esta sierva una reina. Ha colocado a su lado a la que estaba postrada a sus pies, porque es de su costado de donde ella ha salido y la ha desposado. Y del mismo modo que todo lo que es del Padre es del Hijo y todo lo que es del Hijo es del Padre por su unidad de naturaleza, igualmente el Esposo ha dado todos sus bienes a la esposa a la que ha unido a sí mismo y al Padre.

Por eso, el Esposo, que es uno con el Padre y uno con la esposa, hizo desaparecer de su esposa todo lo que en ella había de impropio, lo clavó en la cruz y en ella expió todos los pecados de la esposa. Todo lo borró por el madero. Tomó sobre sí lo que era propio de la naturaleza de la esposa, y la esposa dio todo lo suyo al Esposo. De esta manera participa él en la debilidad y el llanto de su esposa, y todo es común entre el Esposo y la Esposa, incluso el honor de recibir nuestra confesión y el poder de perdonar los pecados. Por ello dice: Ve a presentarte al sacerdote.

2.-Enviado a las ovejas perdidas (10 Jul 2013).

Cristo vino a buscar a la única oveja que se había perdido. Por ella, el buen Pastor, cuya venida había sido prometida desde siempre, ha sido enviado ahora en el tiempo; para ella ha nacido y ha sido entregado. Esta oveja es única en el misterio, múltiple en las personas, múltiple por el cuerpo según la naturaleza, única por el Espíritu según la gracia; en resumen, una sola oveja y una multitud innumerable. Por eso, el que vino a buscar a la única oveja, ha sido enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Ahora bien, lo que el Pastor reconoce como suyo nadie puede arrancárselo de su mano. Porque no se puede forzar, engañar a la sabiduría, destruir la caridad.

Así habla él: De los que me has dado, Padre ninguno se ha perdido. Ha sido enviado como verdad para los engañados, como sabiduría para los que eran insensatos, como remedio para los enfermos, como rescate para los cautivos y como alimento para los que morían de hambre. Su persona es para todos, por ello se puede decir que ha sido enviado "a las ovejas perdidas de la casa de Israel" para que no se pierdan para siempre.

3.- ¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se había perdido.

(07 nov 2013).

Cuando llegó el tiempo de la misericordia, el Buen Pastor descendió de junto al Padre, tal como había prometido desde toda la eternidad. Vino a buscar a la única oveja que se había perdido. Para ella fue prometido desde siempre; para ella fue enviado en el tiempo; para ella nació y se nos dio, predestinado eternamente para ella. Es una sola, sacada tanto de los judíos como de las demás naciones, presente en todos los pueblos; es única en su misterio, múltiple en las personas; múltiple por la carne según la naturaleza, única por el Espíritu según la gracia; es decir, es una sola oveja y una innumerable multitud.

A las ovejas que este Pastor reconoce como suyas nadie puede arrancarlas de sus manos, porque nadie puede forzar al verdadero poder, engañar a la sabiduría, destruir la caridad. Por eso habla con toda seguridad diciendo: Padre, de lo que me has dado no se ha perdido ninguno. Fue enviado como verdad para los engañados, como camino para los extraviados, como vida para los que estaban muertos, como sabiduría para los insensatos, como remedio para los enfermos, como rescate para los cautivos, como alimento para los que morían de hambre. Fue enviado como un alma a un cuerpo inerte para que, a su llegada, los miembros se calentaran de nuevo y vivieran una vida nueva, sobrenatural y divina: es la primera resurrección.

4.- Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón. (13 feb 2014).

El Verbo, la palabra de Dios, salió del Padre para venir al mundo, a fin de ser encontrado por aquellos que salían de su propio territorio para encontrarle en la región de Tiro y Sidón. Qué suerte la de esta mujer cananea, venida del interior de su territorio, y qué encuentro en la fronter de su país con el Médico que, lleno de bondad, va a territorio extranjero, hacia el enfermo que no hubiera podido llegarse a él si se hubiera quedado en su propio país.

Salgamos pues, hermanos, del lugar de nuestra propia injusticia. Odia el pecado, y verás que has salido del pecado. Odia el pecado y encontrarás a Cristo allí donde estás. Sé que me dirás que eso mismo es demasiado para ti y que, sin la gracia de Dios, le es imposible al hombre odiar el pecado, desear la justicia, no querer pecar y querer arrepentirse. En efecto, si por su sola gracia se retiró al país de Tiro y Sidón, donde la mujer podía encontrarle, también por gracia, secretamente, sacó a esta mujer de su morada interior. Esta mujer es símbolo de la Iglesia, predestinada eternamente, llamada y justificada en el tiempo, destinada a la gloria al final de los tiempos.

5.- Enviado a las ovejas perdidas de Israel. (17 ago 2014).

Yo no he sido enviado, declara el Señor, más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Pero el nombre de "Israel" significa "hombres que ven a Dios": ello se aplica, con razón, a todo el espíritu humano. En consecuencia, se puede comprender que la casa de Israel abarca también a los ángeles, espíritus poseedores de la visión de Dios. Mientras que las noventa y nueve ovejas disfrutan en la montaña y son el deleite de su pastor, es decir, del Verbo de Dios, y caminan y descansan sin temor en medio de abundantes pastos siempre exuberantes de verdor, el buen Pastor descendió desde el Padre, cuando llegó el tiempo de la misericordia, y fue enviado en el tiempo aquel que había sido prometido desde la eternidad para buscar a la oveja que se le había perdido.

El buen Pastor fue enviado a recuperar lo que estaba perdido y para fortalecer a los débiles. Lo que estaba perdido y debilitado era el libre arbitrio de los humanos, que en el pasado, queriendo enaltecerse, cayó; no teniendo fuerzas para sostenerse, se estrelló y se rompió, y quedó totalmente incapaz de recuperarse. Al final es consolado y alentado por el mismo Cristo, pero sin estar completamente fortalecido, de tal manera que, al recobrarlo, no es depositado en las ovejas restantes en los pastos abundantes, sino que el Pastor lo lleva en sus brazos: Lleva en brazos a los corderos y hace recostar a las madres.

6.- Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y cumplen. (23 sep 2014).

He buscado el descanso en todas las cosas, dice la Sabiduría de Dios; y mi casa es la heredad del Señor. La heredad del Señor es la Iglesia y, especialmente, María y el alma de cada fiel en particular. Entonces el creador del universo me habló y me encargó; el que me ha creado me ha hecho fabricar mi tienda. Él me dice: "Instálate en Jacob". Habiendo buscado en todo el reposo y no habiéndolo encontrado en ninguna parte, por esta segunda creación, creó la sinagoga, la madre de la Iglesia, ha reposado en su tienda, en la tienda de la Alianza. Ahora, en la Iglesia, descansa en el sacramento de su Cuerpo.

Habiendo buscado por así decirlo, entre todas las mujeres la que tenía que nacer, ha elegido especialmente a María, que después es llamada bendita entre todas las mujeres. Cristo, que la había creado como criatura nueva, reposó en su seno. De la misma manera, a cada alma fiel, predestinada a la salvación, la hace sabia interiormente, a través de la inteligencia natural, por la que ilumina a todo hombre procedente de este mundo y por la inspiración de la gracia; sea por la doctrina o por la creación. Y la sabiduría de Dios, su Verbo, que crea y forma así esta alma en Cristo Jesús para que nuestros actos sean realmente buenos, acaba reposando en su conciencia.

BEATO ISAAC DE STELLA
BEATO ISAAC DE STELLA

7.- La envidia: una blasfemia contra el Espíritu Santo. (26 ene 2015).

Lo propio e la gente malvada y envidiosa es cerrar los ojos al mérito de los demás; y cuando vencidos por la evidencia no pueden más, los desprecian y desnaturalizan. Así, cuando la muchedumbre exulta de devoción y se, maravilla a la vista de las obras del Cristo, los escribas y fariseos o cierran los ojos a lo que saben que es verdad, o rebajan al que es grande, o desvirtúan lo que es bueno. Una vez, por ejemplo, fingiendo ser ignorantes, dijeron al que hizo tantos signos maravillosos: ¿Qué signo haces para que creamos en ti? Aquí, no pudiendo negar los hechos, los deprecian con maldad, y los desvirtúan diciendo: Por Belcebú, príncipe de los demonios, arroja a los demonios.

He aquí esta blasfemia contra el Espíritu que ata a aquellos a los que están encadenados por una falta eterna. A pesar de esto, no es imposible que el penitente reciba el perdón de todo si produce frutos que le llevan a la conversión. Arrastrado por el peso de tal malicia, no tiene fuerza para aspirar a esta honorable penitencia que merece el perdón el que, percibiendo con claridad la gracia y la acción del Espíritu, no teme desvirtuar, calumniar y atribuir insolentemente al espíritu maligno lo que sabe con certeza que es del Espíritu Santo; así éste se ve abandonado por este Espíritu de gracia ya que no quiere la penitencia que le obtendría el perdón.

8.- La parábola de la viña. (27 abr 2016).

