SAN  AFRAATES

1.- Sus muchos pecados están perdonados.(17 sep 2020).

Una mujer pecadora nos proclama el amor de Dios que sale a buscar a los pecadores. Porque, llamándola a ella, Cristo invita al amor a toda nuestra raza pecadora; y, en su persona, es a todos los pecadores a quienes ha atraído al perdón. Él le habló a ella, pero invitaba a su gracia a la creación entera. ¿Quién no se verá afectado por la misericordia de Cristo que, para salvar a una pecadora, acepta la invitación de un fariseo? Por aquella que está hambrienta de perdón, él mismo quiere tener hambre de una mesa de pan, tenía preparada una mesa de arrepentimiento.

Para que te suceda igualmente, toma conciencia de la grandeza de tu pecado, pero desesperar de ser perdonado porque tu pecado te parece demasiado grande es blasfemar contra Dios y engañarte a ti mismo. Porque si él te ha prometido el perdón de tus pecados, por grande que sea el número de ellos, ¿le dirás tú que no puedes creerlo y añadir: "Mi pecado es demasiado grande para que lo perdones; tú no puedes curar mis enfermedades"? Si estás en esta situación, grita con el profeta: He pecado contra ti, Señor. Y él te responderá inmediatamente: "Yo he pasado por encima tu falta; no morirás". A él la gloria de todos nosotros por los siglos. Amén.

2.- Señor del sábado. (21 ene 2014).

El Señor, por medio de Moisés, su servidor, pidió a los hijos de Israel que observaran el sábado. Les dijo: Trabajarás durante seis días, pero el séptimo es el sábado, un día de reposo dedicado al Señor tu Dios. El sábado no ha sido impuesto como una prueba, una opción entre la vida y la muerte, entre la justicia y el pecado igual que los demás preceptos, según los cuales el hombre puede escoger entre la vida y la muerte. No,

el sábado es el día que se ha dado al pueblo para su descanso, no sólo el de los hombres, sino también el de los animales.

Escucha ahora, pues, cuál es el sábado que Dios quiere. Isaías lo ha dicho: Dad descanso a los abatidos. Los que observan el sábado sin profanarlo se verán reconfortados por mi alianza y son los que escogen lo que a mí me place. El sábado no da ningún provecho a los malvados, los asesinos, los ladrones. Pero los que escogen hacer lo que Dios quiere y se alejan de hacer el mal, Dios habita en ellos y hace morada en ellos, tal como lo dice su palabra: Habitaré en ellos y caminaré junto a ellos. Nosotros, pues, guardemos fielmente el sábado de Dios, es decir, lo que es grato a su corazón. Así entraremos en el sábado del gran descanso, el sábado del cielo y de la tierra en el que toda criatura descansará.

4.- El séptimo día está reservado como tiempo de descanso para el pueblo de Dios. (18 jul 2014).

El sábado ha sido dado al pueblo en vistas del descanso. Si el sábado no hubiera sido creado para el descanso de todo ser que realiza un trabajo corporal, las criaturas que no trabajan habrían debido, desde su origen, también observar el sábado para estar justificadas. Por el contrario, vemos que el sol avanza sin descanso, la luna recorre su órbita, las estrellas prosiguen su carrera, los vientos soplan, las nubes se mueven por el cielo, los árboles dan sus frutos, y cada criatura crece y se fortalece. No vemos a ningún ser que descanse el sábado, salvo los hombres y los animales de carga que están sujetos a la ley del trabajo.

La fidelidad al sábado estaba prescrita para que descansaran servidores, esclavas, mercenarios, extranjeros, animales de carga, con el fin de que pudieran restablecerse del trabajo abrumador. Escucha ahora cuál es el sábado que Dios quiere. Isaías dijo: He aquí mi descanso: hacer descansar al que está cansado. Nosotros, por lo tanto, guardaremos fielmente el sábado de Dios haciendo lo que complace a su corazón. Así entraremos en el sábado del gran descanso, donde cielo y tierra reposarán, donde toda criatura se recrea.

5.- Los discípulos comprendieron que les hablaba Juan, el Bautista.

(13 dic 2014).

Nuestro Señor da testimonio de que Juan es el más grande de los profetas, pero ha recibido al Espíritu con medida, puesto que Juan obtuvo un espíritu semejante al que había recibido Elías.

De igual manera que Elías había permanecido en la soledad, así el Espíritu de Dios condujo a Juan a permanecer en el desierto, en las montañas y en las grutas. Un cuervo había volado para socorrer a Elías y alimentarle; Juan comía saltamontes. Elías llevaba un cinturón de piel de camello alrededor de la cintura. Elías fue perseguido por Jezabel; Herodias persiguió a Juan. Elías había reñido a Acaz; Juan riñó a Herodias. Elías había separado en dos las aguas del Jordán; Juan abrió el bautismo. Parte del espíritu de Elías se puso sobre Eliseo; Juan impuso las manos a nuestro Salvador, que recibió el Espíritu sin medida. Elías abrió el cielo y se elevó, Juan vio los cielos abiertos y al Espíritu descender y posarse sobre nuestro Salvador.

