SAN ADAN DE PERSEIGNE

20.08.2021

Meditaciones

1.- He aquí al Señor Dios, que viene con poder; viene para iluminar nuestra mirada. (02 feb 2015).

El Padre de la Luz invita a los hijos de la luz a celebrar esta fiesta de luz: Acercaos y sed inundados de claridad, De hecho, el que habita una luz inaccesible se dignó hacerse accesible; él descendió en la desnudez de la carne para lo débil y lo pequeño puedan subir hasta él. ¡Qué descenso de misericordia! Inclinó los cielos, es decir, las cumbres de la divinidad, y descendió haciéndose presente en la carne, y una nube oscura estaba bajo sus pies.

¡Oscuridad necesaria para devolvernos la luz! La luz verdadera se escondió bajo la nube de la carne, nube oscura por su semejanza con nuestra condición humana de pecadores. Hasta este momento el que vivió encerrado en el pueblo de Belén, en la estrechez de un pesebre y fue conocido por un pequeño número de personas hoy vienen a Jerusalén, al templo del Señor. Está presente ante varias personas. Hasta ahora, tú, Belén, te alegrabas, tú sola, de la luz que nos ha sido dada a todos. Había dentro de ti, en un pesebre, más luz que en el mismo sol cuando levanta el día. Pero hoy este sol se dispone a irradiar en todo el mundo. Hoy es ofrecido en el templo de Jerusalén el Señor del templo. ¡Ojalá mi alma pudiera arder en el deseo que inflamaba a Simeón, para que merezca ser el portador de una luz tan grande!

2.- Los padres de Jesús le llevaron al templo. (30 dic 2017).

Hasta aquí encerrado en Belén en la estrechez de un pesebre y conocido solo por un número reducido de personas, hoy el Verbo va a Jerusalén, al templo del Señor, allí es presentado. Hasta entonces, tú sola, Belén, te has regocijado de la luz que se nos ha dado a todos; orgullosa de un privilegio de una novedad inaudita, podías rivalizar con el mismo oriente por tu luz. Más aún, cosa increíble de decir, en un pesebre había más luz que toda la que el sol de este mundo puede difundir cuando se levanta. Pero hoy, el sol se lanza para iluminar al mundo entero. Hoy, el Señor del templo se ofrece en el templo de Jerusalén.

¡Qué dichosos son los que, en la soledad de un corazón pacífico, se ofrecen a Dios como Cristo se ofreció como una paloma! Estos están preparados para celebrar con María el misterio de la purificación. No es la Madre de Dios, que jamás consintió al pecado, la que ha sido purificada en este día: es el hombre ensuciado por el pecado quien hoy ha sido purificado por su alumbramiento y su ofrenda voluntaria. Es nuestra purificación la que hemos obtenido por María. Si abrazamos con fe al fruto de sus entrañas, si nos ofrecemos con él en el templo, el misterio que celebramos nos purificará.

3.- El Poderoso ha hecho en mí cosas grandes. (22 dic 2018).

Mi alma engrandece al Señor. El Señor es grande, tan grande que su grandeza no soporta ni comparación ni medida. María, ¿cómo dices que lo engrandeces tú si no lo puedes hacer más grande? Lo engrandeces porque lo alabas. Lo engrandeces porque, en medio de las tinieblas de este mundo, tú eres más luminosa que el sol, más bella que la luna, más fragante que el perfume de la rosa, más blanca que la nieve. Lo engrandeces no añadiendo grandeza a su grandeza sin medida, sino aportando, en medio de las tinieblas del mundo, la luz de la verdadera divinidad. Lo engrandeces al ser elevada a una dignidad tan alta como para recibir la gracia en plenitud acogiendo al Espíritu Santo y siendo Madre de Dios; permaneciendo Virgen inviolada, das a luz al Salvador del mundo perdido.

¿De dónde viene esto? Porque el Señor está contigo: el Señor que ha hecho de sus dones tus méritos. He aquí por qué se dice que engrandeces al Señor, porque tú misma eres engrandecida en él y por él. Tu alma engrandece al Señor ya que tú misma eres engrandecida por él, porque eres el receptáculo del Verbo, la bodega del vino nuevo que embriagaba la sobriedad de los creyentes. Tú eres la Madre de Dios. 

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar