DE UN ANÓNIMO
Meditaciones
1.- Irá delante de él con el Espíritu y el poder de Elías. (12 dic 2015).
¿Quién recibió el poder de abrir y cerrar los cielos, de retener o hacer caer la lluvia? ¿Quién puede hacer caer fugo sobre un sacrificio inundado de agua? ¿Quién aniquiló en un arrebato de furor a los profetas paganos a causa de sus ídolos? ¿Quién ha visto a Dios en el susurro de un viento suave? Todos estos hechos son atribuidos únicamente a Elías y al Espíritu que habitaba en él.
Ahora bien, se puede halar de hechos aún más prodigiosos. Elías no murió, sino que fue arrebatado al cielo. Algunos piensan que vive con los ángeles cuya incorruptibilidad comparte en una vida inmaterial y pura. De hecho, Elías apareció en la transfiguración del Hijo de Dios, viéndolo cara a cara con el rostro descubierto. Al final de los tiempos, cuando se manifieste la salvación de Dios, él mismo proclamará la venida de Dios antes que nadie y la mostrará a todos, y, por muchos otros signos divinos, confirmará el día que hasta ahora está escondido para el mundo. En aquel día, también nosotros, si estamos preparados, iremos por delante de este hombre admirable que nos prepara el camino que lleva a aquel día. ¡Que él nos introduzca en las moradas del cielo por Cristo Jesús, a quien sea dada la gloria, el poder ahora y por los siglos de los siglos!
2.- Se sorprendía de su falta de fe. (03 feb 2016).
El padre ha enviado al Verbo para manifestarse al mundo. Este Verbo fue despreciado por los suyos; pero por la predicación de los apóstoles las naciones paganas creyeron en él. Él era desde el principio y se ha manifestado en una época concreta. Aunque es antiguo, renace siempre nuevo en el corazón de los santos. Es proclamado Hijo en un hoy eterno.
Por él, la Iglesia se enriquece de una gracia que se abre y se acrecienta en los santos, les confiere la inteligencia espiritual, les desvela los misterios sagrados y los hace comprender los signos de los tiempos. La Iglesia se ofrece a los que la buscan respetando los compromisos de la fe y los límites puestos por los Padres. Desde ahora, el temor de la Ley sugiere cantos de alabanza, la gracia anunciada por los profetas es reconocida, la fe evangélica es afianzada, la tradición de los apóstoles permanece intacta y la gracia de la Iglesia la hace descansar de alegría. Si tú no dañas esta gracia, conocerás los secretos que el Verbo comunica a quien quiere y cuando quiere. Si os acercáis y escucháis atentamente, sabréis todo aquello que Dios concede a aquellos que le aman verdaderamente.
3.- No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. (11 may 2016)
Los cristianos no se distinguen de los demás hombres ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por su modo de vivir. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.
Viven en ciudades griegas o bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda la tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña; viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria. Son ultrajados y ellos bendicen. Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo.
4.- El Señor los enviaba delante de él a todos los pueblos a donde él pensaba ir. (03 jul 2016).
Colmado de gracias del Espíritu Santo, el bienaventurado Francisco predijo a sus hermanos lo que tenía que pasar. En el bosque cercano a la capilla de San María de la Porciúncula donde los hermanos tenían costumbre de retirarse para la oración, reunió a los seis hermanos que le seguían entonces y les dijo: "Queridos hermanos, entendamos bien nuestra vocación. En su misericordia, Dios no nos ha llamado solamente para nuestro provecho propio sino también para el servicio y la salvación de muchos 0otros. Vayamos, pues, por el mundo exhortando a los hombres y las mujeres, por nuestra palabra y nuestro ejemplo, a la penitencia de sus pecados y a acordarse de los preceptos de Dios que habían quedado en el olvido".
Luego añadió: "¡No tengáis miedo, pequeño rebaño!, tened confianza en el Señor. No os preguntéis unos a otros: ¿Cómo vamos a predicar nosotros, ignorantes e iletrados? Acordaos, más bien, de las palabras del Señor a sus discípulos: Yo os digo: no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu Santo hablará por vosotros. Es, pues, el Señor mismo quien os comunicará su Espíritu y su sabiduría para exhortar y predicar a los hombres y mujeres la senda y la práctica de sus mandamientos".
5.- No temas a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. (09 jul 2016).
A Policarpo no le sujetaron con los clavos, sino que lo ataron. Ligadas las manos a la espalda como si fuera una víctima insigne seleccionada de entre el numeroso rebaño para el sacrificio, como ofrenda agradable a Dios, mirando al cielo, el santo dijo: "Señor, Dios todopoderoso, Padre de nuestro amado y bendito Jesucristo, Hijo tuyo, por quien te hemos conocido; Dios de los ángeles, de los arcángeles, de toda criatura y de todos los justos que viven en tu presencia: te bendigo, porque en este día y en esta hora me has concedido ser contado entre el número de tus mártires, participar del cáliz de Cristo y, por el Espíritu Santo, ser destinado a la resurrección de la vida eterna en la incorruptibilidad del alma y del cuerpo. Ojalá que sea yo también contado entre el número de tus santos como un sacrificio enjundioso y agradable, tal como lo dispusiste de antemano, me lo dista a conocer y ahora lo cumples, oh Dios veraz e ignorante de la mentira. Por esto te alabo, te bendigo y te glorifico en todas las cosas por medio de tu Hijo amado Jesucristo, eterno y celestial Pontífice. Por él, a ti, en unión con él mismo y el Espíritu Santo, sea la gloria ahora y en el futuro, por los siglos de los siglos. Amén".