6.- Nuestros difuntos viven gracias a él. (02 nov 2016).

La gente piadosa, prudente y buena no vive asustada por la muerte por la gran esperanza que tienen. Todos los días piensan en la muerte como si fuera un éxodo y el día último en el que nacerán los hijos de Adán. El apóstol Pablo dice: La muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado, así la muerte pasó a todos los hombres. Así es como ella ha alcanzado a todos los hombres desde Moisés hasta el fin del mundo. Sin embargo, Moisés proclamó que su reinado sería destruido; la muerte pensaba tener prisioneros a todos los hombres y reinar sobre ellos para siempre..., pero cuando el Altísimo llamó a Moisés desde la zarza ardiendo, le dijo: Yo soy el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Al escuchar estas palabras la muerte se vio sacudida, tembló de temor y comprendió... que Dios es rey de muertos y de vivos y que llegaría el tiempo en que los hombres escaparían a sus tinieblas. Y he aquí que Jesús, nuestro Salvador ha repetido estas palabras a los saduceos diciéndoles: No es Dios de muertos sino de vivos: porque para él todos están vivos.

Porque Jesús ha venido como homicida de la muerte; se vistió de un cuerpo como el de los descendientes de Abrahán, estuvo clavado en la cruz y ha sufrido la muerte. Esta comprendió que iba a bajar hasta ella. Temblando ha cerrado fuertemente sus puertas, pero él rompió estas puertas, entró y comenzó a arrancar a los que la muerte tenía retenidos. Los muertos, viendo la luz en medio de las tinieblas, han sacado la cabeza fuera de su prisión y han visto el resplandor del Rey Mesías. Y la muerte, viendo que las tinieblas comenzaban a disiparse y los justos a resucitar, ha sabido que, al final de los tiempos, él se llevaría a todos sus cautivos de las garras de su poder.

7.-¿Cuál es el ayuno que yo quiero?

¿Acaso no es abrir las prisiones injustas? (08 mar 2017).

Los ninivitas ayunaron con un ayuno completo cuando Jonás les predicó la conversión. Esto es lo que está escrito: Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, y aplacó el incendio de su ira. No dice: "Vio que ayunaban a pan y agua, y se vestían de saco y ceniza", sino: Vio Dios lo que hacían, cómo se convirtieron de su mala conducta. Porque el rey de Nínive había dicho: Que cada uno se convierta de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. Hicieron un ayuno sincero y fue aceptado.

Porque, amigo mío, cuando se ayuna, la abstinencia de la maldad es siempre mejor. Es mejor que la abstinencia de pan y de vino, mejor que humillarse a sí mismo, mover la cabeza como un junco, acostarse sobre saco y ceniza, como dice Isaías. En efecto, cuando el hombre se abstiene de pan, de agua o de cualquier alimento, cuando se cubre de saco y ceniza y se aflige, eso es agradable a los ojos de Dios. Pero lo que a Dios más le place es desatar los lazos de la maldad, y arrancar todo yugo de esclavitud. Entonces, para este hombre brotará tu luz como la aurora, te precederá tu justicia, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan. No se parece en nada a los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan.

8.-Jonás fue un signo para los ninivitas,

y el Hijo del hombre lo será para esta generación. (16 oct 2017).

Los hijos de Nínive ayunaron con un ayuno puro cuando Jonás les predicó la conversión. Cuando vio Dios sus obras y cómo se convertían de su mala vida, se compadeció y se arrepintió de la catástrofe con que les había amenazado, y no la ejecutó. No dice: "Vio Dios el ayuno de pan y agua, con saco y ceniza", sino que vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida. Este fue el ayuno puro, que fue aceptado cuando se convirtieron de sus malos caminos y de la rapacidad de sus manos.

Cuando se ayuna, la abstinencia de la maldad siempre es el mejor ayuno. Es mejor que abstinencia de pan y agua, mejor que mover la cabeza como un junco, acostarse sobre saco y ceniza, tal como dice Isaías. En efecto, cuando el hombre se abstiene de pan, de agua o de cualquier otro alimento, se cubre de saco y de ceniza y está compungido, es amado y agradable. Pero lo que es más agradable es que se humille a sí mismo, que haga saltar los cerrojos de los cepos de la impiedad y que rompa los cepos del engaño. Entonces nacerá una luz como la aurora, te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Será como un jardín exuberante, como una fuente de agua que no se agota.

9.-Estad siempre despiertos y orad insistentemente. (02 dic 2017).

Voy a enseñarte los modos de oración: está la oración de petición, la de acción de gracias y la alabanza; la de petición es cuando pedimos misericordia por nuestros pecados, la acción de gracias es cuando das gracias a tu Padre que está en los cielos, y la alabanza cuando le alabas por sus obras. Cuando estés en peligro, acude a la petición; cuando te sepas provisto de bienes, dale gracias al que te los da;y cuando estés de buen humor, presenta la alabanza. Todas tus plegarias debes presentarlas delante de Dios según las circunstancias. Fíjate en lo que el mismo David decía en todo momento: Me levanto a medianoche a darte gracias por tus justos juicios. Y en otro salmo dice: Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Y finalmente dice: Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca. Porque no debes orar siempre de la misma manera, sino según las circunstancias.