Confieso que tengo todo el respeto por la explicación que ve en la parábola de la viña a la Iglesia universal, a la viña de Cristo. Sin embargo, personalmente, me gusta considerar mi alma y también mi cuerpo, es decir, toda mi persona como una viña. No debo abandonarla, sino trabajarla, cultivarla para que no la ahoguen los brotes o raíces extrañas, ni se vea agobiada por sus propios brotes naturales.

Tengo que podarla para que no se forme demasiada madera, cortarla para que dé más fruto. Sin falta tengo que rodearla de una valla para que no la pisoteen los viandantes y para que el jabalí no la devore. Tengo que cultivarla con mucho cuidado para que el vino no degenere en algo extraño, incapaz de alegrar a Dios y a los hombres o incluso que pueda entristecerlos. Tengo que protegerla con mucha atención, para que el fruto que con tanto trabajo se cultiva no sea robado furtivamente por los que en secreto devoran a los pobres. De la misma manera que el primer hombre recibió en el paraíso su viña y la orden de trabajarla y de guardarla, yo tengo que cultivar mi viña.

9.- Jesús dijo: Estos son mi madre y mis hermanos. (26 sep 2017).

La Virgen ocupa, con todo derecho, el primer lugar en la asamblea de los justos; es ella quien ha engendrado al primero de todo ellos. En efecto, Cristo es el primero de entre una gran multitud de hermanos. Por eso es verdaderamente justo que, en las Escrituras divinamente inspiradas, lo que se dice en general de esta virgen madre que es la Iglesia se aplique, en particular, a la Virgen María; y lo que se dice en particular de la virgen madre que es María se comprende, en general, de la Iglesia virgen madre. Cuando un texto habla de una o de la otra, se puede aplicar, casi sin distinción, a la una y a la otra.

Igualmente cada alma creyente es, a su manera, esposa del Verbo de Dios, madre, hija y hermana de Cristo, a la vez virgen y fecunda. La misma Sabiduría de Dios, el Verbo del Padre, designa a la vez a la Iglesia en sentido universal, a María en un sentido muy especial, y a cada alma creyente en particular. La Escritura dice: Permaneceré en la casa del Señor. La casa del Señor, en un sentido universal, es la Iglesia, de manera más especial es María, y cada alma creyente en particular. En la morada del seno de María, Cristo permaneció nueve meses; en la morada de la fe de la Iglesia, permanecerá hasta el fin del mundo, y en el conocimiento y el amor del alma creyente, por los siglos de los siglos.

BEATO ISAAC DE STELLA
BEATO ISAAC DE STELLA

10.- Perdonar siete veces siete. (13 nov 2017).

Sobrellevaos mutuamente con amor. En la misma ley de Cristo. Cuando percibo que mi hermano tiene algo incorregible, ya sea por enfermedades físicas o morales, ¿por qué no soportarle con paciencia, por qué no consolarle de todo corazón, tal como dice la Escritura: Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán? ¿Será porque me falta aquella caridad que lo soporta todo, que es paciente para aguantarlo todo, indulgente para amar? Sea como sea, esta es la ley de Cristo que en su pasión llevó nuestros sufrimientos y por su misericordia cargó con nuestros dolores, amando a los que soportaba, soportando a los que amaba.

Por el contrario, aquel que se muestra agresivo con su hermano en dificultad, aquel que tiende una trampa a su debilidad, sea la que sea, manifiestamente se somete a la ley del diablo y la cumple. Seamos, pues, mutuamente compasivos y llenémonos de amor fraterno, soportemos las debilidades y persigamos los vicios; cualquier forma de vida que nos permita percatarnos muy sinceramente del amor a Dios y, por él, llegar al amor del prójimo -sea cual sea el hábito y las observancias- es muy agradable a Dios.

11.- Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón. (08 feb 2018).

Qué suerte la de esta mujer cananea, venida del interior de su territorio, que encuentra en la frontera de su país al Médico que, habiendo salido de su territorio -pues, siendo de condición divina, salió de su patria, se despojó de su rango, y tomó la condición de esclavo-, llega hasta allí por pura misericordia. Lleno de bondad, va a territorio extranjero, hacia el enfermo que no hubiera podido llegarse a él si se hubiera quedado en su propio país. Porque siendo como era Dios bendito, justo y fuerte, estaba en lo alto, y al hombre miserable le estaba prohibido llegar a él. Lleno de compasión, pudo realizar lo que era conforme a su piedad: vino hasta el pecador.