6.- Intentaron matarlo, porque decía que Dios era su Padre. (04 mar 2019)
Hasta este tiempo, que es el último, Dios nos deja correr tras nuestras inclinaciones desordenadas, atraídos por los placeres y las pasiones. No es que Dios se complazca en nuestros pecados; tolera solamente este tiempo de iniquidad, pero no consiente en ello. Preparaba el tiempo actual de la justicia, para que, convencidos de haber sido indignos de la vida durante este período a causa de nuestras faltas, lleguemos ahora a ser dignos por el efecto de la bondad divina.
Dios no nos ha odiado, no nos ha rechazado. Nos compadeció, cargó él mismo nuestras culpas y entregó a su propio Hijo en rescate por nosotros; el santo por los impíos, el inocente por los culpables, el justo por los injustos, el incorruptible por los mortales, el inmortal por las criaturas. ¿En quién podíamos ser justificados sino en el Hijo único de Dios? ¡Dulce intercambio, obra insondable gracia inesperada! El crimen de muchos queda saldado por la justicia de uno solo, y la justicia de uno solo justifica a la muchedumbre de los culpables. En el tiempo pasado, convenció a nuestra naturaleza de su incapacidad de salvar la vida; ahora, nos ha mostrado al Salvador capaz de salvar lo que era insalvable.
De estas dos maneras ha querido darnos la fe en su bondad y hacernos ver en él la nodriza, el padre, el maestro, el consejero, el médico, la inteligencia, la luz, el honor, la gloria, la fuerza y la vida.
ANÓNIMO SIRIACO.
1.- Este es mi Hijo amado. (06 ago 2016).
Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan a la montaña y les mostró antes de su resurrección, la gloria de su divinidad; así, cuando resucitara de entre los muertos, en la gloria de su naturaleza divina, podrían reconocer que esa gloria no la había recibido como recompensa a su sufrimiento, como si tuviera necesidad de ello, sino que era la misma gloria que ya poseía antes de los siglos, junto al Padre y con el Padre. Es lo que él mismo dijo junto al Padre y con el Padre. Es lo que él mismo dijo al acercarse su pasión voluntaria: Padre, glorifícame con la gloria que yo tenía cerca de ti antes de que el mundo existiese. Es esta misma gloria de su divinidad, misteriosamente escondida en su humanidad, la que mostró a sus apóstoles en la montaña.
Entonces aparecieron Moisés y Elías y le agradecían que, con su venida, se hubieran cumplido sus palabras, como las de todos los profetas. Le adoraban por la salvación que operaba a favor del mundo entero y por el cumplimiento del misterio que ellos habían recibido el encargo de anunciar. En esta montaña se llenaron de gozo tanto los apóstoles como los profetas. Los profetas se alegraron al ver su humanidad que, anteriormente, no habían podido conocer, los apóstoles se alegraron al ver la gloria de su divinidad, que ellos todavía no conocían, y al escuchar la voz del padre que daba testimonio a favor de su Hijo. A través de ella y de la gloria de la divinidad que su cuerpo dejaba traslucir, conocieron su encarnación que, hasta entonces, les era desconocida.
2.- Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. (15 abr 2017).
He aquí la hora en que aparece la luz bendita de Cristo; los rayos puros del Espíritu se levantan y el cielo abre los tesoros de la gloria divina. La vida estalla sobre el mundo; todo se llena de una luz infinita. La Aurora de las auroras sube sobre la tierra, y el que existía antes que la estrella de la mañana, antes que los astros inmortales e inmensos, Cristo, brilla por encima de todos los seres más que el sol. Para nosotros que creemos en él se instaura un día de luz, pleno, eterno, que nada apagará: es la pascua mística, celebrada en prefiguración por la Ley, cumplida de verdad por Cristo: la liberación de todo sufrimiento nace de la pasión, la inmortalidad nace de la muerte, la vida nace de la tumba, la curación nace de la herida, el levantamiento nace de la caída, la ascensión nace del descenso a los infiernos.
Son las mujeres las que primero lo vieron resucitado. Así como una mujer había introducido el pecado en el mundo, de igual manera ella es portadora de la noticia de la vida. Por eso ellas escuchan estas palabras sagradas: ¡Mujeres, alegraos!, con el fin de que la primera tristeza sea absorbida por la alegría de la resurrección.
ANÓNIMO SIRIACO DEL SIGLO VI
1.- Algunos no conocerán la muerte antes de haber visto el reino de Dios. (06 ago 2019).