Y yo, amigo, estoy completamente convencido de que todo lo que los hombres piden asiduamente Dios se lo concede. Pero el que ofrece con hipocresía no es agradable al Señor, tal como está escrito: Si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Y ¿qué es la ofrenda sino la oración? En efecto, de todas las ofrendas, la oración pura es la mejor.

10.- El servidor no es más grande que su amo. (13 jul 2018).

Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán, dice el Señor. Pero añade: Cuando os hagan comparecer ante los jefes... no seréis vosotros quienes habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre será quién hablará por vosotros. Es este Espíritu el que, por boca de Jacob, habló aa Esaú, su perseguidor; es el Espíritu de sabiduría que habló al Faraón por boca del perseguido José; es el Espíritu quien, por boca de Moisés, habló en todos los milagros que este hizo en el país de Egipto; es este el Espíritu que cantaba por boca de David para apaciguar a Saúl, su perseguidor; es este Espíritu del que había sido revestido Elías cuando dio una reprimenda a Jezabel y a Acab;, es este Espíritu el que reconfortó a Jeremías y le hizo mantenerse audazmente firme para corregir a Sedecías; es el Espíritu que protegió a Daniel y a sus hermanos en el país de Babilonia; este mismo Espíritu es el que salvaguardó a Mardoqueo y a Ester en el País donde vivían cautivos.

Escucha, amigo mío, el nombre de los mártires, confesores y perseguidos: Abel, Jacob, José, Moisés, Josué, Jefté, Sansón, Gedeón y Baruc, David, Samuel, Ezequías, Elías, Eliseo, Miqueas, Jeremías, David, Ananías y sus hermanos, Judas Macabeo y sus hermanos... Pero el martirio de Jesús ha sido el más grande y el mejor de todos: ha sobrepasado en tribulaciones y en confesión a todos los anteriores y a todos los que vendrán.

11.- Ser el último y el servidor de todos. (27 feb 2019).

Amigo, perezcámonos a aquel que nos da la vida. Siendo rico, se empobreció así mismo. Estando situado en lo más alto, abajó su grandeza. Habitando en las alturas, no tuvo lugar donde reposar la cabeza. El que vendría sobre las nubes cabalgó sobre un asno para entrar en Jerusalén. Siendo Dios e Hijo de Dios, se hizo semejante a un siervo.

Él, que es el descanso de todas las penas, se cansó de la dureza del camino. Él, que es la fuente que apaga toda sed, sintió sed y pidió agua para beber. Él, que es la saciedad que sacia nuestra hambre, tuvo hambre cuando ayunó en el desierto para ser tentado. Él, que es el centinela que no duerme, se durmió y se acostó en la barca en alta mar. Él, que es servido en la mansión de su Padre, se dejó servir por manos de hombre. Las manos del médico de todos los enfermos fueron traspasadas por los clavos. A él, cuya boca anunciaba cosas buenas, se le dio hiel para beber. Él, que no había hecho ningún mal ni perjudicado a nadie, fue golpeado con látigos y soportó ultrajes. Él, que da vida a todos los muertos, se entregó él mismo a la muerte de cruz. Si nuestro Vivificador experimentó él mismo todo este abajamiento, abajémonos también nosotros.

12.- Dios le da el Espíritu sin medida. (02 may 2019).

Si, a partir de un fuego primero, enciendes otros en diversos lugares, el primero no queda empequeñecido. Lo mismo es Dios con su Mesías: son uno a pesar de permanecer en multitud de hombres. Para Moisés representaba una carga conducir él solo el campamento de Israel. El Señor le dijo: Derramaré de tu mismo Espíritu sobre setenta hombres de entre los ancianos de Israel. Cuando llenó del Espíritu de Moisés a los setenta hombres, ¿acaso disminuyó el Espíritu que habitaba en Moisés?

Es en este sentido como Cristo habita en los creyentes, no queda perjudicado en nada si es compartido con la multitud. Y todavía hoy es este mismo Espíritu de Cristo el que es derramado sobre toda carne a fin de que profeticen hijos e hijas, ancianos y jóvenes, siervos y siervas. El Mesías está en nosotros, y el Mesías está en el cielo a la derecha de su Padre. No ha recibido el Espíritu comedidamente, sino que su Padre lo ha amado y lo ha puesto todo en sus manos, dándole poder sobre todo su tesoro. Nuestro Señor dice también: Todo me lo ha entregado mi Padre. En fin, el apóstol Pablo dice: Todo será sometido a Cristo, salvo su Padre que todo se lo ha sometido. Al final, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al que se lo había sometido todo. Y así Dios lo será todo para todos.