Salgamos, pues, del lugar de nuestra propia injusticia. Odia el pecado, y te encontrarás con que has salido del pecado. Odia el pecado, y te encuentras a Cristo. Sé que me dirás que solo eso es demasiado para ti y que, sin la gracia de Dios, le es imposible al hombre odiar el pecado, desear la justicia, no querer pecar y querer arrepentirse. ¡Den gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace con los hombres! En efecto, si es por su sola gracia que se retiró visiblemente al país de Tiro y Sidón adonde la mujer podía encontrarle, es también por gracia que secretamente, sacó a esta mujer de su morada más interior.

12.- Dichosos los pobres en el espíritu. (08 jun 2020).

Todos los hombres sin, excepción, desean la felicidad, la dicha. Pero referente a ella tienen ideas muy distintas; para uno, está en la voluptuosidad de los sentidos y la suavidad de la vida; para otro, en la virtud; para otro, en el conocimiento de la verdad. Por eso, el que enseña a todos los hombres comienza por enderezar a los que se extravían, dirige a los que se encuentran en camino, y acoge a los que llaman a su puerta. Aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida endereza, dirige, acoge y comienza por esta palabra: Dichosos los pobres en el espíritu.

La falsa sabiduría de este mundo, que es auténtica locura, pronuncia sin comprender lo que afirma; declara dichosa la raza extranjera, cuya diestra jura en falso, cuya boca dice falsedades porque sus silos están repletos, sus rebaños se multiplican y sus bueyes vienen cargados. Pero todas sus riquezas son inseguras, su paz no es paz; su gozo, estúpido, por el contrario, la mano derecha del Padre, la boca que dice la verdad, proclama que son dichosos los pobres, destinados a ser reyes, reyes del reino eterno: "Buscáis la dicha, y no está donde la buscáis; corréis, pero fuera del camino. Aquí tenéis el camino que conduce a la felicidad: la pobreza voluntaria por mi causa, este es el camino. El reino de los cielos en mí, esta es la dicha. Corréis mucho, pero mal, cuanto más rápido vais, más os alejáis de la meta".

BEATO ISAAC DE STELLA
BEATO ISAAC DE STELLA

13.-¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios? (02 jul 2020).

Hay dos cosas que son exclusivas de Dios: la honra de recibir la confesión y el poder de perdonar. Hemos de confesarnos a él y esperar de él el perdón. Solamente Dios puede perdonar los pecados; es, pues, a él solo a quien debemos confesarlos. El Todopoderoso, el Altísimo, habiendo tomado una esposa débil e insignificante, ha hecho de esta sierva, una reina. A la que estaba recostada a sus pies, la ha colocado a su lado, porque desposado con ella, del mismo modo que todo lo que es del Padre es el Hijo, y todo lo que es del Hijo es del Padre por su unidad de naturaleza, igualmente el Esposo ha dado todos sus bienes a la esposa y se ha apropiado de todo lo que es de la esposa, a la que ha unido a sí mismo y al Padre.

Por eso, el Esposo que es uno con el Padre y uno con la esposa, hizo desaparecer de su esposa todo lo que en ella halló de impropio, lo clavó en la cruz y en ella expió todos los pecados de la esposa. Todo lo borró por el madero. De esta manera, participa él en la debilidad y el llanto de su esposa, y todo es común entre el Esposo y la esposa, incluso el honor de recibir la confesión y el poder de perdonar los pecados. Por ello dice: Ve a presentarte al sacerdote.

14.-Arrepentirse y creer en la palabra de Dios. (15 dic 2020).

Hermanos, ha llegado el momento de salir del lugar en que nos ha colocado nuestro pecado. Salgamos de nuestra Babilonia para encontrarnos con Dios, nuestro Salvador, como dice el profeta: Prepárate, Israel, a salir al encuentro de tu Dios, porque viene. Salgamos del abismo de nuestro pecado y aceptemos ir al encuentro del Señor que asume una carne semejante a la nuestra. Salgamos de la voluntad de pecar y vayamos a hacer penitencia por nuestros pecados. Entonces encontraremos a Cristo: él mismo expió el pecado que de ninguna manera había cometido. Entonces, el que salva a los penitentes nos concederá la salación: Tiene misericordia con los que se convierten.

Me diréis: "¿Quién puede, por sí mismo, salir del pecado?" Sí, verdaderamente, el pecado más grande es el amor al pecado, el deseo de pecar. Sal, pues, de este deseo, odia el pecado y verás cómo sales de él. Si odias el pecado, has encontrado a Cristo. A los que odian el pecado, Cristo les perdona las faltas esperando poder arrancar la raíz de nuestros malos hábitos. Oh Señor, tú has liberado mi razón del demonio de la ignorancia y arrancado mi voluntad de la peste y sus codicias, libera ahora mi capacidad de actuar a fin de que con tus santos ángeles pueda yo también ejecutar tus órdenes.

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