Nuestro Señor Jesucristo se llevó a Pedro, Santiago y a Juan a un monte para mostrarles la gloria de su divinidad y darles a conocer que él era el Redentor de Israel, como lo había enseñado por los profetas. Quería también prevenirles a fin de que no se escandalizaran viendo los sufrimientos, libremente consentidos, que él mismo iba a sufrir por nosotros en su naturaleza humana. En efecto, le conocían como hombre, pero ignoraban que era Dios: le conocían como al hijo de María, pero en el monte les hizo conocer que era el Hijo de Dios y Dios mismo.
Le habían visto comer y beber, trabajar y descansar, adormecerse y dormir, padecer el terror hasta caerle gotas de sangre, todas estas cosas que no parecían estar en armonía con su naturaleza divina y que solo eran propias de su humanidad. Por ello los ha conducido al monte, para que el Padre le llame su Hijo y les enseñe que realmente él era su Hijo y Dios también. Les ha conducido al monte y les ha enseñado su reino antes de manifestar sus sufrimientos; su poder, antes que su muerte; su gloria, antes que los ultrajes; y su honor, antes que la ignominia. Así, cuando fuera apresado y crucificado, sus apóstoles sabrían que no lo fue por su debilidad, sino con pleno consentimiento y voluntad por la salvación del mundo.
ANÓNIMO DEL SIGLO IV
1.- Mi carne es verdadera comida
y mi sangre, verdadera bebida. (05 may 2017).
Participamos del cuerpo y La sangre de Cristo con una certeza plena, porque, bajo el aspecto del pan, está l cuerpo que te es dado; bajo el aspecto del vino, está la sangre que te es dada, con el fin de que, participando en el cuerpo y en la sangre de Cristo, te hagas un solo cuerpo y una sola sangre con Cristo. De este modo, según san Pedro, nos hacemos partícipes de la naturaleza divina. Cristo, hablando con los judíos, decía: Si no coméis mi carne y no bebéis mi sangre, no tendréis vida en vosotros. Pero ellos, se marcharon escandalizados. Existían también, en la Antigua Alianza, los panes de la ofrenda; pero aquí no hay razón para ofrecer estos panes de la Antigua Alianza. En la Alianza Nueva, hay un pan venido del cielo y una copa de la salvación.
El santo David también explica el poder de la Eucaristía cuando dice: Ante mí preparaste una mesa, enfrente de mis adversarios. ¿De qué habla si no de la mesa misteriosa y mística que Dios nos preparó contra el enemigo? David cantaba también: El pan fortifica el corazón del hombre, y el aceite da brillo a su rostro. Fortifica tu corazón tomando este pan como alimento espiritual, y se alegrará el rostro de tu alma.
2.- Tú te abriste un camino por las aguas,
un vado por las aguas caudalosas. (14 abr 2018).
Santo eres tú, Señor, Dios todopoderoso,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
el paraíso de la felicidad, el cetro real,
el amor suntuoso, la esperanza cierta.
Santo eres tú, Señor Dios,
tú eres el Rey de los Reyes y Señor de los señores.
Solo tú posees la inmortalidad.
Tú habitas en una luz inaccesible
que nadie ha visto jamás.
Tú te paseas sobre las alas del viento;
tú has creado el cielo, la tierra y el mar
y todo lo que contienen.
Tú tienes a los vientos por mensajeros
y al fuego llameante por ministro;
tú has creado al hombre a tu imagen y semejanza,
tú has medido el cielo con tu palmo
y la tierra entera con el dedo de tu mano.
Sí, tus obras son bellísimas en tu presencia.
Homilía griega del siglo IV inspirada en una homilía perdida de san Hipólito.
3.- La victoria del Hijo del hombre, que vino y que viene. (26 nov 2020).
¿Qué es el advenimiento de Cristo? La liberación de la esclavitud la desestimación del antiguo contrato, el comienzo de la libertad y el honor de la adopción, la fuente de la remisión de los pecados y la vida verdaderamente inmortal para todos.
Como el Verbo, la Palabra de Dios nos viene de lo alto. Tiranizados por la muerte, disueltos, atados por los lazos de la caída, llevados por un camino sin retorno, vino para tomar la naturaleza de Adán, el primer hombre, según el designio del Padre. No confió a ángeles ni a arcángeles la tarea de nuestra salvación, sino que él mismo afrontó el combate por nosotros, obedeciendo las órdenes del Padre. Mira que es el Señor: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha. Es el Hijo: Él se llamará Padre, y yo lo haré mi Hijo. Observa que también es Dios: Los poderosos vendrán y se postrarán ante ti; te rogarán, porque tú eres su Dios. Mira que es el Rey eterno: Cetro de justicia es tu cetro real, que es el Señor de los ejércitos, ¿Quién es este Rey de gloria? El Señor de los ejércitos, él es el Rey de gloria. También vemos que es el Sumo y Eterno Sacerdote: Tú eres sacerdote para siempre. Él es Señor y Dios, Hijo y Rey, Señor y Sumo y Eterno Sacerdote, y, porque ha querido, también es hombre: ¿quién lo comprenderá?